A 3 días de la elección, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva muestra en las encuestas una ventaja entre 7 y 18 puntos sobre el actual presidente Jair Messias Bolsonaro.
Así, salvo la posibilidad de un error colectivo de las encuestadoras, la incógnita que queda en pie es si Lula superará el 50% de los votos válidos, evitando así una segunda vuelta el 30 de octubre.
Por eso la estrategia de Lula en las últimas semanas se dedicó a cortejar el «voto útil», los votantes que están cansados de Bolsonaro y podrían votar candidaturas que aparecen muy minoritarias, Ciro Gomes y Simone Tebet.
Hay 156 millones de brasileños empadronados, y -como en Argentina- el voto es obligatorio para los brasileños entre 18 y 69 años, y opcional para los jóvenes de 16 y 17 años, así como para los mayores de 70. En estos comicios se eligen candidatos en 5 niveles distintos: diputado federal, diputado estatal, senador, gobernador y presidente.
Esta elección en el país con la 8va. economía del mundo, según los datos del Banco Mundial, y que tiene aproximadamente la mitad de la población y del territorio de la América del Sur, aparece como la más decisiva desde el regreso de la democracia, que también allí fue en los ’80. ¿Vuelve Lula, el líder de izquierda forjado en las luchas sindicales, y que supo engociar en sus dos períodos presidenciales con el establishment brasileño? ¿Y cómo vuelve? Y Jair Bolsonaro, que fue llamado el «Trump tropical» aceptará el veredicto de las urnas, si la diferencia no es demasiado grande?
Estos son los datos de las encuestas (en portugués «pesquisas»)