La infección por coronavirus genera anticuerpos protectores que se mantienen más de un año

Tras realizar un estudio con más de 300 personas contagiadas con el SARS-CoV-2, investigadores del instituto IrsiCaixa han comprobado que sus niveles de anticuerpos neutralizantes permanecían más de un año después del momento de la infección.

Aunque en los pacientes hospitalizados la producción de anticuerpos es superior, su capacidad de bloquear nuevas variantes se ve más afectada en comparación a la de los asintomáticos o con síntomas leves, que generan menos anticuerpos, pero más protectores.

Entender el funcionamiento y descifrar la duración de la inmunidad natural contra el SARS-CoV-2 ha sido un objetivo prioritario desde el inicio de la pandemia de la covid-19. Ahora, con la aparición de nuevas variantes del coronavirus capaces de evadir el sistema inmunitario, es aún más necesario.

Investigadores de IrsiCaixa —centro impulsado conjuntamente por la Fundación «la Caixa» y el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya—, en colaboración con el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CReSA) del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) y el Barcelona Supercomputing Center (BSC), demuestran en un nuevo estudio que la mayoría de las personas que han pasado la covid-19, independientemente de la gravedad de los síntomas, presentan anticuerpos neutralizantes —es decir, con efecto protector— más allá de un año después de la infección.

El equipo ha observado que, aunque en el caso de los pacientes hospitalizados la producción de anticuerpos es superior, su capacidad de bloquear nuevas variantes del SARS-CoV-2 se ve más afectada en comparación a la de los pacientes asintomáticos o con sintomatología leve, que generan menos anticuerpos, pero más protectores.

Sin embargo, la vacunación ha implicado en todos los individuos del estudio un aumento en sus niveles de anticuerpos, llegando a cantidades muy similares entre todos ellos.

Para los pacientes hospitalizados, la producción de anticuerpos es superior, aunque su capacidad de bloquear nuevas variantes del SARS-CoV-2 es más reducida en comparación a la de los pacientes asintomáticos o con sintomatología leve, que generan menos anticuerpos, pero más protectores

«Se trata de uno de los seguimientos más largos hechos hasta el momento en personas que han pasado la covid-19«, explica Julià Blanco, investigador en IrsiCaixa. «Durante poco más de un año, hemos analizado la capacidad protectora de los anticuerpos de un grupo de personas con sintomatología muy heterogénea y hemos visto que la severidad de la enfermedad es la que determina la magnitud y efectividad de la respuesta inmunitaria frente al SARS -CoV-2», añade.

Estudio con 332 personas infectadas
El estudio, prepublicado en medRxiv, se ha llevado a cabo en un total de 332 personas que han pasado la enfermedad, tanto de manera asintomática y leve (en torno al 60 %) como grave (en torno al 40 %), y se les ha hecho un seguimiento de la respuesta inmunitaria neutralizante durante 15 meses.

Se ha comprobado que, en la mayoría de los casos, los niveles de anticuerpos se mantienen durante más de un año y confieren protección frente al SARS-CoV-2. «Lo que hemos visto a lo largo de este año es que, en los pacientes hospitalizados, la cantidad de anticuerpos protectores alcanzan su nivel máximo pocos días después de presentar los primeros síntomas y, seguidamente, decaen de manera pronunciada, hasta que se estabilizan, manteniéndose elevados en el tiempo«, comenta Edwards Pradenas, investigador predoctoral en IrsiCaixa y co-autor del estudio junto con Benjamin Trinité, investigador postdoctoral en IrsiCaixa.

Una infección severa parece generar más anticuerpos, pero de peor calidad. «Tener una buena respuesta inmunitaria es clave, sobre todo ahora con la aparición de nuevas variantes que pueden comprometer la efectividad de nuestras defensas», comentan los autores del estudio.

VIAAgencia SINC