La entrevista a José Luis Antúnez, el Presidente de NA-SA

José Luis Antúnez

EL PLAN NUCLEAR DEL GOBIERNO, POR FIN

AgendAR recibió el “Plan de Acción para Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NA-SA), lineamientos y objetivos prioritarios”, un documento conciso. Llamamos al presidente de la firma, Ing. José Luis Antúnez, el hombre que logró terminar Atucha II. Siguió la entrevista que extractamos a continuación.

Daniel Arias: ¿Tenemos Plan Nuclear finalmente, Ing. Antúnez?

José Luis Antúnez: Tenemos un plan de centrales nucleoeléctricas de potencia. No es lo mismo. Va con obras asociadas, además. El Plan Nuclear del país abarca muchas otras cosas y es de la Secretaría de Energía a través de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

A: Uds. recién asumieron en NA-SA el 19 de Abril de 2021. Pero desde que es presidente Alberto Fernández aquí persistió la dirección puesta por Mauricio Macri.

JLA: Ya veo qué me va a pregun…

A: Tal cual, sí. ¿Éste es el Plan Nuclear de Macri?

JLA: Ni ahí. Absolutamente no. Para nada.

A: Deme pruebas.

JLA: ¿Se banca un resumen un poco histórico de lo que venía pasando con nuestras centrales de potencia?

A: Si no empieza con la llegada de Pedro de Mendoza…

JLA: No, ésa me la perdí. Pero de lo que le cuento ahora, fui parte.

A: Adelante, nomás.

JLA: Después de Néstor y Cristina Kirchner, entre 2005 y 2015, dejamos un sector en recuperación. NASA quedó con dos Centrales en funcionamiento (Atucha I y II) y una en ejecución de su extensión de vida (Embalse). NASA había dejado atrás toda mentalidad de operador puro. Se había vuelto arquitecto-ingeniero de sus proyectos. Podía diseñar y construir todas las centrales nucleares de Argentina que hiciera falta.

A: Sí. Hasta ahí, todo cierto.

JLA: Desde 2014 veníamos ejecutando las preliminares de dos centrales más.  Una de ellas yo la llamo “Proyecto Nacional”.

A: ¿La CANDU?

JLA: Corrijo: de tipo CANDU. Es de tecnología propia, usa uranio natural,  agua pesada y tubos de presión. La otra central con la que avanzábamos en preliminares era el Proyecto Hualong, tecnología china, uranio enriquecido y agua liviana.

A: ¿Y esto se hacía en un marco legal, supongo?

JLA: Sí, un Acuerdo País- País del año 2014 con China. Es más, se iba a constituir un consorcio entre NA-SA y la empresa nuclear china CNNC.

A: ¿Cómo lo fue ENACE, aquella empresa mixta entre la CNEA y SIEMENS para construir Atucha II y luego otras del mismo tipo?

JLA: La misma idea. Y esa empresa mixta era arquitecto-ingeniero, e iba a contar con financiamiento de China.

A: ¿Y por qué no existe esa empresa mixta?

JLA: El gobierno macrista abandonó el plan. Canceló el “Proyecto Nacional” y trascartón disolvió la Unidad de Gestión de Proyectos Nucleares de NASA. Esa unidad la componían los que terminaron Atucha II y retubaron Embalse.

A: Es decir la gente con capacidad de diseño y construcción. NA-SA quedo relegada al rol de operador de centrales. Es como la relación de un chofer con su taxi.

JLA:  No, las centrales son demasiado complejas para eso, el que las opera las tiene que entender muy bien. Es la relación de un operador con sus centrales, pero se trata de un operador que no puede diseñar o construir otras centrales, ni hacerle cambios o mejoras a las que tiene, porque ése no es su trabajo.

A: ¿Y fue, en síntesis, el plan nuclear de Macri?

JLA: Si es que se lo puede llamar plan nuclear. Lo más importante fue formalizar en 2018 la cancelación del “Proyecto Nacional”, que es el futuro nuclear argentino, la tecnología que nos pertenece y en la que invertimos medio siglo de esfuerzo e inversión.

A: Hasta ahora, me está hablando más de un “no-plan”, no de un plan.

JLA: Sí, bastante. Se cerró la Planta Industrial de Agua Pesada de Neuquén y se informó a la contraparte china que solo se continuaría con el proyecto Hualong, pero no a través de una empresa mixta sino mediante un contrato de tipo EPC.

A: En Avellaneda, decimos “llave en mano”. Es como comprar un auto. A lo sumo, me dejan elegir el color.

JLA: No, hay todo tipo de contratos EPC, y muchos resultan en una participación importante de la industria nacional. Por caso, Atucha I y Embalse. Y luego, por la fuerza de las cosas, Atucha II.

A: Pero lo concreto es que el macrismo no empezó ninguna central nueva.

JLA: Es que no pudieron concretar este contrato EPC. Pero además intentaron ubicar la Central Hualong en la Provincia de Río Negro sin acompañarla de algún proyecto industrial electrointensivo que creara trabajo calificado local, a pie de central, con lo que la provincia de Río Negro se volvía un proveedor remoto de electricidad para el AMBA… Y esos roles ya no les gustan a las provincias. De modo que los macristas ahí se enfrentaron a una pueblada, y también fracasaron.

A: Entonces, lo único que les salió bien fue matar el “Proyecto Nacional”.

JLA: Sí. Mire qué plan…

A: ¿Y éste de ahora, cuándo nació?

JLA: Con la llegada al Gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Se diseñó en conjunto con la Secretaría de Energía y la Subsecretaría de Energía Eléctrica, las conducen Darío Martínez y Federico Basualdo respectivamente.

A: Primero, que perdieron 1 año al cuete. Le sucede a todos los gobiernos peronistas, desde Néstor Kirchner. Los peronistas aquí inventaron el átomo, pero les toma medio primer gobierno volver a entenderlo. Y segundo, que este plan 2021 no se parece mucho al de 2014. Y creo que por desgracia.

JLA: No, pero se parece todo lo que puede. El de 2014 era ambicioso, el plan de un país con bastante PBI y baja deuda. Éste plan 2021 prevé desarrollar las dos centrales, pero en otro orden, porque hoy tenemos mucha deuda y menos PBI. Por ende, vamos de movida a la Hualong de uranio enriquecido, que tiene asegurada la plata. El esquema de financiación no ha cambiado.

A: Lo que me produce bastante urticaria es que la Hualong va a ser una obra china, de la China Nuclear National Corporation. La industria nacional…  

JLA: La Hualong va a ejecutarse bajo la forma de un contrato EPC con CNNC en las condiciones más favorables que se puedan obtener para nuestro país. Eso se hará con el mayor contenido local compatible con la responsabilidad total que debe asumir la CNNC.

A: Es la historia de siempre con los contratos llave en mano. El proveedor te corre con que si metés muchos componentes argentinos, no te dan la garantía.

JLA: Sí, pasó antes con Atucha I y Embalse. Pero ahí están, andan bien, y la industria argentina echó mano con todo lo que se pudo. Y con Atucha II, mucho más. Pero ojo, además en el caso de la Hualong negociaremos la transferencia de la tecnología para la fabricación local del combustible.

A: O de los componentes metálicos del combustible. Como Ud. suele decir, es el tubito metálico del Redoxon, no las pastillas. Porque aquí, con Pilcaniyeu, no tenemos capacidad de enriquecimiento como para fabricar las muchas toneladas de uranio enriquecido de una carga de Hualong. Y no creo que, durante muchos años, estemos en condiciones económicas o diplomáticas de tener una planta de enriquecimiento como la gente.

JLA: Sobre eso, “no comment”. No es mi área. Eso es área de la Secretaría de Energía, la CNEA, la Cancillería y el Poder Ejecutivo.

A: ¿Y cómo se compatibilizan hacer la Hualong y recuperar la central “Proyecto Nacional”? ¿Obras simultáneas?

JLA: No, en absoluto. La Hualong ocupará mucho tiempo casi todas las capacidades de los sectores de construcción, montaje y puesta en marcha nacionales especializados en Centrales Nucleares. Pero esto es bueno.

A: No me parece, pero póngale…

JLA: Mire de dónde venimos, Arias. Del desierto. Mientras dure la obra de la Hualong, estamos preservando recursos humanos. Y aprendiendo cantidad de tecnología bastante novedosa para nosotros.

A: Sí, de acuerdo. NA-SA probablemente se salve de perder centenares de profesionales y técnicos, como le pasó a CNEA. Pero ¿y los industriales que iban a participar en la Proyecto Nacional?  

JLA: Bueno, trataremos de que tengan oportunidades como proveedores. Están formados y calificados en Atucha II y Embalse, es decir en dos tipos de máquinas distintas entre sí, pero ambas de uranio natural. Como se imagina, la CNNC, con los privilegios que les da ser financistas principales y los dueños de la tecnología, va a tratar de meter a sus proveedores en casi todo, al menos con la Hualong.

A: ¿Y cuándo vuelve a haber trabajo para estas firmas?

JLA: Estamos diseñando una alternativa complementaria que produzca la mayor incidencia en su empleo, pero con la menor demanda presupuestaria y financiera posible. Y así, durante los primeros años de obra de la Hualong.

A: No entiendo.

JLA: Porque estamos dando vuelta el orden habitual de una obra. El “Proyecto Nacional” empieza por la ingeniería y, en la medida de la disponibilidad de recursos, ahí entra a tallar la adquisición de los componentes de manufactura local de largo y mediano plazo de entrega. Pero sin empezar aún la obra.

A: Sigo sin entender.

JLA: Esto sirve para que los fondos en pesos que se vayan asignando a los componentes mantengan activas y con empleo la cadena argentina de proveedores nucleares, y por derrame, a las industrias metalúrgicas y metalmecánicas. Keynesianismo puro.

A: Pero con cuentagotas, me parece.

JLA:  Es que las obras de construcción civil, montaje electromecánico y puesta en marcha de la Proyecto Nacional empiezan después, cuando se vayan despejando las disponibilidades financieras. No se olvide de esto, Arias: la Proyecto Nacional es una central que se paga en pesos.

A: Suena raro. Todo.

JLA: Esta programación “primero componentes locales, después obras” es lo que hace al Proyecto Nacional compatible y complementario con la ejecución del Proyecto Hualong. Entre otras cosas, por el manejo de los recursos humanos. A medida que la Hualong vaya liberando personal de construcción y montaje se lo va asignando a esas mismas actividades para el Proyecto Nacional. Lo mismo las compras que haya que hacer en el exterior. Que trataremos de mantener al mínimo. Máximo uso posible de la industria argentina.

A: Bueno… en la cancha se ven los pingos. ¿Está sucediendo algo de eso?

JLA: Sí, claro. Para las obras del segundo almacenamiento en seco de elementos combustibles de Atucha (ASECQ II). Anulamos la decisión de la administración anterior de ir a concurso internacional. Y usamos tecnología desarrollada por la CNEA y suministros de la industria argentina.

A: ¿Por qué causa el Plan de Acción empieza con operación y mantenimiento de las centrales existentes? ¿Cuál es la novedad de eso?

JLA: Porque es nuestra misión esencial. De ella depende nuestra producción de energía. Los planteles de operación y mantenimiento van a enfrentar  desafíos de crecimiento y capacitación crecientes a medida que se vayan concretando las inversiones. Va a haber mejora continua. Es una herramienta de gestión indispensable

A: Se extiende la vida útil de Atucha I. Es una obra que se inauguró en 1974 y sumando paradas planificadas, una rotura en 1988, obras posteriores de aumento de potencia y una extensión tiene… ¿Cuánto tiempo operando? ¿No sería hora de fletarla?

JLA: Atucha I lleva 47 años operando. Quedó totalmente amortizada a los 25 años de operación pero esta noche estará entregando 350MW a la red. Son  100 MW MÁS QUE SU POTENCIA ORIGINAL DE DISEÑO. Ya la rehicimos de pe a pa, Atucha I, la mejoramos en potencia y quemado de combustible, y lo bien que salió. Y todo bajo autorización de la Autoridad Regulatoria Nuclear Argentina, es decir la ARN. Que le da licencia para operar hasta el 2024.

A: No falta mucho. Y es vieja.

JLA: Para nada. La queremos en producción. Con sólo una inversión de U$ 300 millones le podríamos sacar 15 años más de vida útil. Es poca plata para tener 350 MW de funcionamiento permanente. Aunque sea chica, está siempre. Le da mucho apoyo de base a la red eléctrica argentina.

A: A mí me parece raro que una máquina que se inauguró cuando yo tenía 21 años vaya a seguir 15 años más después de… ¿2024? Me da como 2040.

JLA: Estas máquinas alemanas son terriblemente robustas, la ingeniería alemana ama el sobredimensionamiento, especialmente en materia de seguridad. Muchas veces hace cosas que exceden largamente su primera expectativa de vida útil. Creo que las dos Atuchas nos van a sobrevivir muchos años a Ud. y a mí, Arias.

A: A mí, no tengo duda. Pero la que autoriza o no una extensión de vida es la Autoridad Regulatoria Nuclear, la ARN, y son durísimos. ¿Qué van a decir?

JLA: Naturalmente que sin autorización previa de la ARN no se empieza ningún trabajo de extensión de vida de un reactor. Tampoco se lo vuelve a arrancar sin su autorización. Y se necesita otra más para conectarla a la red.  Pero déjeme decirle algo: la ARN conoce profundamente nuestras centrales desde su creación y hace no mucho licenció la extensión de vida de Embalse por 30 años adicionales de operación. Son extremadamente severos, es cierto, pero damos gracias por ello.

A: ¿Atucha II es igualmente robusta?

JLA: Sí, y por eso era un crimen no terminarla. La alternativa era tirar a la basura lo invertido hasta el 2005 en su construcción. Atucha II es una máquina que tal vez vaya a suministrarle electricidad a sus bisnietos. Su vida de diseño es de 60 años y ya sabemos que se puede prolongar.

A: ¿A 80 años? ¿O a un siglo?

JLA: ¿Sabe, Arias, qué centrales eléctricas tienen tan larga vida como las nucleares?

A: Las hidroeléctricas, me imagino.

JLA: Exacto. Y ambas comparten un mismo problema. Son proyectos de gran inversión inicial, bajo costo operativo y muy larga vida útil. Pero esto es lo que les permite generar electricidad barata.

A: Me imagino por qué, pero prefiero su propia explicación.

JLA: La herramienta de análisis más común para los proyectos de centrales es el Costo nivelado de la energía producida o LCOE (Levelised Cost Of Electricity). Esencialmente este método consiste en descontar al origen los flujos de fondos futuros para así encontrar el valor unitario de la energía producida que brinda la rentabilidad o retribución del capital que se espera del proyecto.

A: Todos los tipos que escucho hablar y hablar de LCOE son antinucleares.

JLA: El problema de este método es que, con tasas de descuento superiores al 4 o 5% anual, los flujos de fondos después de los 20 años valen prácticamente cero. Como dijimos, las centrales nucleares tienen plazos de vida muy largos, en el mundo ya hay centrales nucleares licenciadas para 80 años de vida.

A: En la práctica, no hay ninguna operativa que tenga esos años.

JLA. Pero estas vidas operativas tan prolongadas no son especulaciones teóricas sobre diseños recién puestos en marcha en otros países. Afortunadamente tenemos ejemplos claros con nuestras propias centrales nucleares.

A: No entiendo.

JLA: Los flujos de fondos obtenidos como producto de estas largas vidas útiles los estamos percibiendo hoy y los percibiremos por muchos años más. El hecho que la herramienta de cálculo no los detecte no significa que no existirán, significa que la herramienta de cálculo no es capaz de valorizarlos.

A: ¿Ud. me dice que el problema del LCOE alto de las centrales nucleares no está en los fierros, sino en el LCOE como herramienta?

JLA: Tal cual. Para tratar de adecuarla a vidas operativas tan largas se están diseñando modificaciones. Incorporan elementos que van más allá de la central tomada como elemento aislado. En cambio, considera también factores sistémicos, como la ventaja que le significa a una red eléctrica que siga activa una máquina con larga vida útil, mucha disponibilidad y bajo costo operativo, cifras que el LCOE no logra detectar. Las nuevas herramientas para medir si una central cierra o se repara y actualiza a nuevo y se re-licencia se llaman VALCOE (por Value-Adjusted Levelised Cost Of Electricity). Y medidas con esa perspectiva, aquí tenemos tres maquinones. Y vamos por más.

A: ¿Y qué pasa con el CAREM? El Plan de Acción de NA-SA es terriblemente elusivo al respecto. Dice sólo que van a prestar asistencia a requerimiento de la CNEA.

JLA: Eso es correcto. Esa es nuestra misión y es lo que debe figurar en nuestro Plan de Acción. Continuaremos prestando nuestra colaboración a CNEA. Es la dueña del proyecto. Y ojo, es un proyecto con el que en NA-SA tenemos una relación tremendamente afectiva. Además de poder ser algo que podemos exportar por decenas, en la lucha por hacer realidad al CAREM pusieron su vida entera muchos colegas de la CNEA y de INVAP que hoy no están, como Cacho Otheguy… Y antes de que me pregunte por la Planta Industrial de Agua Pesada

A: Sí, la PIAP. Iba a preguntarle por ella. Los macristas la dejaron en abandono total…

JLA: Bueno, la necesitamos reparada y activa, no sólo para ir fabricando la carga del  Proyecto Nacional, sino fundamentalmente antes, para ir reponiendo el agua pesada que gastan las 3 centrales activas. Pero le voy a contestar exactamente lo mismo que antes. La propiedad de esa planta es del Estado Nacional a través de la  CNEA. NA-SA necesita como sea el producto de la PIAP, que es la mayor fábrica de su tipo en el mundo. Pero no puede decir nada sobre la PIAP. No le pertenece.

A: El documento habla de fortalecer los recursos humanos. Cuando se terminó la extensión de vida de Embalse, en 2018, la dirección macrista de NA-SA echó a la calle a más de 300 ingenieros y técnicos de la Unidad de Gestión, los que estuvieron directamente involucrados en la terminación de Atucha II.

JLA: Sí, de eso ya hablamos. ¿Cuál es la pregunta?

A: ¿Cómo se vuelve de semejante lobotomía? ¿Se vuelve?

JLA: Ufff… Con oferta laboral abundante y de calidad, producto de nuestros planes de inversión, mantenimiento y operación, recuperando a la gente experimentada que quiera volver, e ingresando  a los jóvenes que quieran entrar a formarse a NA-SA.

A: ¿Pero cómo le puede asegurar a esa gente que no vuelvan los…?

JLA. Ya lo he visto dos veces a esos, lamentablemente no conozco antídoto infalible al respecto.

A: Dicen los que trabajaron con Ud. que con Ud. nunca hay tiempo de aburrirse. En realidad, dicen que nunca hay tiempo. Dicen que a Ud. lo llaman “San Cayetano”, porque es ir a verlo y salís reventando de trabajo. Dicen…

JLA: (no contesta, pero se ríe un rato largo).