El río Bermejo en su cauce medio es tan barroso que queda retenido constantemente por diques de sus propios sedimentos, cambia seguido de cauce y en temporada de estiaje queda dividido en lagunas encadenadas, como ristras de chorizos. Con la sequía, se volvió caminable por el fondo, si uno no se asusta del barro.
Otra historia es el cauce superior, donde el Bermejo entra desde Bolivia cortando montañas como una motosierra, y corre con vigorosa violencia entre barrancas. Las lluvias de las últimas 72 horas en la selva tarijeña y en el NOA argentino hicieron que por allí circulara una onda de crecida. Cuando Ud. lea estas líneas, esa onda ya habrá llegado al cauce medio, donde podría causar nuevos desmanes. Ojo con este río, lectores/as: sabe pasar de 450 metros cúbicos por segundo a casi 800, que viene a ser el caudal del cuarto río argentino por módulo, en la otra punta del mapa nacional: el Santa Cruz.
La onda de crecida ayer se llevó de arrastrón un sólido puente Bailey que une desde los años ’40 las localidades argentina de Los Toldos y La Misión, en Salta, con la boliviana de La Mamora, en Tarija.
En lo que podría ser una oscilación de un ciclo climático «Niña» a uno neutro, o quizás al arranque de un «Niño», la sequía parece haber terminado tras la peor ola de calor de nuestra historia reciente. Trascartón, las lluvias desmadraron el río, cuyo lomo rojizo subió al punto de chocar ya con el tablón del puente, y descalzó sus estribos en la orilla boliviana.
Como se puede ver por el video acompañante, el diseño Bailey, tan común en nuestros puentes ferroviarios y/o ruteros, es fuerte como una viga. Al punto de que el puente cayó corriente abajo y parece haberse incrustado en el fondo sin siquiera deformarse.
Es pura especulación saber si podrán pescarlo, incluso cortado a soplete, y reinstalarlo sobre sus estribos cuando baje la avenida del Bermejo. Sería ingeniería de la brava: es una estructura muy pesada, a pesar de su ancho de una sola vía. Incluso con el próximo en estiaje, en las orillas probablemente «no haya suelo» para que operen grúas.
La llegada misma de grandes equipos viales por las Ruta Nacional 1 de Bolivia o Provincial 19 de Salta será un problema logístico y económico a dilucidar entre cancillerías. Son rutas de montaña, curva, contracurva y no poca cornisa. Encajonado por la quebrada, el paso internacional no es de alto tránsito, aunque lo atraviesan algunas líneas de colectivos indispensables para la población salteña y tarijeña.
Quienes construyeron el puente hacían obra como los romanos: para que durara. Y conocían bien las máximas y mínimas del Bermejo. Pero desde los años ’70 del siglo XX estamos ante una situación climática nueva y muy dinámica. Los registros de topes para lluvias, aforos fluviales y caudales de los últimos 80 años perdieron sentido normativo: no sirven para entender cómo van a estar las cosas dentro de los próximos 20.
Hoy la planificación de infraestructura, para ser realista, hay que hacerla sobre datos estadísticos recientes y previendo un futuro con máximas y mínimas exacerbadas en materia de lluvias y caudales. Cuando este puente se repare o se reconstruya, probablemente será aún más alto, sólido y bien plantado que su versión 1.0. Si se puede, claro.
Daniel E. Arias
El cambio climático, lectores, es carísimo.
Hablando de «fenómenos meteorológicos extremos»: más al Norte llegó un frío glacial:
Estados Unidos no se enfrenta a condiciones similares desde hace cuatro años. Los meteorólogos advierten por una intensa caída de nieve y fuertes ráfagas de viento que podrían alcanzar los 120 km/h a lo largo de la costa Este.
“Podría poner en peligro la vida”, advirtió ayer sábado la gobernadora del estado de Nueva York. Miami espera para hoy una sensación térmica de 0 grados.