El proyecto de ley del Presupuesto Nacional para el año próximo fue enviado al Congreso minutos antes de medianoche. Proyecta para el 2022 un crecimiento esperado del 4%, inflación del 33% y el dólar a $131,10.
El proyecto de ley de Presupuesto 2022 fue enviado al Congreso a minutos de medianoche con las principales variables económicas y una señal política contundente: apunta a bajar los subsidios mediante la segmentación de tarifas y a reducir la emisión monetaria a la mitad para contener la inflación.
Entre las principales variables económicas, el presupuesto de Guzmán estima que el año que viene la economía crecerá 4% desde el 8% de este 2021, de esta forma se recuperaría el nivel de actividad de fines de 2017 antes de que se estallara la crisis cambiaria de 2018. A su vez, proyecta que la inflación pasará a ser del 33% respecto del 45,1% con el que estiman que cerrará este año. La baja de la inflación, aclararon fuentes del Ministerio, no va a ser necesariamente lineal mes a mes porque puede haber repuntes estacionales, pero sí confían que en términos interanuales se consolide la baja.
El proyecto de ley plantea que entre diciembre de este año y el del año próximo, el dólar oficial pase de $102,40 a $131,10, es decir que se siga moviendo ligeramente por debajo de la inflación, aunque no tanto como en 2021. Consecuentemente y de la mano de precios más modestos para las commodities, el superávit comercial se reducirá de los 12.878 millones de dólares a los 9.323 millones.
Así y todo, en el Ministerio aclaran que la economía seguirá con déficits, pero se irán reduciendo de la mano de la mejora en los ingresos por la recuperación económica y por la baja en los subsidios económicos. Puntualmente, gracias al fin del Plan Gas de Aranguren con su resolución 46 y la vigencia plena del plan GasAr que pone un tope de 3,3 dólares por millón de BTU a la producción excedente, los subsidios caerían automáticamente del 2,2% al 1,8% del PBI. Sin embargo, en el equipo de Guzmán confían que podrán comprimir esta cifra al 1,5% gracias a una baja de 0,3 puntos porcentuales aplicando una política de segmentación de tarifas.