En AgendAR creemos que esta medida se aceleró por el rechazo a Bolsonaro y a algunas de sus políticas en buena parte de la opinión pública europea. Pero no importa: estas exigencias servirán como restricciones a nuestras exportaciones, si no somos cuidadosos.
Y en es en el interés de todos que lo seamos, especialmente con los bosques. Compartimos el informado análisis de Matías Longoni:
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Algún día iba a suceder y las discusiones de la cumbre climática de Glasgow al parecer han acelerado este proceso. La Unión Europea comenzará a exigir un “certificado de libre de deforestación” a una serie de productos agropecuarios que importe desde terceros países, incluida por supuesto la Argentina.
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En la lista dada a conocer este miércoles por la Comisión Europea aparecen rubros importantes para los exportadores locales: el ganado (se sobreentiende que abarca la carne bovina, la aviar, la porcina y de otras especies), y la soja (y sus derivados, claro) exportados por la Argentina a Europa.
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También se mencionan otros rubros donde el país no participa, como el aceite de palma (proviene de Asia) o el cacao y el café (que se produce en Brasil y otras naciones latinoamericanas). La madera es también un sector sensible, aunque no hay muchos negocios en ese rubro realizados con Europa.
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Lo que sucedió es que, tras los grandes acuerdos marco alcanzados en la COP26 (entre ellos uno de compromisos para dejar de deforestar a partir de 2030, suscripto también por la Argentina), la Comisión Europea adoptó este miércoles tres nuevas iniciativas dentro del llamado Pacto Verde Europeo, que podrían complicar a muchos productores y empresas argentinas.
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“La deforestación y la degradación de los bosques se están produciendo a un ritmo alarmante, lo que agrava el clima cambio y pérdida de biodiversidad. El principal impulsor de la deforestación y la degradación forestal es la expansión de la tierra agrícola para producir productos básicos”, explicó la CE en una de esas propuestas regulatorias.
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En este contexto, la UE se asume como “un importante consumidor de productos básicos asociados con la deforestación y los bosques”, y hace un mea culpa porque “carece de reglas específicas y efectivas para reducir su contribución a estos fenómenos”. Por eso tomará la decisión de detener sus importaciones de esos alimentos en lso casos en que las empresas que los produzcan «no puedan probar que no se hayan producido en tierras deforestadas o degradadas”.
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La fecha de corte para comenzar con este proceso de certificación sería el 31 de diciembre de 2020.
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“La iniciativa tiene como objetivo minimizar consumo de productos provenientes de cadenas de suministro asociadas con la deforestación o degradación forestal y aumentar la demanda y el comercio de la UE de productos legales y ‘libres de deforestación’”, se explicó en un comunciado oficial de la CE.
Entre 1990 y 2020 el mundo ha perdido 420 millones de hectáreas de bosques
“Las nuevas normas propuestas garantizarían que los productos que los ciudadanos de la UE compran, utilizan y consumen en el mercado de la UE no contribuyan a la deforestación global y la degradación forestal”, define el ejecutivo comunitario, que no duda en culpar al proceso de desmonte a “la expansión agrícola vinculada a los commodities soja, carne vacuna, aceite de palma, madera, cacao y café, y algunos de sus productos derivados”.
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La Argentina es un importante exportador de harina de soja hacia los países de la comunidad europea, con ventas por más de 1.600 millones de dólares en 2020. Pero además embarca grandes cantidades de maní (561 millones de dólares) y de productos cárnicos (369 millones de dólares). Otros rubros que podrían verse afectado son los frutícolas, el maíz y el girasol. Y las legumbres del NOA.
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Por otro lado, la CE lanzó un nuevo Reglamento revisado sobre traslados de residuos, tendiente a imponer la llamada economía circular y reducir la combinación que surge de los desechos. La iniciativa promueve normas más estrictas sobre la exportación de residuos, un sistema más eficiente para la circulación de residuos y una acción decidida contra el tráfico de residuos.»
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En su edición de hoy, 19 de noviembre, el Financial Times titula «La Amazonia brasileña está soportando el ritmo de deforestación más rápido en 15 años«.
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