Este informado y completo articulo del Tribune de Pakistan nos ofrece una mirada lejana pero aguda acerca de la geopolitica de una conversada compra de aviones de combate por Argentina.
Daniel Arias comenta el tema en nota aparte, aquí.
Cuando se trata de material militar, nada atrae tanto la imaginación del ciudadano de a pie como los aviones de combate. Son, en muchos sentidos, objetos carismáticos elevados a menudo a la categoría de fuentes de orgullo nacional. Esto es doblemente cierto si el avión en cuestión puede calificarse hasta cierto punto de autóctono.
En Pakistán, no hace falta ser un entusiasta de la aviación para desarrollar al menos cierto grado de fascinación por los aviones de combate. Desde los Sabre que se trenzaron en «riña de perros» sobre Lahore en 1965 hasta los F-16 que han formado la punta de lanza de la Fuerza Aérea de Pakistán durante cuatro décadas, varios tipos se han ganado cierto estatus icónico.
El JF-17 Thunder («Trueno»), aunque sólo sea porque Pakistán puede reclamarlo como propio, ocupa un lugar similar. Así que no es de extrañar que cualquier informe o rumor de venta se convierta en objeto de discusión y especulación.
Recientemente, algunos cuchicheos desde el otro lado del mundo han disparado estas especulaciones. Un país de Sudamérica con muchos paralelismos con el nuestro -algunos superficiales y otros trágicos- ha manifestado su interés por nuestros reactores, quizá por las mismas razones que llevaron a Pakistán a desarrollarlos.
Argentina, con problemas de liquidez y afectada por el embargo de armas británico, es el último país que declaró su deseo de adquirir el caza JF-17. Si la venta se concreta, podría convertirse en el operador más importante de nuestros aviones fuera del propio Pakistán.
Pero, ¿esto tiene algún fundamento o estamos haciendo una montaña de un grano de arena? El Express Tribune recurrió a destacados expertos internacionales y locales en defensa para que explicaran qué podrían ganar Argentina, China y Pakistán con un acuerdo de este tipo, y si es probable que se lleve a cabo.
Problemas de la Aeronáutica
Para analizar el estado actual de la Fuerza Aérea Argentina y la dinámica militar en América Latina, The Express Tribune se puso en contacto con el Dr. Carlos Solar, investigador senior del equipo de Estudios de Seguridad Internacional de RUSI (un «think tank» experto en defensa del Reino Unido fundado en 1831 por el duque de Wellington). Solar nos contó que el estado actual de los tres servicios armados argentinos pone en duda su capacidad de despliegue de fuerzas.
«Si se piensa en el estado actual del Ejército Argentino… en su día estuvo fuertemente armado en los años ’70 y ’80, dada la geopolítica de la época», dijo el Dr. Solar. Es investigador de la dinámica de seguridad en las Américas, especialmente en lo militar, lo civil y lo que atañe a relaciones diplomáticas con Occidente. «[Pero ahora] la Armada se encuentra en una situación desesperada… como demuestra el accidente que provocó el hundimiento de un submarino. [Y] si se miran los documentos del balance militar del IISS (International Institute for Strategic Studies, otro «think tank» en seguridad fundado en 1965), todo lo que tiene Argentina son unos 20 A-4 Hawk de fabricación estadounidense y 10 aviones de entrenamiento y otros aviones que no son de combate.»
Para establecer un contraste, el Dr. Solar comparó las Fuerzas Armadas de Argentina con las de su vecino Chile, del que dijo que el primero estuvo casi a días, si no a horas, de declararle la guerra a finales de los 70. «Tanto Argentina como Chile eran dictaduras en aquella época y los generales [de ambos bandos] pusieron mucho empeño en mantener sus respectivas Fuerzas Armadas».
La situación actual entre las dos aeronáuticas militares es muy diferente, dijo el Dr. Solar, con Chile capaz de sostener una flota de F-16 como el pilar de la FACH, la Fuerza Aérea de Chile. Los problemas de la FAA, la Fuerza Aérea Argentina, explicó el analista de RUSI, se deben a dos hechos. «Por supuesto, Chile jamás entró en guerra con el Reino Unido. Así que Argentina está todavía hoy bajo un embargo de armas del Reino Unido que vino recortando severamente cualquier posibilidad de reequipamiento sin censura previa del gobierno británico», dijo, refiriéndose a la guerra por las Malvinas/Falklands a principios de los 80.
Pero otro factor también obstaculizó gravemente la capacidad de Argentina para mantener una aeronáutica militar que en su día fue ampliamente respetada en la región y en el resto del mundo.
«Las Fuerzas Armadas no tienen tanto poder de lobby en Argentina, a diferencia de Brasil -donde las vimos ayudando al gobierno con Jair Bolsonaro- o de Colombia -donde luchan desde hace 60 años-«, compartió el doctor Solar. Las Fuerzas Armadas de Chile, en cambio, retuvieron su poder y cuando el país se democratizó, pudieron mantener privilegios corporativos militares que les permitieron nueva inversión en armas y equipamiento. «Argentina estaba en el otro extremo del espectro. Las autoridades civiles no presupuestaban nada para sus Fuerzas Armadas».
El camino hacia el Trueno
A pesar de sus escasos medios, la Fuerza Aérea Argentina ha explorado varias opciones para adquirir aviones más capaces para su ejército del aire, ya sean nuevos o de segunda mano. A principios de la década de 2010, el país puso sus miras en los cazas Mirage F1M de fabricación francesa que las fuerzas aéreas españolas estaban desprogramando de a poco. Sin embargo, bajo la presión del Reino Unido, el Gobierno español desechó el acuerdo en marzo de 2014 y, desde entonces fueron operadores privados quienes compraron aquellos cazas en cuestión.
Otro avión que los argentinos consideraron fue una versión muy modificada del avión israelí Kfir, que Colombia aún utiliza y Ecuador empleó en el pasado. Las negociaciones se interrumpieron abruptamente en 2017, sin que hubiera noticias oficiales al respecto, pero los informes citaban problemas técnicos y de precio relacionados con el motor y otros sistemas del caza.
El Gripen sueco, que según su fabricante (SAAB) es el avión de combate más barato de operar, fue otro de los que atrajo la atención de Argentina. Pero mientras Brasil, la potencia sudamericana vecina, firmaba un acuerdo para producir localmente este caza, el Reino Unido bloqueó cualquier venta a Argentina con un embargo de exportación de subsistemas británicos utilizados en el avión.
Una venta de aviones de combate FA-50 coreanos corrió una suerte similar. «En 2017, Argentina intentó comprar FA-50 a Corea del Sur, pero no lo consiguió debido al embargo de armas del Reino Unido, ya que utiliza componentes fabricados en el Reino Unido que estaban sujetos al embargo», dijo el Dr. Solar. «Como ya lo han intentado antes sin éxito con todo posible socio occidental… creo que el Gobierno argentino, independientemente de su color, sea de izquierda o de derecha, está en un proceso de entender que nunca podrá comprar nada a Occidente y que sus únicos proveedores vendrán de Oriente».
El caso de los JF-17
En declaraciones a The Express Tribune, el Comodoro (RE) Jamal Hussein afirmó que uno de los principales argumentos de venta del JF-17 es que su adquisición y utilización son un 50% más baratas que las de cualquier otro avión de combate de capacidad similar. «El precio unitario de la última versión del bloque 3 del JF-17 es de sólo unos U$ 50 millones, y esta versión viene con un radar AESA», señaló.
Explicó que hubo un tiempo en que lo más importante a la hora de evaluar un caza multirrol era su velocidad o maniobrabilidad. Pero ahora, lo más importante es la calidad de su radar y la gama de misiles que puede llevar.
«Hubo un tiempo en que China estaba muy atrasada en materia de aviónica. Así ocurrió cuando la Fuerza Aérea de Pakistán adquirió los cazas F-6 de fabricación china», explicó Hussein, refiriéndose a la versión china del viejo MiG 21 soviético. «Ahora la situación es completamente diferente. Los radares, la aviónica y otros subcomponentes chinos se han puesto al día. Puede que aún no sean tan buenos como los estadounidenses, pero ofrecen una capacidad competitiva por un precio mucho menor.»
Hussein dijo que, al menos en teoría, el misil aire-aire PL-15 con el que puede armarse el JF-17 Block 3 tiene un alcance mucho mayor que los misiles AMRAAM de fabricación estadounidense y MICA franceses. Estos últimos son los que llevan los cazas Rafale recientemente adquiridos por India.
«Para una operación ofensiva, el JF-17 no es ideal. Pero si se busca el factor de defensa aérea y se dispone de poco dinero, el JF-17 es la mejor compra», observó. «Para el combate aéreo, el JF-17 es más que capaz y, como caza de defensa aérea, se adaptaría perfectamente a una aeronáutica como la argentina. El único problema que preveo con esta adquisición es cuánta influencia puede ejercer Estados Unidos».
El Dr. Lukas Fiala es un investigador de la LSE, London School of Economics. Se ocupa de los avances de la industria de defensa china de alta gama, la estrategia militar y las nuevas relaciones de seguridad con los países del Sur. Fiala reconoció que China está plantándose ante la puerta misma de las grandes firmas de defensa occidentales. «Probablemente, en general, aún no lo hayan conseguido, pero, en términos generales, el progreso relativo de China es impresionante. Negar ese progreso sería distorsionar un poco el panorama», afirmó.
El Dr. Fiala, Coordinador de Proyectos de China Foresight, un programa de investigación centrado en China del grupo de reflexión sobre política exterior IDEAS de la LSE, consideró el JF-17 un proyecto interesante. «Es uno de los pocos proyectos de compensación industrial en defensa que tiene China y que ha tenido éxito a largo plazo. El último modelo del caza (el block 3) es muy importante y demuestra que China es cada vez más capaz de desarrollar armamento bastante avanzado y también muy capaz».
Según el Dr. Fiala, si China es capaz de presentar el JF-17 como una opción más económica, obviamente mejorará la percepción internacional de este avión. «China vende de dos modos: o bien ofrece un préstamo de Estado a Estado para la adquisición de la aeronave, y luego, a veces, ese préstamo se paga en materia prima. La otra opción es dar créditos a los compradores, algo que AVIC (China Aviation Industry Corporation) ya ha hecho anteriormente en Sudáfrica. [Es] esencialmente acreditar ante la empresa un crédito con compromiso de devolución».
Dado que AVIC es una firma del estado chino y que el mismo tiene obviamente el mayor crédito soberano de todo el mundo en desarrollo, está en una posición única para hacer acuerdos presupuestarios con otros países, dijo el Dr. Fiala.
Comparando la posible venta con la vía de los F-16 usados con la que Estados Unidos está presionando a Buenos Aires para su compra, destacó los inconvenientes de esta última para los planificadores militares argentinos. «Si Argentina adquiriera F-16, ¿cuál sería el inconveniente? Es que al fin y al cabo, el Reino Unido y EE.UU. son aliados muy cercanos y EE.UU. puede limitar el uso de esos aviones o influir (el estado de la flota vendida) a través del mantenimiento, reparación y operaciones (MRO). Pero la postura del Reino Unido es más inamovible: quiere embargar toda compra argentina que mejore su capacidad militar».
Dados sus retos actuales, el Dr. Fiala afirmó que cualquier modelo de avión sería útil para la Fuerza Aérea argentina. «Aunque el JF-17 no sea una opción tan bien recibida como los F-16, viene con misiles bastante avanzados y capaces».
Por último, llamó la atención sobre el componente industrial de defensa. «Evidentemente, China podría ofrecer a Argentina algún tipo de «offset», una compensación en industria de defensa, en virtud de la cual partes del avión se fabriquen localmente o la plataforma se ensamble en destino. Eso podría disipar cualquier duda por parte de Argentina», afirmó. «China también podría ofrecer algún tipo de transferencia de capacidad local, para asegurarse de que los ingenieros y técnicos locales sepan realmente cómo funciona el avión y cómo ensamblarlo, mantenerlo, etc.».
Los argumentos contra los JF-17
A pesar de que, sobre el papel, los Thunder parecen ser los más adecuados para su fuerza aérea, el Dr. Solar afirmó que existe una fuerte presión para que el gobierno argentino no compre ningún equipo militar chino. «Una posible venta de JF-17 cambiaría las reglas del juego… no sólo para Argentina, sino para todo el mundo meridional», afirmó. «Pondría equipos militares importantes de China en América Latina, lo que se percibe en las potencias occidentales, el Reino Unido y EE.UU. especialmente, con mucha desconfianza».
El analista de RUSI señaló que la diplomacia de defensa se mueve en un carril diferente al de la diplomacia política. «En términos de diplomacia entre militares, los argentinos han sido muy claros. Están muy cerca de Chile, que ya tiene F-16. Desde un punto de vista estratégico, si los argentinos y los chilenos tienen F-16, básicamente toda la esquina sur de América Latina puede ser vigilada con aviones interoperables. Tiene mucho sentido que Argentina cuente con equipamiento occidental, aunque sólo sea un submarino, dos fragatas o un puñado de F-16, porque crea una fuerza interoperable que es más grande e internacional.»
Sin embargo, una venta de JF-17 colocará a Argentina en una clara relación a largo plazo con China, debido al compromiso de prestarles servicio. Los chinos podrían incluso utilizarlo como punto de entrada para ejercicios militares con y en Argentina. «Es la relación a largo plazo lo que preocupa a Estados Unidos y a todos sus socios», afirmó.
Dado el papel de los ejercicios bilaterales entre Chile y Argentina en la consecución de una paz y una amistad duraderas entre dos naciones que en su día estuvieron al borde de la guerra, es posible que el primero vea con resquemor el realineamiento de Argentina hacia China, señaló el Dr. Solar. «Podría incluso afectar a esa paz, que se creó con cierta ayuda indirecta de EE.UU. y de otras potencias occidentales. Básicamente, con esa compra, Argentina se despide de esas relaciones».
La otra cuestión que podría bloquear la venta es puramente económica. «Alrededor de U$ 640 millones es mucho para un país que necesita esa cantidad de dinero para política social, ya que su población sufre una inflación de más del 100%. El Ministerio de Defensa defenderá cualquier inversión en las Fuerzas Armadas porque son su responsabilidad. Pero esto se verá como un gran problema dado que el mismo dinero podría destinarse a sanidad o a las regiones más pobres del país», explicó el Dr. Solar.
La alternativa del F-16 y la cuestión del Reino Unido
Mientras Argentina y China exploran una posible venta de JF-17, Estados Unidos ha intentado facilitar una alternativa. Se han ofrecido a Argentina los F-16 usados que la Fuerza Aérea Danesa pretende retirar progresivamente en favor de los F-35 de quinta generación, aunque el Reino Unido sigue presionando en contra de dicha venta.
Para el Dr. Solar y el Dr. Fiala, la postura del Reino Unido lleva a la pregunta del millón: decidir si Argentina comprará JF-17 o F-16 para su Fuerza Aérea.
Según Fiala, al Reino Unido no le convendría tener los JF17 en Argentina. «Si el Reino Unido cree que China es un desafío sistémico y que Pekín utiliza todos los niveles del poder estatal para hacer avanzar su agenda, le convendría más tener los F-16 en Argentina, sólo porque habría alguna forma de rendición de cuentas», dijo el Dr. Fiala.
Con el tipo de capacidades que el JF-17 puede proporcionar a Argentina, el Dr. Solar cree que la fuerza aérea del país podría ampliar su alcance al territorio de las Malvinas/Falklands. «Esto obligaría al Reino Unido a replantearse su presencia militar en el Atlántico Sur. Para el Reino Unido, mantener las Malvinas ya es bastante caro. Imagínese si tiene que duplicar su huella militar».
Entonces, ¿por qué no querría el Reino Unido que Argentina tuviera equipos occidentales para que pudieran ser controlados fácilmente por ellos o por los estadounidenses? El Dr. Solar señaló que, para Estados Unidos, sin duda tiene mucho sentido mantener a Argentina de su lado en lugar de permitir que caiga en manos chinas. «Pero creo que el Reino Unido ve estratégicamente que los argentinos siguen insistiendo en la cuestión de la soberanía territorial sobre el Atlántico Sur. Ésa es la clave», observó.
Aunque Argentina mantiene actualmente una buena relación con el Reino Unido y firmó un tratado en el que ambas partes acordaron una especie de status quo respecto al reclamo de las Malvinas/Falklands, el Dr. Solar señaló que sería un suicidio político para un gobierno argentino, independientemente de su color, renunciar a su postura sobre las islas. «Eso pone en alerta al Reino Unido y es un obstáculo importante para que el gobierno británico diga que vamos a dejar que los argentinos se rearmen, aunque sea con equipamiento militar occidental».
El analista de RUSI compartió que probablemente por eso EE.UU. también está en la cuerda floja sobre el suministro de F-16 a Argentina. «Políticamente, una vez que sale del alcance de los militares y depende de los políticos electos en el Congreso o en la Casa Blanca, dirían ¿qué debemos priorizar? ¿Nuestra asociación con el Reino Unido, con quien estamos poniendo todo nuestro esfuerzo en la lucha contra los rusos y para contener a China? ¿O damos la espalda a los británicos y vemos qué pasa?».
Tango del año electoral
El Dr. Solar trató de situar todos los relatos relativos a la defensa de Argentina en el contexto de las elecciones que se celebrarán a finales de este año en la nación latinoamericana. «Estamos en un año electoral, con elecciones presidenciales en diciembre, así que todas estas narrativas apuntan claramente a ganar un punto extra hacia el final de la carrera», dijo, señalando que el Gobierno está aprovechando todas las agendas que puede. «Un día fue ganar la Copa del Mundo, reclamar la soberanía sobre las Malvinas, etcétera».
Según él, los vínculos con el JF-17 sólo han sido noticia recientemente porque el Ministro de Defensa argentino, Jorge Taiana, viajó a China y dijo que su país tenía por fin un acuerdo para los aviones. En virtud de ese acuerdo, se destinarían unos 20 millones de dólares a la construcción de la infraestructura necesaria para los cazas, lo que constituyó una señal de que Argentina podría mantenerlos en condiciones de volar». Actualmente, los aviones que opera la fuerza aérea argentina tienen severas limitaciones… los A-4, por ejemplo vuelan una vez al año para el día nacional argentino y eso es todo».
«Anunciando esta compra militar masiva, que mantendrá a su audiencia militar bastante contenta… se están enviando señales políticas con esta posible compra», explicó. Pero este tipo de señales, según el Dr. Solar, también son responsables de la aprensión en Londres. «Tiendo a creer que hay preocupación en el Reino Unido sobre si Argentina se convertirá definitivamente en un país más antioccidental, más anti-Reino Unido, independientemente del color».
El punto de apoyo chino
El Dr. Solar señaló que Argentina ya tiene algunos compromisos tecnológicos anteriores con China. «Tomemos el caso de la antena espacial militar de 16 pisos de altura en la Patagonia. Ese proyecto suscitó muchas preguntas: de dónde salió el dinero, cuánto invirtió China, quién tiene la responsabilidad, etc. El Congreso argentino ha mantenido un secretismo total sobre ese movimiento. Hay muchas voces en el Reino Unido y Estados Unidos que han expresado su preocupación», afirmó.
También explicó que existe un fantasma de no alineamiento en la región, que juega un papel importante en cuanto a todas estas guerras en otras partes del mundo yde la geopolítica. «Las naciones latinoamericanas dicen que estas cosas no son asunto de América Latina, pero EE.UU. y el Reino Unido están enviando una señal de que es mejor que reconsideren esa idea».
Pero aunque ahora mismo hay equipamiento militar chino en la región, hasta ahora no ha sido suficiente para que los estadounidenses lo consideren un cambio de juego. «Han sido sobre todo donaciones de cantidades muy pequeñas de equipos a países como Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, que se han alejado del lado estadounidense».
Según el Dr. Solar, los ejércitos latinoamericanos suelen comprar tecnologías de segunda mano o que no son de primera línea. Pero la adquisición del JF-17 por parte de Argentina también podría desencadenar una carrera armamentística al proporcionarles algunas tecnologías de alta gama.
«China ofrece básicamente plataformas que una nación con dinero y necesidades limitadas es capaz de adaptar a lo que necesita, y que puede permitirse. No se necesitan tantos equipos para patrullar las fronteras en busca de problemas como la pesca potencialmente ilegal, y los chinos lo saben», afirmó (Solar). Con la venta de nuevas tecnologías, China estaría enviando el mensaje de que está dispuesta a compartir los resultados del enorme salto tecnológico que ha dado y de que puede ser un socio fiable.
«Los chinos también juegan la carta del comercio y las inversiones, que es bastante importante en regiones como la nuestra», añadió. «Así que puedo ver cómo podrían caer en manos de los chinos los países que están pensando en ahorrar costos de tecnologías caras».
Para Argentina, la relación con Estados Unidos ha sido buena si se considera únicamente en términos de diplomacia entre militares, dijo el Dr. Solar. «Los militares de ambas partes han sabido navegar la ola incluso cuando los políticos revuelven la olla. América Latina es también una región que actualmente está en paz. No hay razón para que EE.UU. haya expulsado a Argentina de su esfera».
Pero cualquier venta que Argentina acepte (de China) enviará una señal enorme al resto de la región de que hay una clara separación de esta histórica relación militar entre EE.UU. y América Latina, añadió.
¿Qué gana China (y quizá Pakistán)?
Para el Dr. Fiala, cualquier venta del JF-17 a Argentina supondría definitivamente un punto de inflexión para el éxito de China en la industria mundial de defensa, para empezar. «Creo que China ha sido capaz de ascender en la cadena de valor en los últimos 10 o 15 años en equipos de defensa en general y en el sector aeroespacial en particular».
En su opinión, esto se debe sobre todo a la reforma de la industria de defensa china, dirigida por el gobierno a partir de mediados de los años ’90, pero que se aceleró a mediados de la década de 2000. «Luego se aceleró aún más con Xi Jinping. Como vemos en programas como el caza furtivo J-20 e incluso el J-10 [de cuarta generación], China ha sido capaz no sólo de adaptar los equipos rusos, sino también de innovar cada vez más sobre tecnologías heredadas».
El Dr. Fiala también imaginó que una gran cantidad de gobiernos latinoamericanos están interesados en diversificar sus relaciones diplomáticas, lo que es particularmente evidente en el caso de las respuestas a la guerra de Ucrania que vienen desde la región. Ya sea a través de acuerdos de defensa o no, es fácil concluir que se trata de una oportunidad que China querría aprovechar.
Pero aunque siempre hay un importante componente político en los acuerdos de defensa, el Dr. Fiala señaló que, en última instancia, los principales agentes son las empresas que intentan acceder a estos mercados. «Tienen que obtener beneficios, ¿verdad? Para ellas, obviamente, América Latina sería, si se presenta la oportunidad, un mercado bienvenido».
¿En qué situación quedaría Pakistán si Argentina adquiriera los JF-17? En relación con esta cuestión, el Comandante de Ala (RE) Naseem Ahmed destacó una faceta única del programa JF-17. Según él, aunque Pakistán y China comparten la coproducción del avión, su comercialización mundial se llevó a cabo de forma independiente por ambas naciones. «Pero a pesar de ello, si aparece una propuesta exitosa de venta a otra nación, venga desde Pakistán o de China, ambas naciones participan en la producción del pedido».
«Aunque Argentina sólo esté negociando con China la compra de JF-17, es algo muy positivo para Pakistán», añadió el Comodoro (RE) Jamal Hussein. «Aunque el motor del JF-17 procede de Rusia y otros componentes importantes, como el radar, vienen de China, la mayor parte de la fabricación del caza se lleva a cabo en Kamra (Pakistán). «En costos, Pakistán representa entre el 10% y el 40% del JF-17».
Aún así, para el Comandante Naseem, una venta final dependería de cuánta influencia tenga EE.UU. sobre el gobierno argentino, de cuán capaz sea China de contrarrestarla, y de los argentinos de resistirla.
ZEESHAN AHMAD