Los Jefes de Estado del G-20 acordaron un impuesto mínimo global del 15% a las multinacionales

Como fue anticipando AgendAR a lo largo de este año -cuando informamos de la reunión de la OCDE, el G-20 de los ministros de Finanzas, pero, sobre todo, la decisión de Alemania y Francia de promoverlo- los Jefes de Estado de los países del G20 acordaron ayer sábado en Roma la adopción de un impuesto mínimo global a sociedades de al menos el 15% «como medida para lograr un sistema tributario más justo y evitar que las empresas se beneficien de regímenes fiscales complacientes y no paguen impuestos en los países en los que operan».

El mecanismo previsto, que está previsto recién se adoptará en forma universal en 2030, afronta los desafíos de la digitalización y globalización de la economía.

El esquema elaborado en las comisiones del G-20 incluye dos conceptos básicos: el primero fija que el volumen del beneficio residual de las empresas, después de que el país donde esté la sede se haya quedado con el impuesto de un 10% de la rentabilidad, se repartirá entre los países donde operan las compañías. El segundo establece un piso mínimo al impuesto del 15% para las compañías que tengan una facturación de al menos 750 millones de euros.

Para la Unión Europea, al menos, este impuesto apunta a un blanco muy específico: los gigantes de Internet: Google, Microsoft, Apple y Facebook (ahora, Meta).