El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) presentó ayer 20/9 una nueva cepa vacunal, única en el mundo, que permitirá combatir a la enfermedad Leucosis Bovina, que afecta al 80% del rodeo lechero del país.
El titular de la cartera de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo, junto al presidente del INTA, Mariano Garmendia, y la titular del Servicio Nacional del Sanidad y Calidad Agropecuaria (Senasa), Diana Guillén, comunicaron la desregulación del virus modificado por parte del INTA en conjunto con la Universidad de Lieja, de Bélgica, por parte del Estado argentino.
De esta forma, queda liberado la transferencia por Convenios de Vinculación Tecnológica (CVT) a empresas o laboratorios para la producción masiva de vacunas para su comercialización.
«Estamos orgullosos de este logro científico que constituye un verdadero avance hacia la erradicación de la enfermedad de la Leucosis Bovina», dijo Bahillo sobre el evento biotecnológico.»Quiero rescatar las políticas de inversión presupuestaria en los organismos que realizan investigación y extensión como el INTA y Senasa. Trabajaron muchísimos profesionales que son un orgullo para la Argentina, y que desde el Gobierno buscamos destacar para fortalecer el desarrollo científico tecnológico que es un eje central para promover la producción».
La leucosis bovina está presente en ocho de cada diez tambos y produce una mortandad del 10%.
Cómo ayudará una futura vacuna
Desde el INTA estiman que la Leucosis Bovina, que es producida por un virus y genera el desarrollo de tumores en las vacas lecheras, afecta al 80% de los tambos y produce una mortandad entre los animales del 10%.
Es por eso que la obtención de esta cepa vacunal, a partir de modificaciones genéticas en el mismo, permitirá avanzar hacia el desarrollo de una vacuna en un período del alrededor de 2 años.
De cumplirse estas previsiones, el período para instalar la nueva cepa en el rodeo nacional puede llevar alrededor de cinco años, para lograr un alto grado de inmunización a esta enfermedad.
La directora del Instituto de Virología del INTA y quien lideró la investigación, Karina Trono, detalló durante la conferencia que se trabajó en «adaptar lo que pasa en la naturaleza con una herramienta biotecnológica. Se hicieron muchos intentos de hacer vacunas convencionales, pero por la característica de la enfermedad, tuvimos que pensar en algo nuevo».
«Lo que decidimos -contó Trono- es utilizar el virus que existe en la naturaleza y modificarlo para que sea de potencial reducido, o sea va a contagiar menos se va a expandir menos, y con una estrategia de mas largo plazo, vamos a poder reducir el índice de infección». Así, aseguró, que «ya sabemos con todos los experimentos que hicimos que esta cepa no solo va a ser más benigna, sino que es inocua y va a generar un bienestar a lo largo del tiempo».
«Vamos a tener una estrategia sostenible, donde vamos a provocar una infección de muy bajo nivel de replicación y vamos a ir transformando al rodeo de estar infectado con una cepa que provoca un tumor maligno y mortal en el 10% de los animales a una que no contagia, que no pasa al ternero y que mejora la productividad», indicó.
No obstante, marcó que «es imposible hoy tener una vacuna, estamos empezando el camino del desarrollo. En este momento el INTA financió un proyecto para ver cuál es la plataforma tecnológica que vamos usar para vacunar. Esto puede ser una vacuna de ADN o de virus».
«Mínimo necesitamos dos años para hacer el desarrollo a producto final. Hoy día se desreguló el uso, mientras comenzamos el desarrollo, empezamos un piloto y necesitamos voluntarios en alguna cuenca lechera importante y cuando tengamos esa especie de variación dinámica, vamos a ir al registro», concluyó Trono.