Ayer a las 12:35 (hora de Argentina), el Financial Times -el diario emblemático de la City de Londres y las finanzas internacionales- ponía en su portada online Brasil expulsa a la delegación del FMI por sus pronósticos (negativos) de crecimiento. Y el titulas y la noticia todavía sigue ahí.
Cayó como una bomba, y el superministro de Finanzas de Jair Bolsonaro, Paulo Guedes, se ocupó de dar su versión: el Fondo Monetario Internacional cerrará su oficina en Brasil en 2022, después de que el mismo Guedes, expresara que el gobierno ya no necesita el trabajo de la entidad en el país.
Mientras, en (otra) conferencia de prensa, el vocero del FMI Gerry Rice dijo que la oficina en Brasil se cerrará para el 13 de junio de 2022, fecha en la que expira el mandato de los representantes.
«Como en muchos otros países, la oficina en Brasil se abrió en una época donde había un programa financiero significativo con Brasil. Ése fue el propósito y el acuerdo con Brasil está terminado», explicó Rice.
Y agregó que «esa oficina se mantuvo abierta para facilitar el diálogo con el equipo y las autoridades. Lo que pasó es que terminó el acuerdo, como en otros países en el pasado. Podríamos abrir una nueva oficina en cualquier momento si hay un nuevo acuerdo de financiamiento».
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