La escasez de microchips impacta severamente a la industria automotriz

Hay escasez de microchips en todo el mundo, pero en Argentina todavía no es un tema muy discutido, aunque ya frenó -hace 4 meses- la producción de cajas de cambio en una planta de Volkswagen en Córdoba.

Es que el «parate» provocado por la pandemia no la hizo tan notoria. Pero ahora la industria automotriz se está reactivando. Compartimos este análisis de Rubén Belluomo, Gerente Comercial para el Cono Sur de Infor.

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«La escasez global de microchips impacta severamente al mercado automotriz y no hay una solución rápida a la vista. Esta disrupción de la cadena de suministro llama la atención de líderes y expertos en la industria de todo el mundo y, aun así, el problema persiste. Resumiendo, no hay suficientes chips para satisfacer la demanda. Si bien algunas tácticas a corto plazo pueden ayudar a disminuir las pérdidas, se sabe que se requieren cambios a largo plazo en estrategia y planeamiento en la cadena de suministro.

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Los autos se han vuelto literalmente smartphones sobre ruedas y los semiconductores se han vuelto cada vez más críticos para una cantidad de aplicaciones, desde sensores de presión de combustible, velocímetros digitales, herramientas con inteligencia artificial que ayudan en el estacionamiento, buscar la estación de servicio más cercana o para alertar que hace falta un cambio de aceite.

Sin estos dispositivos diminutos, la recuperación de la industria automotriz post pandemia está demorada y las empresas se ven imposibilitadas a cumplir con los pedidos.

Según algunas estimaciones, el impacto en los volúmenes globales de producción será de aproximadamente 7 a 8 millones de unidades y McKinsey informa que los principales productores de vehículos han anunciado considerables bajas en su producción debido a la escasez de chips, bajando la facturación esperada en varios miles de millones de dólares.

¿Qué pasó con todos los chips? 

El problema comenzó en los primeros meses de la pandemia de COVID-19, cuando las ventas de autos cayeron casi un 80% en Europa, 70% en China y casi un 50% en los Estados Unidos. Esto también se reflejó en América Latina. La falta de demanda de autos nuevos causó que las fábricas cierren, que los trabajadores se fueron a sus casas y los pedidos de repuestos y componentes, como los semiconductores, se cancelaron. Esto fue resultado de no mirar a largo plazo. Tech Republic reporta que cuando esto sucede, los proveedores de chips quedan con capacidad en exceso en el inventario.

Al mismo tiempo, algunos sectores necesitaron más semiconductores para cumplir con las demandas de consumo en las casas y de trabajadores remotos. Las ventas crecientes en PCs, tablets y electrónica para estudiantes y trabajadores que instalaban estaciones de trabajo en sus casas, consumieron mayor cantidad de streaming. Esto ayuda a usar el stock existente de chips y sigue vigente hasta el día de hoy.

¿A quién afecta la escasez de chips?

El impacto es amplio, va mucho más allá que a los compradores frustrados de automóviles.  Cuando las fábricas cierran, se pierden puestos de trabajo, dañando a la economía. Industry Week reporta las ramificaciones políticas: “La escasez de chips que afecta a la manufactura, tiene un impacto masivo en la economía de los EEUU, disminuyendo la producción de automóviles y aumentando los precios”.  La Casa Blanca se ha reunido con ejecutivos del sector de semiconductores y los líderes en Europa intentan resolver el tema actual de los chips y buscar soluciones más a largo plazo.

Sin embargo, ya se están realizando cambios: Fleetnews del Reino Unido informa que “el sector está claramente navegando una disrupción. Los productores de autos debido a la escasez de chips están obligados a aprender de la situación actual para adaptarse y prepararse para el futuro en una forma más eficiente”.

Algunos fabricantes están haciendo cosas por su cuenta, intentando desarrollar sus propios microprocesadores y hasta su propio software. Esto puede significar un mayor control, muchos expertos lo consideran económicamente no práctico, ya que los chips automotrices son de bajo valor, son ítems de commodities. Invertir en desarrollarlos es una actividad de alto costo que tomaría años en ser rentable.

Una excepción es Tesla, dice Industry Week. Ha diseñado un microchip para su sistema “Full Self-Drive” produciendo todo, hasta el propio chip. En el segundo trimestre, el productor de autos tuvo un número récord de vehículos llegando a los USD 1 mil millones de ganancia neta por primera vez.

Por otro lado, recientemente se anunció que la Unión Europea piensa ocuparse de este tema por medio de la  legislación, esperando crear una “soberanía tecnológica” en caso exista escasez en el futuro. La UE quiere ser la fuente del 20% de la producción de semiconductores del mundo a finales de la década, conforme al roadmap presentado en marzo por la Comisión Europea.»