Ayer apareció en la mayoría de los medios nacionales -también nosotros, en la red social Twitter- la noticia “COVID-19: Tierra del Fuego es la primera provincia en alcanzar la inmunidad de rebaño. Ya vacunó al 93% de su población mayor de 18 años con 1ras. dosis y al 72% con el esquema completo«.
Nos equivocamos, y pedimos disculpas. La ministra no dijo eso; se trata de una gacetilla del gobierno provincial, y es una perdonable exageración, de un importante trabajo sanitario.
Sucede que, egún los datos abiertos del Ministerio de Salud, hay 5 provincias que superaron el 70% de su población mayor a 18 años con las 2 dosis: La Pampa alcanzó un 80,9%, seguido por la Ciudad de Buenos Aires (78,6%), Tierra del Fuego (77,7%), San Luis (77%) y Santiago del Estero (71,5%).
Además, la «inmunidad de rebaño» -según la OMS es la “protección indirecta contra una enfermedad infecciosa que se consigue cuando una población se vuelve inmune, ya sea como resultado de la vacunación o de haber presentado la infección con anterioridad”- es un concepto impreciso: no hay consenso científico sobre el % necesario para conseguirla. Todavía más difícil establecerlo con el coronavirus, que desarrolla nuevas variantes con mayor o menor facilidad de contagio
Pero nos parece útil compartir algunas reflexiones, y comparaciones, de AgendAR:
El 93% es un número importante para una isla que volverá a tener, dentro de poco, mucho turismo internacional de cruceros que van a la Antártida.
Y tiene otra importancia adicional: tal vez fije el techo de vacunabilidad de la población argentina sin recurrir a la coerción del estado y de las patronales. Frente al 33% de invacunables que enfrenta Biden en EE.UU., con suficientes vacunas seríamos un paraíso sanitario.
Que una gran mayoría de nuestros compatriotas sean tan abiertos ante la vacunación masiva, en comparación con Estados Unidos, es indisociable de dos hechos: aquí los antivacunas no se orientan tan estrechamente a un partido y a una geografía, al menos no del modo en que en EEUU están en la derecha republicana rural y del Sur.
La otra es que allí sólo se murió, hasta ahora, de Covid-19 un ciudadano de cada 500, mientras que aquí se murió un argentino de cada 396. Como dice el Martín Fierro: «No hay cosa como el peligro pa’ refrescar a un mamao».