Con más del 60% de la población italiana mayor de 12 años ya inmunizada, desde este viernes 6 de agosto el denominado «pase verde» permitirá solo a personas vacunadas o que presenten un test negativo de covid ingresar a espacios cerrados dentro de los restaurantes, además de «espectáculos, eventos y competiciones deportivas. La pregunta no es si algo parecido sucederá en Argentina, sino cuándo.
El Gobierno italiano considera extender al transporte de media y larga distancia el denominado «pase verde», que desde el viernes permitirá a personas vacunadas asistir a museos, eventos y congresos, y también a restaurantes en espacios cerrados de todo el país.
«Sería justo extenderlo», afirmó el ministro de Salud Roberto Speranza en declaraciones que reprodujo el lunes el diario Repubblica, al ser consultado sobre la posibilidad de que, desde septiembre, el «pase verde» se exija también para los trayectos en tren y en avión de media y larga distancia.
El Gobierno italiano extiende también el pase verde a las personas que hayan recibido una sola dosis de las vacunas que requieren dos aplicaciones. Puede obtenerse también con un test negativo con 48 horas de antigüedad o demostrando un certificado de alta de la enfermedad en los últimos seis meses.
Comentario de AgendAR:
El pase sanitario obligatorio comienza a ser efectivo en varios países de la Unión Europea. La ciudad de Nueva York anunció hoy que será obligatorio en restaurantes, teatros y gimnasios…
Por eso la pregunta no es si veremos algo parecido, obligatorio, en Argentina, sino ¿cuándo? Ciertamente no será antes que un porcentaje de la población bastante mayor al actual esté vacunado.
Y tampoco antes de las elecciones de noviembre (con algunas excepciones, como en Jujuy). No porque los opositores a una medida así sean mayoría, sino porque aún una minoría «intensa» conserva un apreciable poder de veto en la sociedad moderna.
Pero estamos razonablemente seguros que en el año próximo veremos algo parecido en Argentina. Y en la mayoría de los países. En muchos casos, no por una decisión explícita de los gobiernos, sino por la lógica empresaria, se exigirá en los transportes de larga distancia y por los grandes empleadores. Como señalamos aquí, eso ya está sucediendo.