El lic. Nadav Rajzman, Director Nacional de Promoción Minera, y el lic. Jorge Matías González, Director de Economía Minera, son los autores de esta columna de opinión:
«Argentina atraviesa un momento delicado en lo que respecta a sus finanzas externas. Requiere dólares y divisas extranjeras para el pago de sus abultados compromisos de deuda, lo cual compite directamente con la imperiosa necesidad de financiar las importaciones, que le permitan retomar una senda de crecimiento sostenido.
Esto último sigue una lógica básica y es que el común de productos que consumimos y máquinas que utilizamos para producir, tienen una cantidad de componentes elaborados en el exterior. Si cada punto de crecimiento del país tiene su correlato en un incremento de compras al exterior, entonces las exportaciones deben acompañar al crecimiento económico como condición necesaria.
A la hora de analizar los sectores con mayor potencial, existen pocos como el de la minería, con la capacidad de darle al país un salto exportador cualitativo en el mediano plazo. Esto no debe sorprendernos. Existen ejemplos cercanos en Chile y Perú, que permiten sustentar esta afirmación. En el primero, las exportaciones mineras crecieron desde US$ 8,7 mil millones en 2003 hasta los US$ 58,7 mil millones en 2021 y, en Perú, lo hicieron desde US$ 3 mil millones en 2000 a US$ 32 mil millones, únicamente en los primeros diez meses de 2021. En ambos países el crecimiento económico –derivado en parte del auge minero– fue acompañado de una baja, tanto en la pobreza como en la desigualdad.
Ahora bien, a pesar de compartir la Cordillera de los Andes y disponer de un potencial geológico similar, nuestro país exportó el último año US$ 2,76 mil millones en productos mineros, varias veces menos que nuestros vecinos. Estos montos exportados se alcanzaron por la producción de 17 proyectos de minería metalífera y de litio en operación y una gran variedad de empresas de minerales industriales y rocas de aplicación. Sin embargo, según el análisis de la cartera de proyectos mineros que se encuentran en etapas avanzadas, es realista pensar que ese número podría superar los US$ 13 mil millones en solo diez años.
¿Cómo se explicaría este salto exportador?
En los próximos años, el mundo asistirá a un dramático crecimiento en la demanda de minerales necesarios para mitigar el cambio climático. La adopción de vehículos eléctricos, baterías de nueva generación y sistemas de almacenamiento, entre otros, harán que los requerimientos de litio a nivel mundial se multipliquen al menos cinco veces. A su vez, la creciente electrificación hará crecer la demanda de cobre y otros minerales, siendo que los motores de los vehículos eléctricos requieren cinco veces más cables y uniones que los automóviles tradicionales. Las energías renovables también demandan más minerales: una central eléctrica convencional requiere alrededor de una tonelada de cobre para producir un MW, mientras que parques eólicos y solares necesitan entre tres y cinco toneladas por MW.
Para hacer frente a la creciente demanda mundial, el país dispone de una amplia cartera de 64 proyectos en estadios que van desde exploración avanzada a construcción, lo cual nos permite estimar las capacidades de exportación del sector, teniendo en cuenta supuestos probables.
Para la minería de cobre existen diez proyectos avanzados, donde cabe destacar la magnitud de los mismos. Si consideramos únicamente los cuatro más avanzados (Josemaría, Pachón, Mara y Taca Taca ya presentaron su factibilidad económica y técnica), las exportaciones se podrían ampliar en más de US$ 6 mil millones anuales. El grupo canadiense Lundin Mining ya anunció la puesta en marcha de su proyecto Josemaría, mediante una inversión de US$ 4.200 millones. Los restantes tres proyectos ya factibilizados implicarían inversiones adicionales por otros US$ 11 mil millones, lo cual señala, además del potencial exportador, los cuantiosos desembolsos para construcción e infraestructura (rutas, tendidos eléctricos, etc.) y puestos de trabajo (se estiman más de 5.200 para la operación y más de 12.500 para construcción) en regiones alejadas de los principales centros urbanos.
El litio podría aportar anualmente entre US$ 3.500 y US$ 4.500 millones adicionales de exportaciones, que provendrían de la ampliación de los dos proyectos de litio ya en curso (Olaroz y Mina Fénix), un tercero cuya constru-cción está avanzada (Caucharí-Olaroz) y otros ocho que se pueden poner en marcha. De estos últimos, la mitad anunció en 2021 que comenzará con la construcción, con inversiones equivalentes a US$ 1.960 millones.
El resto de las exportaciones provendrá del sostenimiento de la actividad de los diez proyectos de oro y cuatro de plata como productos principales y de sumar nuevos, siendo altamente probable que se incorporen al menos tres de oro y plata, cada uno, antes de 2035. Tomando la proyección de precios de los minerales del Banco Mundial (conservadores), la estimación de las exportaciones futuras de la minería en Argentina son más que alentadoras.
Contar con mayor cantidad de divisas nos permitiría impulsar mayores tasas de crecimiento durante más tiempo, una urgencia en un país que cuenta con 42% de pobres. Pero también, y de manera igual de importante, nos permitiría generar empleo de calidad y bien pago en regiones del país que no son beneficiadas por las actividades predominantes actualmente. Cabe recordar que la minería registró el mayor salario promedio de Argentina durante 2021. La meseta de Chubut, las zonas áridas del NOA y otras regiones alejadas del Atlántico se verían altamente beneficiadas por el desarrollo de la minería metalífera y del litio.
En resumen, la minería no solo puede aportar dólares que el país necesita para retornar a una senda de crecimiento sostenido –siendo una proyección realista sumar 144,9 mil millones en 14 años–, sino que también generará empleo y oportunidades para proveedores. Sin ir más lejos, en el transcurso del 2021 se anunciaron US$ 9.314 millones en inversiones productivas, que generarán 12 mil puestos de trabajos directos e indirectos asociados a etapas de construcción y operación.»