WASHINGTON.- Frances Haugen, la informante que reveló secretos de Facebook, brindó un demoledor testimonio ante un comité en el Senado de Estados Unidos y acusó a la red social más popular del planeta de poner sus “astronómicas ganancias antes que las personas”, operar sin transparencia ni control, alentar las divisiones, el extremismo y la violencia, provocar un daño a la salud mentad de los niños y adolescentes, y debilitar la democracia.
Haugen, una ingeniera de computación de 37 años que trabajó hasta mayo de este año en Facebook, responsabilizó además de manera directa al cofundador de Facebook, Mark Zuckerberg, y su círculo de más cercano al indicar que prefirieron descartar mejoras en las plataformas de la empresa que pueden reducir el riesgo al que se exponen sus usuarios para sostener las ganancias de su emporio tecnológico.
“El liderazgo de la empresa conoce formas de hacer Facebook e Instagram más seguras y no hará los cambios necesarios porque han puesto sus astronómicas ganancias antes que las personas. Se necesita la acción del Congreso. No pueden resolver esta crisis sin su ayuda”, dijo Haugen, al leer el testimonio que preparó.
“Las decisiones finales son de Mark. No hay nadie que haga responsable a Mark más que él mismo”, agregó luego, al responder preguntas de los senadores.
La audiencia del Subcomité de Protección de Consumidores, Seguridad de Productos y Seguridad de Datos del Senado dedicada a Haugen ocurrió un día después de que Facebook sufriera la peor caída en sus plataformas desde 2008.
La presentación de Haugen en el Congreso despertó un enorme expectativa porque por primera vez una experta en tecnología con información interna de la empresa ofreció una mirada de primera mano sobre el funcionamiento de Facebook, y se ofreció a responder preguntas de los legisladores.
Facebook ya estaba bajo un fuerte escrutinio en Washington. Varios legisladores, republicanos y demócratas, creen que ha acumulado demasiado poder, es una amenaza para la democracia y debe ser regulada. Algunos, como la senadora Elizabeth Warren, ícono progresista de los demócratas, han llegado a sugerir que Facebook debe ser partida en varias empresas (como lo fue en 1983 la teléfonica AT&T).
El tema de la audiencia fue por demás sensible: el impacto de las redes, y, en particular, de las plataformas de Facebook sobre la salud mental de niños y adolescentes. Al final, el testimonio de Haugen le dio oxígeno a la posibilidad de una ofensiva política más agresiva contra Zuckerberg y su empresa.
Antes de ir a testificar al Senado, Haugen ya había ganado notoriedad al brindar una entrevista al programa 60 minutes difundida el domingo en el que reveló que era la informante y principal fuente de una serie de reportajes publicados por el periódico The Wall Street Journal que revelaron las fallas y los daños de las plataformas de la empresa liderada por Zuckerberg, que quedó acorralada como nunca bajo fuertes críticas, y ante la amenaza de una intervención regulatoria que puede llegar a alterar para siempre la composición de la compañía.
Una de las revelaciones más fuertes del W. S. Journal fue que Facebook sabe que Instagram es tóxica para los adolescentes. Un estudio de la empresa indicó que el 32% de las adolescentes mujeres afirmó que Instagram las hizo sentirse peor respecto de sus cuerpos. Una y otra vez, Haugen apuntó contra los algoritmos de la empresa, y dijo que Facebook alienta la anorexia y la adicción, y llegó a comparar a Instagram con el cigarrillo.
“Vi que Facebook encontró conflictos repetidamente entre sus propios beneficios y nuestra seguridad. Facebook resolvió constantemente esos conflictos a favor de sus propios beneficios. El resultado ha sido más división, más daño, más mentiras, más amenazas y más combate”, dijo Haugen. “En algunos casos, una peligrosa charla en línea ha provocado una violencia real que daña e incluso mata a las personas”.
La respuesta de Facebook
Facebook ha negado o minimizado las acusaciones de Haugen y las historias publicas en el Journal. Antes y después de la audiencia en Senado, la compañía desplegó una fuerte campaña comunicacional –varios ejecutivos ofrecieron entrevistas en la televisión– para refutar su testimonio.
“No estamos de acuerdo con su caracterización de los muchos temas a los cuales se refirió”, dijo Lena Pietsch, directora de Comunicación de Políticas Públicas de Facebook, en un comunicado. “A pesar de todo esto, estamos de acuerdo en una cosa: es hora de comenzar a crear reglas estándar para Internet. Han pasado 25 años desde que éstas se actualizaron, y en lugar de esperar a que la industria tome las decisiones sociales que le corresponden a los legisladores, es hora de que el Congreso actúe”, agregó.
Haugen imploró a los senadores que intervengan para monitorear y regular a la empresa, y proteger a sus usuarios, sobre todo los niños. La compañía, señaló, esconde información al público y al gobierno, y, por lo tanto, el Congreso debe intervenir para saber qué sucede y proteger a los usuarios. Este punto, en especial, pareció resonar con los senadores, demócratas y republicanos, que hablaron de un testimonio “catalizador” y se mostraron proclives a la idea de exigirle a la empresa que divulgue las investigaciones sobre sus plataformas.
“Casi nadie fuera de Facebook sabe lo que sucede dentro de Facebook. La compañía oculta intencionalmente información vital al público, al gobierno de los Estados Unidos y a los gobiernos de todo el mundo”, dijo Haugen. “Facebook es una caja negra”, coincidió al final el presidente del comité, el senador demócrata Richard Blumenthal.
Atípico en Washington, la audiencia sirvió para mostar que Facebook cerró la grieta entre demócratas y republicanos: desde “ambos lados del pasillo”, como se dije en la jerga política norteamericana, mostraron una fuerte inquietud por el poder que acumuló Facebook, la falta de vigor en la respuesta de Zuckerberg y su equipo a las preocupaciones de usuarios, políticos y organizaciones civiles, y la necesidad de actuar para prevenir un daño mayor a la gente, y a la democracia. La senadora demócrata Amy Klobutchar anticipó que el testimonio de Haugen será un “catalizador” para la acción parlamentaria.