«Nucleoeléctrica Argentina alcanzó durante 2021 una nueva marca histórica de generación eléctrica neta anual: las centrales nucleares Atucha I, Atucha II y Embalse generaron 10.169.694 MWh, con un factor de carga total de 71,50%.
La generación del último año ubica a la empresa operadora de las centrales nucleares argentinas en el sexto lugar dentro del podio de grupos empresarios generadores de energía de la Argentina y representa el 7,17% del total producido a nivel nacional.
También, en julio de 2021 Nucleoeléctrica logró el récord histórico de generación eléctrica mensual, ya que las centrales generaron 1.101.359 MWh.
Las centrales nucleares en nuestro país vienen batiendo récords año tras año. En 2020 la empresa también cerró el año con índices de excelencia que superó durante 2021 con un incremento aún más alto de su producción.
Energía limpia y segura
La generación neta de las centrales nucleares argentinas durante el último año último permitió el ahorro de 4.7 millones de toneladas de CO2. Esta cifra equivale a abastecer el consumo de energía residencial de más de 7 millones de personas.
Las centrales nucleares no dependen de factores estacionales ni climáticos para su funcionamiento y son claves en la lucha contra el cambio climático y en el camino hacia la transición energética, porque no generan gases ni partículas causantes del efecto invernadero, uno de los responsables del calentamiento global.
Así la energía nuclear se constituye como un sector clave para la reconstrucción argentina: genera empleo, desarrollo tecnológico y electricidad de forma segura y confiable para el país.
En este sendero, además de operar Atucha I, II y Embalse, Nucleoeléctrica avanza en el desarrollo de Atucha III, la cuarta central nuclear que se construirá en Argentina y que contará con una potencia eléctrica bruta de 1200 MWe.
Asimismo, la empresa lleva adelante el Proyecto de Extensión de Vida de Atucha I que permitirá ampliar su operación por 24 años a plena potencia.»
Observación de AgendAR:
71% de factor de carga promedio para un parque nucleoeléctrico bastante añoso como el de Argentina no está nada mal. Las tres centrales, ambas Atuchas 1 y 2 y Embalse, arrancaron obra en 1968, 1974 y 1981 respectivamente, y sus vidas útiles fueron estimadas entonces en 30 años.
Atucha I, que tuvo problemas de disponibilidad en 1988 por ser un prototipo, fue reparada, repotenciada de sus 320 MW originales a sus actuales 364, y está por empezar una extensión de vida útil para 24 años más de servicios. Embalse tuvo una primer vida útil con una disponibilidad del 88%, y terminado su retubado en 2018 tiene un 7% más de potencia, mayor seguridad, una disponibilidad del 91% y 28 años más de operaciones.
Un 71% de factor de carga significa que en 2021 las tres máquinas sumaron entre todas 260 días efectivos de trabajo al 100% de potencia. No hay otras fuentes de electricidad en el país que se acerquen siquiera a esa confiabilidad.