El gobierno de Río Negro, el gobierno nacional y la empresa australiana Fortescue Future Industries, firmaron un acuerdo para avanzar en el objetivo de desarrollar, financiar, construir y operar proyectos verdes que mitiguen los efectos del cambio climático.
La gobernadora, Arabela Carreras; el ministro de Desarrollo Productivo de la Nación, Matías Kulfas; y la CEO de Fortescue Future Industries, Julie Shuttleworth, que se sumó por videoconferencia, fueron los firmantes del acuerdo marco, sellado esta mañana en Buenos Aires.
Las tres partes se comprometen a trabajar de manera colaborativa en el desarrollo de una plataforma de producción de conocimiento e investigación que optimice las capacidades existentes, con la mirada puesta en que los proyectos verdes alcancen los resultados económicos, ambientales y socialmente requeridos para su materialización.
“Quiero agradecer a la empresa Fortescue y a todo el equipo de Río Negro que ha sido protagonista en el proceso previo y que tendrán la responsabilidad de dar continuidad legislativa a este comienzo que estamos dando”, enfatizó Carreras.
“Ya veníamos trabajando en Río Negro en el hidrógeno general y en el hidrógeno verde en particular con un equipo de científicos que llevan muchos años desarrollando investigación, y con la expectativa que llegará en algún momento al estado de madurez tecnológica necesaria”, agregó.
El embajador de Australia en Argentina, Brett Hackett, destacó la importancia del acuerdo y considero a Río Negro como un Gobierno progresista comprometido con el ambiente: “Como dos de los grandes países del sur compartimos muchos de los mismos desafíos del cambio climático y, mirando el futuro, estos desafíos van a transformar nuestras economías y desarrollos como naciones. En Argentina, tanto el Gobierno Nacional como el de Río Negro, son reconocidos como gobiernos progresistas, comprometidos con la sostenibilidad económica y ambiental de largo plazo, por eso esta sociedad es muy lógica”.
Además, agregó: “Para alcanzar un acuerdo como el de hoy, hace falta más que una visión y compromiso, se trata de reconocer que en muchos aspectos el futuro ya está aquí y la economía del hidrógeno ya ha llegado y hay pocos países como Argentina y Australia para satisfacer la demanda tanto interna como mundial de energía limpia. Estamos empezamos una asociación nueva, con enorme potencial, y esto será beneficioso para los dos países, pero también tendrá beneficios a nivel mundial”.
El director ejecutivo de Argentina Fortescue Future Industries S. A., Agustín Pichot, destacó que “estamos hablando de una industria nueva que se va a ocupar de las futuras generaciones, es un momento para ocuparnos del problema y dar una solución con algo tan simple como es el hidrógeno verde. Va a ser complejo lograrlo, pero no tengo dudas que los profesionales argentinos nos van a ayudar”.
Este acuerdo será implementado a través de un equipo de trabajo, compuesto por dos representantes de cada una de las partes, quienes se reunirán una vez por mes, con el objetivo de coordinar todas las comunicaciones entre la empresa y los Gobiernos Provincial y Nacional, para avanzar en los Proyectos Verdes.
Del acto de firma del acuerdo participaron también el director ejecutivo de Argentina Fortescue Future Industries Sociedad Anónima, Agustín Pichot; el senador nacional, Alberto Weretilneck (por videoconferencia); el diputado nacional, Luis Di Giacomo; el embajador de Australia en Argentina, Brett Hackett; el secretario de Industria de la Nación, Ariel Schale; el ministro de Economía rionegrino, Luis Vaisberg; la secretaria de Estado de Energía, Andrea Confini; y el secretario general, Daniel Sanguinetti.
Comentario de AgendAR:
En el portal siempre subrayamos que la economía del H2, o hidrógeno molecular, no es algo que vaya a empezar esta noche. Falta resolver cantidad de problemas tecnológicos difíciles, no tanto en la producción como en el almacenamiento y transporte del H2, antes de que ese gas, sin importar su fuente de origen, sirva para generar potencia electromotriz en lugar de los combustibles fósiles. Cosa que no parece que vaya a ocurrir comercialmente, aunque sí en forma testimonial, es decir en sistemas de demostración.
Efectivamente, se venden algunos autos eléctricos a H2 comprimido, como la 4×4 Hyundai Tucson, o el Toyota Mirai. Por ahora son muy caros, la venta funciona a puro a puro subsidio del estado y las automotrices, y los vehículos en sí resultan más intraurbanos que ruteros: por ahora, carecen de redes nacionales de recarga de H2. Y eso por lo dicho: el H2 es difícil de transportar y de almacenar. Mucho más que el GNC argentino.
Pero este es un momento bisagra de inversión mundial de capitales en la descarbonización de la economía. Nunca antes hubo un giro tan marcado hacia la economía verde. No sólo los fondos de inversión, los bancos privados y estatales están apostando a la electricidad sin carbono, sino las propias petroleras. En ese marco, el interés de los proyectos multilaterales de Río Negro está tanto en el tema como en los socios tecnológicos: es el momento de tenerlos.
Y la provincia entra a estos acuerdos por la puerta grande. No es simplemente dueña de un recurso natural cualitativa y cuantitativamente impresionante para producir energía, el viento de la estepa. Viento hay en toda la Patagonia. Río Negro es, desde 1950, la cuna del Programa Nuclear Argentino, sede del Centro Atómico Bariloche y del Instituto Balseiro, que es LA universidad argentina de referencia en física e ingeniería nuclear y espacial.
Pero además Río Negro ha sabido transformar todo esto en negocios: es copropietaria de INVAP, la única empresa del Hemisferio Sur que exporta reactores nucleares, radares y satélites de telecomunicaciones.
Uno de los varios reactores nucleares que exportó INVAP está, y no es casualidad, en Sidney, Australia. Se llama OPAL, es de sólo 20 MW térmicos y se lo considera la mejor unidad multipropósito del mundo por su productividad. Funciona sin problemas desde 2006 y llevó a Australia de ser un país con autoabastecimiento a su posición actual de tercer proveedor mundial de radioisótopos médicos, así como a volverse una meca de investigación nuclear y ciencia de materiales.
En 15 años, la capacidad tecnológica barilochense le hizo ganar mucho dinero y prestigio a los australianos. Fortescue Future Industries está vinculada al gigante minero australiano Fortescue Metals Group, y tiene un acuerdo marco similar al que se informa en esta nota para desarrollar proyectos de «hidrógeno verde» en India.
Más allá de los resultados, esta asociación internacional de la provincia tiene un valor propio.