«Las centrales nucleares solo podrían seguir funcionando bajo la más altas preocupaciones de seguridad y posiblemente con suministros de combustible que todavía no se han asegurado», afirmó el vicecanciller y ministro federal de Economía y clima, Robert Habeck.
La guerra de Ucrania ha cambiado el mayoritario rechazo al «peligro atómico», y los ‘Bundesländer’ (estados) alemanes tantean la posibilidad de revertir el proceso de abandono de la energía nuclear que vivió el país.
El más decidido es Baviera, que está considerando volver a poner en funcionamiento la planta nuclear de Gundremmingen, apagada a finales del año pasado, según confirmó el ministro regional de Economía, Hubert Aiwanger. El informe preliminar recién publicado sugiere una posible extensión de la vida útil de la última central nuclear bávara, Isar 2, y su vuelta al funcionamiento.
Sin embargo, en última instancia, el Gobierno federal y los operadores tendrían que participar en la decisión sobre si las plantas de energía nuclear siguen en funcionamiento por más tiempo.
El bloque C en Gundremmingen, que se cerró a finales de diciembre, todavía se encuentra en la llamada fase de seguimiento.
El presidente de Baviera y líder de la CSU, Markus Söder, ha declarado abiertamente que está incluso a favor de dar prioridad a la operación continua de las plantas de energía nuclear sobre la generación adicional de energía a carbón. «Soy un poco más escéptico que el señor Söder cuando se trata de la energía nuclear por delante del carbón», especificó después Aiwanger, para añadir que «estamos experimentando una guerra a la vuelta de la esquina, y una planta de energía nuclear también ofrece potencial en ese aspecto. Ya experimentamos Chernóbil y Fukushima en tiempos de paz. La desventaja de la energía nuclear es la cuestión de la seguridad».
El ministro regional de Ambiente de Baviera, Thorsten Glauber, insiste en que es el momento de dar el paso: «No puedo entender las declaraciones de que una extensión del plazo sea una irresponsabilidad». Se refería a una declaración del Ministerio Federal de Medio Ambiente, según la cuál una extensión de la vida útil «por razones de seguridad» no era responsable.
«La guerra en Ucrania lo ha cambiado todo», replicó Glauber, que añadió que «ahora hay que impulsar con todas nuestras fuerzas la expansión de las energías renovables para que haya que importar menos materias primas a Alemania, pero también es concebible un uso continuado temporal de la energía nuclear». «No podemos sencillamente seguir como antes», añadió el ministro regional de Economía de Renania del Norte-Westfalia, el liberal Andreas Pinkwart. Y dijo: «La doble eliminación gradual del carbón y de la energía nuclear, sumada a la dependencia del gas ruso, nos ha dejado en una situación de riesgo de la que tenemos que salir».
Giro en las posiciones
A escala federal también se aprecia un giro en las posiciones sobre la energía nuclear. El vicecanciller y ministro federal de Economía y Clima, Robert Habeck , a pesar de liderar el partido ecopacifista Los Verdes, ha reconocido que la seguridad del suministro es ahora una prioridad sobre la protección del clima, por ejemplo, lo que supone un hito considerable en la historia de su partido.
Es cierto que, durante su reciente visita a Washington, Habeck descartó tiempos de funcionamiento más prolongados para las centrales nucleares, pero reconoció que «el pragmatismo debe vencer cualquier determinación política y la seguridad del suministro debe estar garantizada».
Habeck se ha mostrado reiteradamente convencido de que la independencia energética de Alemania es una prioridad de la que depende, en última instancia, su soberanía.
Durante su primera visita a Estados Unidos, Habeck se reunió, entre otros, con la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen. También se planificaron conversaciones con la secretaria de Energía de EE. UU., Jennifer Granholm; el comisionado climático del Gobierno de EE.UU., John Kerry; y el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan. Habeck reiteró ante ellos que extender la vida útil de las centrales no es una opción sensata como fruto de su «examen preliminar».
«Una de las razones principales es que estas plantas de energía solo tienen una licencia para funcionar hasta finales de 2022, y habría que verificar una nueva licencia por motivos de seguridad», explicó. «Este es un procedimiento preciso y estricto», añadió. Pero los acontecimientos en Ucrania los últimos días han llevado a Habeck a replantearse esas declaraciones y lo último que ha dicho al respecto es que no promoverá ideológicamente el uso de la energía nuclear en Alemania. «No hay tabúes de pensamiento», aseguró el número dos del Gobierno alemán y líder de Los Verdes.
Su ministerio está examinando la situación y apuntó como límite de tiempo el próximo invierno: «El paso más importante será entonces, por supuesto, para reducir la necesidad de gas tanto como sea posible». «Las centrales nucleares solo podrían seguir funcionando bajo las más altas preocupaciones de seguridad y posiblemente con suministros de combustible que todavía no se han asegurado», advirtió.