La empresa con la que el Gobierno va a contratar programadores para que le presten servicios al Estado ya tiene nombre y podría lanzarse en eeste primer trimestre de este año. El secretario de Economía del Conocimiento, Ariel Sujarchuk, anticipó que el proyecto está muy avanzado y que sería una herramienta eficiente que permitiría ahorrar costos.
“Esta idea es una iniciativa que llevamos adelante y que también conversamos mucho con el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, y con su equipo. Es un proyecto que viene muy avanzado y que espero que lo podamos llevar adelante en el primer trimestre de este año”, afirmó Sujarchuk.
El proyecto tomó estado público en noviembre pasado, cuando el secretario lo anunció durante un evento de la Cámara de la Industria Argentina del Software de Argentina (Cessi). Allí sostuvo: “Nosotros, además, vamos a potenciar la creación de una empresa nacional de software: no para quitarles trabajo, sino para darles más trabajo. Si no, siempre el león se come al ratón. En las grandes licitaciones, ninguna empresa chica tiene espalda suficiente. Mejor que el Estado esté para agrupar a todas las pequeñas empresas y que entren a vender servicios. No hay que tener miedo ni ver fantasmas, hay que trabajar en serio y poner números sobre la mesa”.
Para los empresarios, un proyecto así potenciaría a la industria local e incluso se podría pensar en exportar el software. Sin embargo, no creen que sea necesario crear una compañía para tal fin, sino que alcanzaría con modificar la ley de compras.
Según Sujarchuk, la empresa permitiría retener talento que hoy el Estado no puede preservar porque no tiene las categorías para hacerlo. Cabe recordar que el sector está muy bien pago, y según el último relevamiento de la Cessi, un desarrollador semi senior cobraba $256.000 en julio pasado. La cifra puede ser mayor si trabaja para el exterior y cobra en dólares.
“Es una de esas medidas que nosotros vemos como de avanzada, que tomamos a tiempo para poder estar a la altura de las circunstancias en la medida en que se empiece a avanzar en billeteras electrónicas, tokenización de activos, tokenización de procesos, de datos. Entonces es clave tener una empresa de software que garantice al estado la organización y al privado también le va a dar una oportunidad”, agregó.
Monotributo tech
Por otra parte, sostuvo que el proyecto de monotributo tecnológico se incluiría en el temario de las sesiones extraordinarias a las que está convocando el Gobierno.
“La propuesta del Ministerio de Economía va a ser incluir el proyecto en el llamado a extraordinarias. El monotech no solo abarca a la economía del conocimiento, sino a otros talentos como periodistas, guionistas, gamers, diseñadores, etc. que prestan servicios permanentes o eventuales. Si el Estado argentino no les da una herramienta no es que las personas dejan de prestar el servicio al exterior, sino que lo hacen de manera offshore, cobrando en criptomonedas o cuentas de afuera, o con algún otro mecanismo”, esgrimió.
El monotributo tecnológico va a correr a la par del monotributo tradicional, es decir que, si alguien ya es monotributista y saca el monotech, no va a pagar ni la jubilación, ni las cargas sociales que ya está abonando. Va a haber tres categorías según el nivel de facturación con topes de US$10.000, US$20.000 y US$30.000
“Estudiamos los topes con las empresas del sector para que esto no los perjudique en cuanto a las contrataciones, que es lo que algunos argumentan, y, en general, hemos encontrado muchísima adhesión de los sectores jóvenes porque con esta herramienta pueden ingresar de forma lícita y en blanco con una carga tributaria baja sus ingresos en una cuenta en dólares sin pasar por el mercado único de cambios”.