Un pozo de shale oil perforado en Vaca Muerta produce inicialmente más crudo que un pozo nuevo dentro de la formación Permian en Estados Unidos. El dato surge de un reporte de la consultora McKinsey & Company sobre la formación neuquina, en el que destaca la competitividad y el buen posicionamiento argentino para abastecer al mercado mundial. El reporte subraya además que el shale de Vaca Muerta se encuentra dentro de la gama más ligera de petróleos y tiene un bajo contenido de azufre.
La consultora relevó en 2021 datos de productividad por pozo y costos. En comparación con un relevamiento previo de 2019, los autores del reporte encontraron que la producción no convencional en Vaca Muerta ya compite con el shale estadounidense.
“En 2019, nuestra investigación concluyó que las propiedades geológicas de Vaca Muerta eran comparables a las principales formaciones de los Estados Unidos y que era un sitio prometedor para el desarrollo. Hoy, después de años de mejoras en la productividad, incluida la importación de mejores prácticas, el punto de equilibrio técnico promedio de pozos para Vaca Muerta está en línea con los principales campos no convencionales en los Estados Unidos”, destaca el reporte.
Productividad y costos
El alto nivel de producción inicial y su rápido declive posterior es la característica principal de los pozos de shale oil y shale gas. En ese sentido, la productividad en Vaca Muerta supera a la de algunas de las mejores áreas en Estados Unidos.
En concreto, un pozo en la formación neuquina en los primeros 90 días de producción supera a un pozo similar en la cuenca de Delaware, dentro de la formación Permian, el principal play de shale oil de Estados Unidos.
“Nuestra investigación muestra que los pozos de 2021 de Vaca Muerta lograron una producción máxima de 82.000 barriles de petróleo durante los primeros 90 días de producción frente a los 76.000 barriles de petróleo de Delaware. Además, los pozos de las últimas tres campañas anuales de Vaca Muerta han logrado consistentemente al menos un 23 por ciento más de producción acumulada que los de Delaware”, evaluó la consultora.
También destaca en el análisis de costos un breakeven para el petróleo de US$ 36,00 por barril y para el gas natural de US$ 1,60 por MMBtu. Son precios que están en línea con los de EE.UU.. La mayoría de campos no convencionales registran precios de equilibrio de entre 34 y 51 dólares por barril y de 1,30 a 1,80 dólares por MMBtu.
Potencial en combustibles
Por otro lado, el reporte destaca que el shale de Vaca Muerta se encuentra dentro de la gama más ligera de petróleos y tiene un bajo contenido de azufre (menos del 0,5 por ciento). Esto abre una veta para la exportación de combustibles, ya que hace más fácil de refinar y producir naftas, con tecnologías de refinación menos complejas.
“Las exportaciones de crudo ligero estadounidense a Europa (principalmente Francia, Italia y el Reino Unido) y Asia oriental (principalmente China, Corea y Singapur) también han aumentado recientemente. Por lo tanto, es lógico que el petróleo de Vaca Muerta también podría colocarse en estos mercados, dada su similitud con el crudo liviano estadounidense”, dice el reporte.
Vaca Muerta en el contexto mundial
McKinsey explica que los recursos no convencionales están bien posicionados para dar una rápida respuesta a la situación de suministro en los mercados globales, gracias a su flexibilidad y productividad.
“En el contexto de mayor volatilidad debido a los recientes eventos geopolíticos y las disrupciones tecnológicas, la extracción de petróleo de esquisto presenta un elemento de certeza dada la modularidad de sus gastos de capital, así como el menor tiempo de espera entre la perforación y la producción en relación con los proyectos de petróleo convencional. Por estas razones, el petróleo de esquisto puede responder con flexibilidad a interrupciones repentinas del suministro y movimientos del precio del petróleo”, destaca la consultora.
Argentina con Vaca Muerta puede llenar ese hueco. El país podría duplicar su producción actual (entre 500 y 600 bpd) en los próximos cinco años y triplicarse en los próximos diez, transformándose entonces en uno de los 20 principales países exportadores de crudo. Para lograrlo, la actividad en la formación neuquina debería trepar de 30 rigs en 2022 a 70 durante los próximos cuatro a cinco años.
Inversiones e impacto económico
Según la consultora este desarrollo “probablemente requerirá al menos US$ 45.000 millones en inversiones durante los próximos diez años, lo que también podría ayudar a superar los cuellos de botella de infraestructura, y podría ser alentado por una reducción en el perfil de riesgo expuesto”.
El impacto económico de Vaca Muerta generaría ingresos federales y provinciales de entre $58 mil millones y $70 mil millones. Además, este mayor nivel de actividad intensificaría la participación de la industria del petróleo y el gas en toda Argentina, elevando efectivamente la participación de la industria en el PIB del país de su nivel actual de 1,4 por ciento a 8,4 por ciento para 2032.
“A corto plazo, puede proporcionar al mundo un suministro de energía asequible, fiable y seguro muy necesario”, sintetiza el reporte sobre Vaca Muerta.
Nicolás Deza