WhatsApp tomó la determinación de cerrar determinados chats de los grupos de conversación. A qué se debe, cómo evitarlo y todo lo que hay que tener en cuenta.
WhatsApp informa a sus usuarios que tiene la mira puesta en potenciar la seguridad de la aplicación y el servicio que ofrece para millones de personas de todo el mundo. En esta oportunidad, las autoridades de Meta (Ex-Facebook) tomaron la decisión de cerrar para siempre algunos grupos. ¿A qué se debe y cómo evitarlo?
De acuerdo a lo que se conoció, tras la nueva actualización que hace poco fue lanzada y que emplea una tecnología avanzada de aprendizaje automático, WhatsApp estará mucho más atento al contenido que se comparte en las cuentas. Y sobre todo en los grupos que cuenten con «contenido sospechoso».
Por qué WhatsApp cierra grupos de chat:
A partir de 2022, WhatsApp sancionará a quienes escriban o envíen contenido relacionado con: pornografía infantil, acoso, amenazas, pedofilia, terrorismo, otros delitos y cualquier tipo de mensaje, foto o video que sea «sospechoso».
Por lo tanto, en caso que un usuario viole el reglamento, la empresa de mensajería virtual podrá bloquear y dejar inhabilitada la cuenta, y eliminará tanto el grupo de conversación como así también la cuenta de los integrantes del mismo.
WhatsApp comenzará a investigar a aquellos usuarios que compartan contenido que infrinja la ley.
Por lo pronto, la famosa app ya se encuentra analizando datos y cerrando cuentas que considera que infringen las nuevas reglas. Cabe resaltar que todo este nuevo reglamento se encuentra en las políticas de privacidad y seguridad que informa WhatsApp en la nueva actualización.
Observaciones de AgendAR:
Este (no tan nuevo) desarrollo de la empresa de mensajería está vinculado a una temática que ha estado mucho en la discusión pública, en nuestro país y en el mundo, durante la pandemia del covid: la difusión de «fake news», o, más simplemente, delirios en las redes sociales.
También es difícil estar en desacuerdo con poner trabas a la distribución de pornografía infantil. O a los mensajes de odio que se reenvían una y otra vez.
Pero hay un problema ineludible: ¿quiénes decidirán cuál es el contenido que no debe ser compartido? Y eso a su vez plantea una pregunta que hizo un poeta romano hace unos dos mil años: «¿Quis custodiet ipsos custodes?», «¿Quién vigilará a los vigilantes?».