Ciencia ciudadana: diseñan una aplicación para monitorear calidad del aire en el noroeste del conurbano

Olores desagradables provenientes de basurales a cielo abierto, rellenos sanitarios, aguas residuales, industrias contaminantes, quemas clandestinas o polución vehicular nos invaden en algún momento del día y pueden causar molestias leves o moderadas en la población.

Con el propósito de recabar información sobre la intensidad, la frecuencia y el tipo de olores invasivos en el noroeste del Conurbano Bonaerense, un equipo de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) comenzó a trabajar en el proyecto de ciencia ciudadana Alerta Buen Aire.

“Nos proponemos diseñar una aplicación móvil para facilitar el control ciudadano de la calidad de aire en nuestra zona”, señala el físico Guillermo Jorge, quien junto a Ariel Scagliotti dirige el proyecto. Ambos son investigadores y docentes del área de Física del Instituto de Ciencias de la UNGS.

A través de la aplicación, que estará disponible en la segunda parte del año, las personas van a poder denunciar olores invasivos que serán geolocalizados. “La información permitirá conformar una base de datos, que no existe en la actualidad, que pueda ser cruzada con datos meteorológicos para determinar el comportamiento de los olores y sus posibles fuentes”, explica Jorge.

Esta base de datos será de dominio público, podrá ser consultada por cualquier ciudadano y brindará información metodológica para la toma de decisiones ambientales en las distintas instancias de gobierno: local, provincial y nacional.

A lo largo de los últimos años se realizaron mediciones de calidad del aire en la región donde está instalada la UNGS. “El estudio muestra una atmósfera generalmente limpia con poca contaminación urbana, siendo las fuentes más importantes el centro de San Miguel, especialmente por el flujo vehicular en zonas de usual congestionamiento, y las instalaciones industriales al norte de la UNGS”, explica Scagliotti, quien realizó este trabajo en el marco de su tesis doctoral. Además comenta que “las mayores concentraciones se dan durante el verano y la primavera, aunque en ningún momento se encontraron registros que superen los límites de la ley ambiental de la provincia de Buenos Aires” y que se encontró evidencia de que las lluvias y las velocidades del viento en esta zona tienen un efecto de “lavado”, bajando los niveles de contaminación.

«A partir de la tesis de Ariel y de inquietudes de muchos ciudadanos en redes, y también de la experiencia personal, sabemos que los olores provenientes de depósitos de basura sin control y clandestinos y de rellenos sanitarios, como es el caso del CEAMSE, están presentes en la zona y preocupan mucho a los vecinos. Sin embargo, no existe un seguimiento sistematizado de la presencia de olores invasivos en la zona”, cuenta Jorge.

El investigador remarca: “En esto hay que ser claro, aunque la composición química de los olores sea muy complicada y, en general, suele suceder que midiendo ciertos compuestos gaseosos estos estén por debajo de los niveles considerados nocivos, la sola presencia del olor genera molestias moderadas o fuertes que impactan en la calidad de vida de la población”.

En esta primera etapa se lanzó una encuesta abierta para reunir información preliminar, cuyos resultados permitirán precisar los parámetros de diseño de la aplicación, que se desarrollará con la colaboración de la Dirección General de Sistemas y Tecnologías de la Información de la UNGS.

La encuesta puede completarse en forms.gle/iotpPZjEq5Qari7K8.

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