Un equipo de investigadores de la Universidad de Utrecht (Países Bajos) dirigido por Markus Weingarth investigó el antibiótico clovibactina encontrado en un tipo raro de bacteria que vive en el suelo arenoso de Carolina del Norte. Descubrieron que este antibiótico mata eficazmente a las «superbacterias», como la bacteria Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM).
A diferencia de la mayoría de los antibióticos, la clovibactina ataca la pared celular, lo que dificulta la evolución de las bacterias y el desarrollo de resistencias. Utiliza una interfaz hidrofóbica inusual para encerrar el pirofosfato en las bacterias, lo que provoca una falta de resistencia. Como fármaco peptídico dirigido a lípidos, la clovibactina se considera una de las primeras clases novedosas de antibióticos naturales de los próximos 30 años.
Recientemente, los expertos médicos han expresado su preocupación por los efectos negativos del uso excesivo de antibióticos. Esta práctica ha provocado el aumento de las «superbacterias», que pueden resistir a muchos antibióticos existentes. Por ello, infecciones bacterianas que antes eran tratables ahora pueden suponer una amenaza para la vida.
La clovibactina se encuentra actualmente en la fase inicial de desarrollo y aún debe someterse a pruebas rigurosas antes de que se apruebe su uso en humanos. Si los investigadores demuestran su eficacia en los ensayos clínicos, puede ser un potente fármaco para acabar con las bacterias resistentes a los antibióticos.
El descubrimiento de la clovibactina supone un gran avance médico porque ofrece una posible solución a los problemas de la resistencia a los antibióticos. También pone de relieve la importancia del uso responsable de los antibióticos existentes para evitar la evolución bacteriana de la resistencia.
La resistencia a los antibióticos como nueva crisis médica
En 1928, el bacteriólogo escocés Alexander Fleming descubrió accidentalmente la penicilina en el Hospital St. Mary de Londres. Este descubrimiento condujo al desarrollo de los antibióticos, que ayudaron a reducir el número de muertes debidas a infecciones bacterianas. En casi 100 años, los antibióticos han cambiado el curso de la medicina y han ayudado a prolongar la vida humana una media de 23 años.
Sin embargo, el uso excesivo e irresponsable de este medicamento ha provocado resistencia a los antibióticos entre las bacterias. Sólo en Estados Unidos se registran más de 2,8 millones de infecciones por resistencia a los antibióticos, lo que provoca 35.000 muertes al año.
Es normal que las bacterias desarrollen resistencia a un fármaco, pero la forma en que se utilizan los medicamentos puede afectar a la tasa y el grado de esta resistencia. La resistencia a los antibióticos se produce cuando microorganismos como bacterias y hongos desarrollan la capacidad de resistir a los fármacos diseñados para matarlos. Esto significa que no mueren y siguen creciendo. Si los antibióticos pierden su eficacia, también perderemos la capacidad de tratar infecciones que antes eran manejables.
Hoy en día, la resistencia a los antibióticos se considera una amenaza mundial urgente para la salud pública. Puede afectar no sólo a la salud humana, sino también a otros sectores, como la veterinaria y la agricultura.