Casi todos en Argentina saben de la CONAE, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales. Pero son menos los que conocen a VENG SA. Una empresa que creó el gobierno argentino cuando cedió a presiones internacionales y desmanteló el proyecto Cóndor. Esa iniciativa fue pensada, casi medio siglo atrás, como un lanzador para poner en órbita satélites argentinos.
Pero tenía potencialidades militares -y posibles compradores interesados en ellas. Después de la guerra de Malvinas, la presión para descartar el proyecto fue demasiado fuerte para los gobiernos que siguieron a continuación. Pero quienes querían desarrollar las capacidades aeroespaciales de nuestro país no renunciaron por completo a ese sueño.
Nació VENG -las iniciales son de Vehículo Espacial Nueva Generación– una firma de propiedad del Estado argentino, controlada por la CONAE. Se trata de una empresa de servicios y desarrollos tecnológicos de alto valor agregado, con especialidad en la actividad espacial, con fines y potencialidades exclusivamente pacíficas.
El domingo publicamos las declaraciones del director ejecutivo y técnico de la CONAE, Raúl Kulichevsky, en las que señaló los objetivos del organismo, entre los cuales se cuenta del Tronador II, un lanzador que tendrá la posibilidad de colocar en órbita satélites o conjuntos de satélites de hasta 500 kilos de peso, en órbitas bajas de entre 400 y 700 kilómetros de altura, y del Tronador III, con una capacidad de hasta 750 kilos”.
Ayer VENG describió los avances en este video:
VENG trabaja en conjunto con universidades, empresas y organismos del sistema científico tecnológico en el desarrollo del lanzador satelital Tronador de la CONAE.
Mantenemos la visión: lograr, desde Argentina, poner satélites en órbita. pic.twitter.com/3LhOdAJA37
— VENG (@veng_argentina) February 21, 2022