Una ola de calor «histórica» asfixia Canadá y Estados Unidos. En ambos países se experimentan temperaturas arriba de los 45 grados, debido al fenómeno denominado “cúpula de calor”. La Columbia Británica, en el oeste de Canadá, registra 233 muertes en 4 días atribuidas a esta causa; en EE.UU. el número de víctimas es inferior.
Escuelas y clínicas de vacunación COVID-19 cerradas y un evento de atletismo clasificatorio para los Juegos Olímpicos pospuesto: el oeste de Canadá y sectores de Estados Unidos experimentaban desde hace 4 días récords «históricos» de temperatura, provocados por una ola de calor de inusual intensidad.
En Portland (Oregón) y Seattle (Estado de Washington), dos grandes ciudades del noroeste de Estados Unidos conocidas por su clima normalmente frío y húmedo, la temperatura alcanzó su máximo nivel desde que se tienen registros (1940).
Llegó a 46,1 grados en el aeropuerto de Portland el lunes a mediodía (tras un récord de 44,4 grados la víspera) y a 41,6 grados en Seattle, según el servicio meteorológico estadounidense (NWS).
Pero el oeste de Canadá fue el epicentro, y la localidad de Lytton, en Columbia Británica, batió el máximo histórico del país, con una temperatura de 47,5 grados el lunes.
En esa región, los ventiladores y aires acondicionados están agotados y las ciudades han abierto centros de refrescamiento.
Varias clínicas de vacunación contra COVID-19 fueron cerradas y las escuelas anunciaron la suspensión de actividades debido al extremo calor.
«Una ola de calor prolongada, peligrosa e histórica persistirá por toda esta semana», advirtió Environment Canada, al emitir alertas para Columbia Británica, Alberta y partes de Saskatchewan, Manitoba, Yukon y los Territorios del Noroeste.
«Es un calor desértico, muy seco y caliente», dijo David Phillips, climatólogo principal de Environment Canada.
«Somos el segundo país más frío del mundo y el más nevado», dijo. «A menudo vemos olas de frío y ventiscas, pero pocas veces hablamos de un clima caluroso como este. Dubái sería más fresco que lo que estamos viendo ahora».
Al otro lado de la frontera, los estadounidenses también están sufriendo temperaturas sofocantes en los estados del noroeste.
«Este nivel de calor es extremadamente peligroso», advirtió el NWS.
En el noroeste de EE.UU., en Seattle, Amazon anunció que iba a abrir al público parte de su sede como punto para refrescarse con una capacidad de 1.000 plazas. Muchos hogares carecen de aire acondicionado en esta ciudad típicamente templada.
La temperatura media para un mes de junio en Seattle es de 19 grados centígrados.
También en Portland, muchos residentes se están refugiando con colchones y sillas plegables en lugares con aire acondicionado improvisados por las autoridades locales.
No muy lejos de allí, en la ciudad de Eugene, la última de las pruebas de atletismo de las selecciones estadounidenses para los Juegos Olímpicos tuvo que ser aplazada el domingo a causa de la ola de calor.
El calor extremo, combinado con una intensa sequía en el Oeste americano, ha favorecido la aparición de varios incendios durante el fin de semana. Uno de ellos, en el límite de Oregón y California, quemó unas 600 hectáreas hasta el lunes por la mañana, obligando a las autoridades a evacuar a algunos residentes y a cerrar una carretera estatal.
Estas altas temperaturas se deben a un fenómeno conocido como «cúpula de calor»: las altas presiones atrapan el aire caliente en la región.
La intensidad de esta «cúpula de calor» es «tan rara estadísticamente que sólo podría esperarse una vez cada varios miles de años de media», escribieron los expertos en meteorología del Washington Post. «Pero el cambio climático inducido por el hombre ha hecho que este tipo de eventos excepcionales sean más probables».
Por otro lado, la ciudad de Nueva York, aunque muy al este de la «cúpula» también está sufriendo altas temperaturas. Y con problemas en la provisión de electricidad, porque hace poco cerraron una central nuclear que contribuía a su abastecimiento.
Comentario de AgendAR:
Como se indica en la nota, este fenómeno es parte del «calentamiento global», sino circunstancias específica. Pero, como también se señala, el cambio climático en curso los hace más frecuentes.
Y es muy probable que den más impulso todavía a la preocupación por el cambio climático que han asumido, por lo menos de palabra, casi todos los gobiernos.
El estado argentino, entonces, deberá tomar muy en serio, y planificar, cómo vamos a encarar las los cambios que la naturaleza y las reglamentaciones globales exigirán en nuestras exportaciones, nuestras fuentes de energía, en el transporte… No es una política «verde» para conseguir votos en las clases medias urbanas -aunque eso también será un factor. Es la geopolítica que viene.