“En la UBA, la formación en ciencias exactas sigue siendo excelente. Argentina tiene gran potencial”

La frase que elegimos para titular -que también encabeza el reportaje de la periodista Luciana Vázquez- no es ninguna novedad. Pero las opiniones de Sebastián Ceria son originales. El matemático argentino, empresario en el sector financiero global, exhibe un optimismo a contramano de los pronósticos agoreros sobre el país.

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“Tendemos a desaprovechar los talentos que se van al exterior en parte porque los llamamos “fugados”. No es así: deberíamos aprovecharlos mucho más”.

Hoy en Qontigo tenemos 50 personas que trabajan en el país, una combinación de computadores científicos, matemáticos, estadísticos. En la Argentina hay un gran talento, un gran recurso humano y una gran formación”.

“La Ley de Software y la Ley de Conocimiento fueron política de Estado durante tres o cuatro gobiernos. Esa continuidad permite construir algo que evoluciona con el tiempo. En la Argentina, estamos construyendo capacidades y veremos cómo evolucionan”.

“La Argentina no tiene la escala de la India para hacer consultoría, outsourcing y desarrollo de software para otros a super gran escala pero tenemos buena escala para hacer producto”, explica. “Lo que estamos haciendo es evolucionando a la hora de aportar cada vez más valor agregado”.

Para mí, la brecha cambiaria no es un problema en el sentido de que mi empresa sigue contratando gente aquí en la Argentina”.

 “Está claro que crea un problema de informalidad. Además, hay un cambio fundamental en este mundo que es el tema de la movilidad del trabajo: con la virtualidad, muchas empresas que requerían que la gente estuviera en la oficina, hoy no lo requieren. En la Argentina, ocurre eso y, además, tenés el agravante de trabajar por un dólar en el exterior”.

“La restricción externa es un problema clave. Es una cuestión de flujo que se resuelve aumentando las exportaciones”, dice. “El mundo está pidiendo lo que la Argentina tiene para ofrecer”, sostiene.

“Si duplicamos nuestras exportaciones, la restricción externa desaparece y con ella, desaparece, la brecha cambiaria. El problema se puede solucionar a mediano y largo plazo”.

“Puede ser que estemos estancados en educación pero yo apunto al potencial”, argumenta. “Si usamos el liderazgo para llevar en lugar de para empujar para atrás, puede ser muy positivo”. “La Argentina puede desarrollarse y puede crear empresas competitivas”.

“Está esta idea de que ser pesimista está basado en evidencia pero ser optimista es naif. Mi optimismo está basado en datos certeros”, justifica. “Hay que entender que desarrollarse es difícil”.

“Es mucho más difícil agrandar la torta como lo hizo Corea en 1960 que lo tenemos que hacer nosotros”. “Enfoquemos cuáles son las cosas que hicimos bien y tratemos de mantener políticas de Estado”. “Si cada vez vamos a volver a las cosas tristes de nuestra historia, nos va a ir mal. Tenemos que superarlas; no te digo olvidar”

“Porque este país de hoy es mucho mejor que aquel de 1966 en el que le pegaban a los científicos”.

“Con el edificio Cero+Infinito, el Estado le muestra su respeto a los estudiantes”, sostiene. “En este país, el Estado maltrata a mucha gente y eso es una de las cosas que tenemos que cambiar”, cuestiona. “Las finanzas están pasando de ser “fuerza del mal” a una fuerza del bien”, desafía. “En la Argentina, hay un tema de escala. Para ganar escala, Argentina tiene que abrazarse a un mercado que nos quede cerca como Brasil, Chile o Colombia”, propone. “Si uno lograra generar un mercado de ese tamaño, una empresa como la mía perfectamente podría tener un mercado de ese tamaño y podría vivir en la Argentina”, imagina.

El matemático Sebastián Ceria, un exitoso empresario de la economía del conocimiento en el sector financiero global, estuvo en La Repregunta. Ceria es Doctor en Matemática Aplicada por la Universidad de Carnegie Mellon en Estados Unidos y CEO de Qontigo, una empresa europea dedicada al control de riesgo de inversiones a través de modelos matemáticos. En 2019, vendió Axioma, su primera compañía tecnológica, a la Bolsa de Frankfurt por 850 millones de dólares. Antes de entrar de lleno al mundo de los negocios, fue profesor en Columbia Business School.

La semana pasada, recibió el Doctorado honoris causa por la Universidad de Buenos Aires. Ceria es graduado de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Es uno de los impulsores de la construcción de Cero+Infinito, el edificio de Ciencias Exactas cuyo diseño donó el reconocido arquitecto Rafael Viñoly y que financió el Estado argentino a lo largo de tres gobiernos. Se inauguró el año pasado. Costó 30 millones de dólares, a los que Ceria aportó 150 mil dólares y un involucramiento durante más de 10 años.

Aunque hace casi 35 años que vive en el exterior, primero en Nueva York y desde hace unos años en Londres, donde viene desarrollando toda su carrera profesional, sigue valorando la formación que recibió en la Argentina, a la que se siente agradecido, y el potencial local. En 2020, creó Fundar, un centro de investigación en políticas públicas.

La Ley de Software y la Ley de Conocimiento fueron política de Estado durante tres o cuatro gobiernos. Esa continuidad permite construir algo que evoluciona con el tiempo. En la Argentina, estamos construyendo capacidades y veremos cómo evolucionan”

El talento, la educación argentina y la “fuga de cerebros”. La crisis de la educación y la competitividad de los expertos argentinos en ciencias exactas. Argentina, la UBA y el futuro, ¿hay recursos humanos suficientes para la economía del conocimiento? La competencia por el talento global. Los datos, su uso y la política: el Indec kirchnerista. Las nuevas deudas de la Argentina. Políticas de Estado y restricciones macro: la brecha cambiaria. Del agro a Vaca Muerta y el sector del software, los obstáculos. Mercado financiero global y los estigmas. Argentina y el problema de escala. El optimismo, a pesar de todo. Sobre estos temas, Ceria dio sus perspectivas.

A partir de mañana jueves 8 reproduciremos la entrevista completa.

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