ROBERTO CIRIMELLO, “COMBUSTIBLERO NUCLEAR”, NOMBRADO EMÉRITO POR LA COMISIÓN NACIONAL DE ENERGÍA ATÓMICA

La foto de sí mismo que Cirimello tardó horas en encontrar, y un elemento combustible tipo CANDU de la Central Nuclear de Embalse, desarrollado bajo su dirección y sin ninguna ayuda del proveedor de la unidad.

Argentina es plenamente independiente en combustibles nucleares. Por su rol durante 52 años en esta larga lucha empezada por Jorge Sabato, la CNEA nombró “Investigador Emérito” al ingeniero químico Roberto Cirimello. 

Trabajador a extremos indescriptibles, “el Chiri”, como lo llaman sus colegas, se jubiló como gerente general y miembro del Directorio de la Comisión Nacional de Energía Atómica en 2006. En tiempos muy de vacas flacas, falta de horizontes y crisis casi terminal para la institución, literalmente se la cargó a espaldas para evitar su derrumbe, y en general evitando salir en las fotos. 

Se retiró justo cuando pareció que el Programa Nuclear resucitaba, entre 2006 y 2015. Pero como desde 2016 éste recayó en la pobreza, por lo mucho que Cirimello sabe, por lo que hizo, por lo imprescindible y porque existe el teléfono celular, nunca lo dejarán jubilarse del todo. 

En estos días lo está intentando y escribe narrativa. “Desde 2003, y de nada nuclear”, ataja. Ganó un premio literario en España del que no habla, y aquí logré ubicar este libro de cuentos que publicó en Bariloche en 2021, medio saliendo de la pandemia.  Antes publicó este otro, electrónico y sin soporte papel, del que tampoco me habló jamás.

A los 83 años se ve que Cirimello sigue evitando las fotos. Y tanto así que cuando le pido una para encabezar este artículo, no tiene ninguna publicable, y me termina mandando el rejunte de Photoshop que encabeza esta reseña. Es estéticamente malo, pero muestra la cara del susodicho y un elemento combustible CANDU. Buen resumen.

Para presentarlo a Cirimello, me queda el “por su obra lo conoceréis”. Antes de ser no pocos años el salvavidas real de la CNEA, trabajó de Gerente de Tecnología en el Centro Atómico Constituyentes, ídem en el Centro Atómico Bariloche, también como Gerente del Área Ciclo de Combustibles, como jefe del desarrollo de los elementos combustibles CANDU que usa la central de Embalse, Córdoba. Aún antes fue miembro del directorio y presidente de la joint-venture CONUAR. Ésta es una sociedad de la CNEA y Pérez Companc que fabrica todos los combustibles nucleares de todas las centrales y reactores argentinos desde 1982. El Chiri fue también miembro del Directorio de INVAP, empresa que en este portal no necesita de presentación.

Estuvo en el Ministerio de Ciencia de la Argentina como miembro del Comité de Evaluación Institucional, entre 2010 y 2013.

Su último trabajo fue como revisor externo de la ingeniería de los elementos combustibles de la futura centralita nuclear compacta CAREM de 32 MW, en construcción en el predio de las Atuchas I y II, en Lima, provincia de Buenos Aires. Sigue dando clase como profesor libre en tecnología de combustibles nucleares en el Instituto Balseiro de Bariloche, uno de los tres centros universitarios de la CNEA.

En su tiempo libre (???), Cirimello se las arregló para ser primero miembro y luego presidente del SAGNE, que viene a ser el Grupo Asesor Permanente del Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica de las Naciones Unidas (OIEA) en Viena. Esto, entre 2003 y 2007. 

También fue miembro y luego presidente del INPRO, que es un proyecto del OIEA sobre innovación en ciclos de combustible nuclear. Eso, de 2000 al 2005, y a ese grupo volvió como consultor Senior en 2007.

Mandado por el OIEA y el PNUD (el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), asesoró en combustibles nucleares a 4 países a los que viajó no menos de 11 veces, y revistó seguido en los foros científicos paralelos a la Conferencia General de ese organismo internacional.

A Robert lo conozco desde 1985, pero en marzo de este año, cuando la CNEA lo nombró Emérito y él me mandó su currículum, mi primera idea fue que la sola lectura agota a cualquier lector, y eso por la necesidad de aclarar tantas siglas que dirigió. Mi segunda idea fue una pregunta: ¿cuántas miles de horas durmió en aviones, en hoteles, en alojamientos para profesores y en general fuera de su cama el ingeniero químico Roberto Cirimello, nacido -dicen- en Santa Fe?

La tercera cosa que pensé es cómo los ingenieros químicos de la CNEA académica, la pre-industrial, se hicieron combustibleros, como Jorge Sabato, y como Sabato, terminaron inaugurando la “ciencia de materiales” argentina, ese terreno nebuloso donde se unen las “ingenierías fierreras” y la mecánica cuántica. El resto de los ingenieros químicos, o son químicos de reactores, que es como ser hematólogo de centrales nucleares, o terminaron desarrollando la tecnología que hoy nos permite tener la PIAP, o Planta Industrial de Agua Pesada de Neuquén. Es la mayor unidad del mundo en su tipo, y el gobierno de Mauricio Macri la cerró y sigue cerrada, lo que nos hace importadores. 

El día que le pongan un país al Programa Nuclear Argentino, va a andar joya. Y el país, creo, también. 

Ése es mi brindis por Cirimello.

 

Daniel E. Arias