Calera San Juan anunció el inicio de la construcción de su tercer horno Maerz en Sarmiento, provincia de San Juan, para el que invertirá U$D 17 millones y generará cerca de 800 puestos de trabajo. El proyecto estaba anunciado desde principios de 2021 y solo faltaba conseguir el financiamiento internacional, que ya es una realidad.
La empresa de capitales totalmente nacionales empezó en 2016 a implementar la última tecnología en producción de cales, los hornos de tecnología europea que permiten una mayor productividad, menor impacto ambiental y generan un producto de mayor calidad. Justamente este último factor, explicó el titular de la empresa Raúl Cabanay, es el que marca la mayor diferencia, porque las cales que obtienen son de nivel de exportación y el que requieren las industrias minera, siderúrgica, la construcción y de potabilización de agua, sus principales compradores.
El tercer horno estará listo, calculan, a mediados de 2023 y durante la construcción habrá 180 contratados directos y otros 620 indirectos. Luego habrá 40 trabajadores que quedarán fijos en la operación del horno, casi todos de la zona de Divisadero donde está ubicada la mina.
El modelo de inversión de Caleras San Juan está entre los pocos que utilizan en San Juan créditos internacionales muy convenientes. Es que la financiación les permite tener dos años de gracia, interés de menos del 1% y diez años de plazo para devolver el dinero. Así fue como la empresa sanjuanina consiguió en los últimos seis años poner en funcionamiento los otros dos hornos.
Cabanay explicó que si bien el Estado ha aportado con facilidades al proceso, la gran herramienta que pueden aportar es “que nos ayuden a seguir invirtiendo y a eliminar barreras burocráticas”. A su vez, reafirmó que el compromiso de la empresa es seguir aportando en la provincia para posicionar la industria calera a nivel nacional e internacional.
Raúl Cabanay aseguró que esta inversión es parte de un plan que tiene la empresa para “la minería del cobre y la del litio”. La apuesta del sanjuanino es que en algunos años entre en funcionamiento el proyecto Josemaría, que requerirá una gran cantidad de cal para producir cobre.
Por el momento la provincia cubre las necesidades del mercado, pero si empiezan a abrir explotaciones cupríferas y con los avances de los proyectos del litio, en algunos años la necesidad será mucho mayor. “No nos queremos quedar afuera de la demanda”, explicó.
A su vez, el litio será otro gran consumidor de cal, pero para esto hace falta todavía otro paso más. “Nos deja fuera el flete, porque el costo es de 70 dólares la tonelada, pero cobramos 90 a 100 dólares”, detalló. “Si encontramos una solución logística, como un ferrocarril, podríamos llegar mejor”, explicó.