Diecisiete medios importantes estadounidenses – entre ellos el Washington Post, The Verge, Politico y el New York Times – publicaron ayer lunes documentos internos de la empresa Facebook, más de 10 mil páginas, que habían sido entregados a las autoridades por empleados descontentos. La acusan de tolerar contenido potencialmente violento, como discursos de odio en países en guerra, por su propio beneficio y expansión.
El gigante de las redes sociales se ha enfrentado a una tormenta de críticas después de que la denunciante Frances Haugen filtrara estudios internos – dados a publicidad por el Wall Street Journal – que mostraban que la empresa conocía el daño potencial avivado por sus sitios. Esto provocó que legisladores del Congreso de EE.UU. apoyaran iniciativas para regular la actividad de Facebook.
Algunos de los informes que destacan los medios atribuyen al presidente de Facebook, Mark Zuckerberg, acercamientos con autoridades de Vietnam para que la plataforma apoyara la censura estatal a cambio de su crecimiento en el país asiático, de 97 millones de habitantes. El artículo del Washington Post afirma que Zuckerberg había negociado personalmente una iniciativa del gobierno de Vietnam para limitar la propagación de los llamados mensajes «antiestatales».
En realidad, Facebook ya fue duramente cuestionada en años anteriores por sus manejos en torno a la privacidad de los datos de los usuarios, como el episodio de Cambridge Analytica. Pero ahora el reflector, y las denuncias, se enfocan en los contenidos.
La acusación central es que «ha contribuido a dañar la convivencia por ignorar contenido potencialmente violento como discursos de odio en países donde esos mensajes pueden tener graves consecuencias, según se desprende de las revelaciones de documentos».
Los medios ponen como ejemplo a los EE UU de Donald Trump, con el apogeo de las fake news gracias a las redes sociales y consecuencias tales como el asalto al Capitolio del 6 de enero, o el aún reducido porcentaje de vacunación contra el covid-19 por culpa de teorías acientíficas a las que Facebook ha permitido circular. Pero también afirman que la falta de control de Facebook sobre sus contenidos ha hecho estragos en la India, al potenciar la política de rehinduificación del país por parte del nacionalista Narendra Modi. O en Myanmar, atizando la persecución de la comunidad rohinyá. También citan ejemplos en Afganistán, Yemen y Etiopía.
La indignación colectiva, al menos en un sector numeroso e influyente, ha estallado. Se puede citar el tuit de la profesora de derecho Zephyr Teachout, de la Universidad de Fordham: «Los documentos de Facebook son tan condenatorios, tan perturbadores, tan repugnantes, que sin dilación deberían conducir a una investigación a nivel federal«.
La defensa de Facebook
La empresa ha dicho que se trata de la publicación selectiva de algunos estudios internos destinados a proyectar la red social bajo una luz «oscura e inexacta».
En cualquier caso, ya la Unión Europea – en particular Francia – insiste en limitar a los gigantes de Internet, Facebook entre ellos. Y ahora Frances Haugen testimonia ante un comité del Parlamento británico en Londres…
The Facebook Papers are so damning, so disturbing, so disgusting, and should lead to quick action at the federal level to stop this greedy, heartless, cruel company from destroying our democracy and people's lives around the world. t.co/AVSTCJOkM1
— Zephyr Teachout (@ZephyrTeachout) October 25, 2021
En AgendAR recordamos en estos días que la película que ficcionalizó la trayectoria de Mark Zuckerberg, La Red Social, estrenada en 2010, se promocionaba con una frase que podríamos adaptar a hoy «No se puede hacer 2.800 millones de amigos, sin crearse unos cuantos enemigos».