Once agroempresas dedicadas a la importación del herbicida glifosato –entre ellas las trasnacionales Bayer–Monsanto y Dow Agrosciences– interpusieron 43 juicios de nulidad contra el gobierno, luego de que ésta emitiera el decreto para prohibir paulatinamente el uso del agroquímico en México.
Las trasnacionales Bayer-Monsanto y Dow Agrosciences, así como Agricultura Nacional y ocho compañías más dedicadas a elaborar o importar agroquímicos interpusieron 43 juicios de nulidad en contra de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), con el objetivo de echar abajo el decreto que prohíbe la importación y el uso del herbicida cancerígeno glifosato.
Los juicios se empezaron a entablar luego de que la Dirección General de Gestión Integral de Materiales y Actividades Riesgosas (DGGIMAR) les negara autorizaciones para la importación de glifosato o su componente activo. Los juicios se han interpuesto ante el Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA), que hasta el momento ha dado la razón a la Semarnat. A la fecha quedan cinco pendientes de ejecutoria en segunda instancia.
Sin embargo, continúan los embates legales, pues la agroindustria ha utilizado todos los recursos jurídicos para ir en contra de la política de Estado impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador de ir disminuyendo paulatinamente el uso del agroquímico en el campo mexicano, hasta que quede absolutamente prohibido.
El 1 de enero de 2021 entró en vigor el decreto que ordena a las dependencias que integran la administración pública federal a “sustituir gradualmente el uso, adquisición, distribución, promoción e importación de la sustancia química denominada glifosato…”
La batalla legal contra las disposiciones de la DGGIMAR ha sido encabezada por Agricultura Nacional, SA de CV, con 27 juicios de nulidad; le siguen: Monsanto Comercial, S de RL de CV; Química Lucava, SA de CV; y Síntesis y Formulaciones de Alta tecnología, SA de CV, con tres juicios cada una.
También han promovido recursos legales Dow Agrosciences de México, SA de CV; Vitacultivos, SA de CV; Agroquímicos Versa, SA de CV; Helm de México, SA de CV; Paloquimia, SA de CV; y Pilarquim de México, SA de CV.
Glifosato y “revolución verde”
El glifosato está asociado a la llamada “revolución verde” impulsada por las grandes industrias y se usa para atacar las malezas o plantas diferentes al cultivo que se quiere desarrollar, explica Isaías Solórzano Manzano, ingeniero agrónomo y consultor en materia productiva para el campo.
Al respecto, critica que las trasnacionales “vendieron la falsa idea” de que se trataba de una sustancia inocua y que no era residual en los suelos. “Hemos visto con preocupación que eso es una falacia: ha habido grandes afectaciones nuestros cultivos y en salud humana”.
Estas empresas, señala Solórzano Manzano, han sido réplicas de Bayer-Monsanto en la producción y comercialización de glifosato, “que tantos problemas ha dejado en las personas que nos dedicamos a trabajar en el campo, tanto por su contacto, su inhalación, y muchos problemas que genera en la degradación de los suelos”.
El glifosato es el herbicida de mayor uso en el mundo, ligado a la expansión de cultivos transgénicos, como parte de la estrategia corporativa a nivel mundial de armar paquetes tecnológicos que incluyan semillas modificadas genéticamente y herbicidas o insecticidas tolerantes a estas mismas, explica Fernando Bejarano, doctor en estudios latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente, dice, hay un vacío en el control de uso de estos agrotóxicos.
“México ha sido una piedra en el zapato para las estrategias de expansión de estas empresas, considerando que estamos en frontera con uno de los principales usuarios a nivel internacional [Estados Unidos]”, dice el también maestro en ciencias con especialidad en desarrollo rural por el Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas.
“El hecho de que el país haya impedido el cultivo de maíz transgénico a escala comercial y que a raíz del decreto presidencial se suma la prohibición del glifosato es una barrera para la expansión de ese mercado. Por eso hacen alianza con las empresas genéricas que venden el agroquímico y juntos se lanzan, con el Consejo Nacional Agropecuario, en una crítica permanente de que esto ha sido un error, y llevan los juicios”, señala el experto.
Agricultura Nacional, SA de CV, es la empresa que más juicios ha interpuesto desde septiembre de 2019 hasta el 25 de marzo de 2021. Ejemplo de ello es el juicio de nulidad 08/20-EAR-01-7, del que el Décimo Segundo Tribunal Colegiado en Materia del Primer Circuito dictó que “no ampara ni protege” al particular para permitir la importación del glifosato.
Esta compañía de agroquímicos tiene 85 años en el mercado y es la productora de la marca Dragón que comercializa insecticidas, herbicidas, fungicidas y rodenticidas. Según su información empresarial, cuenta con dos plantas formuladoras de agroquímicos en Izúcar de Matamoros, Puebla, y en el Parque Industrial Lerma, Estado de México. Además, ofrece servicio de maquila a empresas multinacionales.
De los 27 juicios de nulidad que ha promovido para seguir importando el glifosato, quedan pendientes de sentencia tres que se encuentran en segunda instancia, bajo el folio: 1930/20-EAR-01-3, 199/21-EAR-01-6 y 658/21-EAR-01-9.
Por su parte la subsidiaria Monsanto Comercial, S de RL de CV, promovió los juicios de nulidad 1384/20-EAR-01-11, 1385/20-EAR-01-3 y 1386/20-EAR-01-9, de este último queda pendiente la sentencia. Mientras que de los dos primeros, la justicia mexicana ya resolvió que no “ampara” a la empresa.
La compañía, filial de Bayer, fue reconocida como la empresa más importante en la generación de organismos genéticamente modificados en el mundo, y llegó a acaparar los permisos para la siembra de transgénicos en México hasta 2016, otorgados por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (hoy Sader).
Por su parte Química Lucava, SA de CV, llevó los juicios de nulidad 93/20-EAR-01-4, 413/20-EAR-01-11, 417/20-EAR-01-5, de los que el Décimo Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primero Circuito declaró sin amparo en la segunda instancia.
La compañía, representada por Eduardo Mesinas Cruz, se describe como una “organización internacional sin fines de lucro encargada de determinar qué insumos están permitidos para su uso en la producción agrícola y procesamiento de alimentos orgánicos”. Produce agroquímicos para el control de plagas, malezas y enfermedades de los cultivos, desde su plata ubicada en Celaya, Guanajuato.
En el caso de la empresa Síntesis y Formulaciones de Alta Tecnología, SA de CV (Sifatec), se presentaron los juicios de nulidad con los folios: 382/20-EAR-01-2, 383/20-EAR-01-5 y 398/20-EAR-01-10. A los que se les ha negado el amparo, indica la relación de la DGGIMAR.
Sifatec es una empresa especializada en el sector agroquímico, encargada de elaborar herbicidas, insecticidas, fungicidas y bactericidas. Señala que su “misión” es “proveer al campo mexicano soluciones químicas y biológicas para el crecimiento sustentable, partiendo de una tecnología superior”.
Los daños
El uso de productos químicos en la agricultura ha dejado problemas directos en la salud de los trabajadores del campo, además de que “hay una problemática directa en el suelo y en el medio ambiente”, señala Jesús Ignacio Simón Zamora, presidente de la Asociación Mexicana de Productores de Bioinsumos, AC.
En cuanto a la afectación de los usuarios de glifosato, expone que incluyen intoxicaciones de leves a severas. “Tenemos datos del efecto en la comunidad El Mentidero en Autlán, Jalisco, donde se analizó la orina de 93 niñas y niños de preescolar y primaria y 53 de secundaria, y el ciento por ciento de los menores tuvieron residuos de pesticidas donde había una gran cantidad de herbicidas y la que más predominó fue el glifosato”.
El productor de bioinsumos observa que ha sido recurrente el uso de pesticidas porque a la gente se le ha cerrado la información de las posibles alternativas que pudiera tener. También, “ha sido muy promovido su uso por la gran industria de los pesticidas, incluso llegan hasta asustar a la gente con el argumento de que si no aplica el pesticida se va a acabar la producción, no vas a cosechar, y la gente se pone nerviosa”.
En agosto de 2020, se reveló un estudio ordenado por el presidente Andrés Manuel López Obrador al Conacyt en el que se descubre que “el glifosato ha dejado en México una estela contaminante, dispersa en cultivos y aguas. Los resultados son desalentadores: hay presencia de este herbicida carcinógeno en tortillas, harinas, leche materna, sangre y orina, pero también en Áreas Naturales Protegidas.
El expediente científico sobre el glifosato y los cultivos GM señala que se “demostró la presencia de transgénicos y glifosato en varios alimentos hechos a base de maíz, de alta demanda y de fácil acceso. Los productos analizados fueron: tortillas, harinas, totopos, cereales para el desayuno y botanas”.
Entre los principales impactos a la salud que se han documentado se encuentran: dolores de cabeza frecuentes, fatiga, ansiedad, irritación de mucosas y piel, alergias en personas que están expuestas ocupacionalmente. Asimismo, daños en distintos órganos y sistemas. También está relacionado con el desarrollo de enfermedades metabólicas, neurológicas y es causante de serios desórdenes en el sistema reproductivo.