Francia confirma su apuesta a la energía nuclear: propone construir 14 nuevos reactores

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, refirmó este jueves su apuesta por la energía nuclear como vía para convertir a su país en una de las primeras grandes naciones en lograr la independencia de las energías fósiles sin debilitar para ello su economía. Anunció que Francia construirá seis reactores nucleares de nueva generación (EPR2) y estudiará la posibilidad de erigir otros ocho más en los próximos años. Además, el mandatario quiere que se prolongue la vida de todos los reactores existentes más allá de los 50 años, siempre y cuando no supongan un riesgo para la seguridad.

«Lo que tenemos que construir hoy, porque es el buen momento (…), es el renacimiento de la industria nuclear francesa», aseguró Macron desde Belfort, en el noreste de Francia, tras reconocer las dudas surgidas la década pasada tras la catástrofe de Fukushima (Japón) en 2011.

Su plan pasa por encargar al gigante energético francés EDF, de mayoría estatal, la construcción de seis reactores EPR2 para 2050 y estudiar la posibilidad de ocho adicionales, así como por prolongar la vida del mayor número posible de reactores en funcionamiento.

Este última decisión implica un cambio de rumbo respecto a 2018 cuando, también bajo la presidencia de Macron, se fijó el objetivo de cerrar una docena, en este país que se destaca en Occidente por su apuesta clara por la energía nuclear civil. Alemania, por ejemplo, cerrará sus últimas centrales en 2022. Impulsada durante las presidencias de Charles de Gaulle (1959-1969) y Georges Pompidou (1969-1974), la energía nuclear generó en 2020 el 70,6% de la electricidad en Francia, según la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA). En Estados Unidos representó casi el 20%.

«Necesitamos retomar el hilo de la gran aventura de la energía nuclear civil en Francia»

«Necesitamos retomar el hilo de la gran aventura de la energía nuclear civil en Francia», subrayó Macron, quien en octubre ya anunció la inversión de 1.000 millones de euros (1.114 millones de dólares) en reactores modulares pequeños (SMRs), en su plan para reindustrializar su país.

Su anuncio tuvo lugar en una fábrica de turbinas Arabelle, claves para equipar los reactores EPR, EPR2 y SMR, perteneciente a la estadounidense GE Steam Power, pero que se incluyen en el acuerdo de exclusividad anunciado el jueves por EDF para adquirir actividades nucleares de esta compañía.

Francia recupera así esta estratégica fábrica para el sector nuclear que Emmanuel Macron, entonces ministro de Economía del presidente socialista François Hollande, había vendido en 2015 a General Electric. «Era esto o el cese» de la actividad, defendió este jueves.

Desde entonces, una pandemia de covid-19, que paralizó temporalmente las cadenas de suministro mundiales, sacó a relucir la dependencia de Francia de las industrias extranjeras y, a nivel europeo, se adoptó un plan de recuperación que pasa por la transición ecológica y digital. Aunque, entre la clase política francesa, existe un cierto consenso a favor de la energía nuclear, la inclusión de esta última por parte de la Comisión Europea como inversión «verde», para facilitar la llegada de dinero, dividió a los países de la Unión Europea (UE).

Esta propuesta del ejecutivo comunitario, defendida por Francia y que todavía debe debatir la Eurocámara, generó el rechazo de Alemania, Luxemburgo y Austria, que anunció incluso un recurso ante la justicia europea, así como de las oenegés y grupos ecologistas. Macron «está condenando a Francia a un siglo de [ energía] nuclear», aseguró antes de su anuncio el candidato ecologista a la presidencial de abril Yannick Jadot, quien recordó los 17.000 millones de euros de sobrecostos y el retraso en la construcción del EPR de Flamanville (oeste).

Esta no es la única polémica. EDF anunció en los últimos meses la suspensión de la actividad de varios reactores por problemas de corrosión en sistemas de seguridad o para realizar controles, un hecho que para Macron muestra la «seguridad» del sector en Francia. Los nuevos reactores anunciados serán del tipo EPR, y que se consideran más simples y menos caros de construir, ya que se beneficia del efecto serie –construcción por parejas– y de la prefabricación en fábrica o modularización.

Pero ante el tiempo de fabricación de los nuevos EPR2 y la urgencia climática, los planes de Francia pasan también por duplicar la producción de electricidad de fuentes renovables para 2030, impulsando la solar y construyendo 50 parques eólicos en el mar. «No hay producción industrial estable si no hay energía estable a los precios más competitivos», subrayó Macron durante su discurso, en el que también destacó los beneficios para la «transición energética y climática», para la «soberanía» y el «poder adquisitivo».

Con esta última referencia, el mandatario, que todavía no anunció su esperada candidatura a la reelección en la presidencial de abril, hizo un guiño a la principal preocupación de los franceses, en un contexto de aumento de los precios de la energía a nivel mundial.

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