La planta metalmecánica de Fabricaciones Militares en Río Tercero entregó los primeros vagones cerealeros reparados al tren Belgrano Cargas. Esto permite mantener en operación a la planta a la espera de un convenio con China para fabricar vagones plataforma para transporte de contenedores. El presidente de la empresa estatal, Iván Durigón, habla sobre los proyectos para reactivar las diversas fábricas que asisten a las Fuerzas Armadas y a sectores de la industria.
Fabricaciones Militares Sociedad del Estado (FMSE) tiene una larga historia, no exenta de altibajos. Fue fundada en 1941 y tuvo como su primer director al militar e ingeniero Manuel Nicolás Savio. Concebida para actuar en el sector de industria pesada, especialmente en la fabricación de armamento y municiones para la defensa, la entidad que en sus inicios dependía del Ministerio de Guerra era considerada un eje fundamental para el desarrollo soberano del país en ramas como la siderurgia, la química y la minería.
Tras haber estado sujeta a privatización durante el gobierno de Carlos Menem y convertida en sociedad del Estado en la gestión de Cambiemos –durante la cual se multiplicaron los cierres en sus fábricas y los despidos de empleados–, actualmente atraviesa un proceso de reactivación bajo el mismo estatus legal. La empresa estatal cuenta con cuatro unidades de negocios (Seguridad y Defensa, Metalmecánica, Químicos y Pólvoras y Explosivos), cinco plantas (Fábrica Militar Fray Luis Beltrán, Fábrica Militar Río Tercero, Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos Villa María, Fábrica Militar San José de Jachal y Fábrica Militar FANAZUL) y Sede Central.
Su presidente es el abogado Iván Durigón, quien responde sobre los trabajos que realiza la empresa para la industria ferroviaria, la provisión de equipamiento para las Fuerzas Armadas, el impacto del FONDEF y los negocios de exportación, entre otros temas.
-Hace unos días, Fabricaciones Militares entregó los primeros vagones cerealeros reparados para el Belgrano Cargas. ¿En qué consiste este convenio?
-Cuando asumimos, en febrero de 2020, empezamos a ver las capacidades y dificultades que tenía la fábrica y nos encontramos, en Río Tercero, con una planta semiterminada para la construcción de vagones y con una metalmecánica con capacidades enormes. Era una fábrica que se dedicaba a la producción de tanques de guerra y camiones. Como la demanda que teníamos de las Fuerzas Armadas no era tanta, entonces empezamos a ver la posibilidad de reactivar la producción de vagones. A partir de ahí, empezamos a hablar con Belgrano Cargas, que tenía ocho vagones sin terminar que habían sido construidos en esa planta, así que los terminamos y los entregamos. También esperamos con expectativa un convenio con China que le va a permitir al Belgrano Cargas hacerse de 1000 vagones más, de los cuales Fabricaciones Militares haría 300. Ese convenio hasta la fecha todavía no está cerrado, así que estamos a la espera. Esto nos permitiría avanzar en el proceso de fabricaciones de vagones plataforma y, además, empezamos a elaborar con la Universidad Nacional de La Plata la posibilidad de hacer los boogies, los sistemas de ruedas de los vagones, que hoy no se fabrican en la Argentina. Con Belgrano Cargas también firmamos un convenio para la reparación de vagones con el que estimamos poder tener trabajo por un año y medio.
-¿Hace mucho que se realiza este trabajo en la planta?
-Sí, la metalmecánica de Río Tercero tiene capacidades enormes, no solo para reparaciones, sino también para la construcción. En la última etapa del gobierno de Cristina Fernández, cuando Agustín Rossi era ministro de Defensa, se inauguró una planta para la construcción completa del vagón plataforma, salvo el boogie. Esa planta quedó casi terminada pero durante el Gobierno de Macri se paralizaron las obras, se dijo que no se iban a fabricar vagones ahí y se llevó a juicio. Hoy estamos esperando el convenio con China para terminar la planta y poder fabricar vagones en forma completa con una fábrica de última generación. Nuestro presupuesto es limitado y en la medida en que no aparezca la demanda efectiva no podremos terminar la planta, aunque sí tenemos la capacidad de reparar y estamos operando al máximo para la reparación de vagones cerealeros para el Belgrano Cargas.
-Además del proyecto del boogie, ¿las ruedas también se podrían fabricar en el país?
-Depende de lo que elija el transportador porque pueden ser ruedas soldadas o totalmente fundidas. Ahí, en la medida en que podamos adaptar nuestras capacidades a esas posibilidades sí. Todo tiene que ver con una demanda que nos permita hacer la inversión necesaria.
-¿Cómo afecta al trabajo en equipamiento para las Fuerzas Armadas el hecho de que Fabricaciones Militares se dedique a este tipo de tareas?
-Originariamente, Fabricaciones Militares fue creada para abastecer una demanda de las Fuerzas Armadas pero también para el desarrollo de la industria pesada en el interior del interior, como decía Savio. Esas capacidades también están relacionadas con el ferrocarril, e indudablemente en esta nueva etapa no solo necesitamos poder proveer al ámbito militar, sino expandir nuestras capacidades. Lo mejor que podemos hacer es interactuar con el sector privado para tener capacidades e inversiones que no muchos están dispuestos a hacer. A partir de un fortalecimiento de la industria para la defensa podríamos volver a fabricar armamento para las Fuerzas Armadas.
-¿Qué cambios se obtuvieron con la aplicación del FONDEF?
-Nos ha permitido hacer inversiones que han impactado en la producción de Fábricas Militares, como el nuevo reactor de la planta de nitrito de Río Tercero. Esperamos pronto poder contar con el análisis de pólvora, que nos va a permitir que la fabricada en Villa María (Córdoba) sea evaluada de manera conjunta para que no impacte con alguna cuestión negativa en la fábrica de municiones de Fray Luis Beltrán (Santa Fe), porque en algún momento hubo problemas en la calidad de esa pólvora. Estamos también con un proyecto para ampliar las capacidades de la fábrica de municiones de Beltrán y nuestra idea es convertirnos en el único y exclusivo proveedor de armamento para las Fuerzas Armadas y de Seguridad de la Nación. Hoy tenemos una capacidad reducida pero hemos logrado que todo lo que fabricamos nosotros sea adquirido por las Fuerzas Armadas y así reducir la importación. Antes era un problema porque a veces nosotros no teníamos capacidad para producir o las fuerzas no tenían capacidad para hacer frente a los pagos, pero hoy, en la medida en que las fuerzas tienen el presupuesto, nosotros podemos cumplir con la entrega programada. Es algo que nos permite a nosotros proyectar a futuro y, en la medida en que las fuerzas tengan mayor presupuesto, seguramente va a redundar en mayores capacidades.
-¿Cómo es la situación financiera de Fabricaciones Militares? ¿Reciben subsidios del Tesoro?
-Sí, que tiene que ver con la partida costos 91, que se encarga de sueldos y gastos fijos, y obviamente el FONDEF, que va destinado a inversiones más allá de lo que pueda determinar el presupuesto. Por el balance contable de estos dos últimos años podríamos decir que Fabricaciones Militares da ganancias, ya que ha sido superior el ingreso por ventas que el gasto de funcionamiento de la fábrica. Necesitamos compromiso para que empiecen a confiar en el producto y para hacer un círculo virtuoso que nos permita devolver a Fabricaciones Militares en el lugar que nunca debería haber dejado, que tiene que ver con el desarrollo de armamento de las Fuerzas Armadas y para la industria a nivel nacional, como una forma de adquirir soberanía, que era la idea fundadora. La fórmula de sociedad del Estado nos permite movernos con mayor agilidad y, si bien en un principio fue cuestionada, seguir con esta figura es atinado en la medida en que podamos administrar bien para que la reinversión termine redundando en mayores capacidades. En eso estamos trabajando mucho y nos permite interactuar con el sector privado de manera eficiente.
-¿Les afecta para la planificación de este año que no haya un presupuesto nacional aprobado?
-Sí, tengamos en cuenta que hoy gran parte del insumo que consume Fabricaciones Militares es importado porque no solo se perdió la capacidad de poder construir sino que éramos un complejo que se autoabastecía de materia prima con Altos Hornos Zapla. Hoy tenemos que comprar en Brasil el latón con el que se hacen las municiones, por ejemplo. Se sigue fabricando pólvora pero perdimos la capacidad de hacer grandes calibres cuando se cerró la fábrica de Azul durante la gestión de Macri. No solo quedaron más de 200 trabajadores en la calle, sino que no nos permitió poder realizar grandes calibres en la planta de Azul en la que se hacía el TNT, que es el explosivo para grandes calibres, esa capacidad se perdió. Además de lo que significa importar TNT, que es un gran gasto en dólares y es algo muy complejo porque es un explosivo de alta capacidad.
-¿Es para producir la munición de los tanques por ejemplo, ¿no?
-Exactamente, es para producir ese tipo de munición, o la del Pampero. Para eso se necesita importar el TNT, algo que no es simple y además genera un gasto enorme. El FONDEF trajo una gran capacidad para desarrollar cosas pero hoy poner en funcionamiento una planta de esas características implica que las Fuerzas Armadas, y especialmente el Ejército, nos adquiera municiones para 10 años. Si queremos recuperar esa planta necesitamos asegurarnos tener una producción en ese plazo y resulta difícil convencer a las autoridades ya que hay otras necesidades más urgentes. La de Azul es una fábrica que sufrió un deterioro importante, parece algo malintencionado. Ni revisaron si las cañerías quedaban en situación de peligro y tapiaron para que no entre nadie. Nosotros pedimos autorizaciones para poder entrar y revisar, porque había una causa judicial, e hicimos el esquema de limpieza para poder volver a trabajar en esa planta para poder ponerla de nuevo en funcionamiento, la idea es poder hacerlo este año. Hoy, toda la munición de grandes calibres que necesitan las Fuerzas Armadas para hacer los tiros de práctica hay que pedirla en el exterior.
-¿Está exportando Fabricaciones Militares?
-Sí, principalmente explosivos. Nos hemos convertido en el principal proveedor de una de las empresas más grandes que hace los servicios explosivos en América Latina, Orica. Es un contrato que firmamos en 2020 y están saliendo los primeros cargamentos hacia Perú. Esperamos que redunde en muchos beneficios, especialmente para nuestra planta de Villa María y para la reapertura de la planta de Azul, porque parte de la producción que tenemos comprometida va a ser fabricada en esa planta.