Luego del “dólar soja 3”, la disponibilidad interna de poroto que queda por comercializar por parte de los productores argentinos es del orden de 10 millones de toneladas, una cifra lejana a los 18,4 millones que resultan del promedio del último lustro.
Tal estimación, realizada por el equipo técnico de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), considera el volumen destinado a semilla, expeller y balanceados, lo que implica que se trata de la cifra total disponible.
La cuestión es que ese volumen permanecerá virtualmente “congelado” hasta que aparezcan condiciones apropiadas para ser comercializadas por los productores argentinos.
Los propios registros de la plataforma Sio Granos muestran que las ventas de soja en el mercado disponible se derrumbaron al finalizar el programa cambiario especial del “dólar soja 3”.
El volumen captado durante el “dólar soja 3”, que finalizó el 31 de mayo pasado, junto con las importaciones de soja provenientes de Brasil y Paraguay, garantizan un nivel de actividad aceptable en la industria aceitera al menos hasta el mes de septiembre.
A partir del último trimestre de este año, que coincide con el período electoral argentino, la industria oleaginosa tendrá que volver a acceder a las reservas internas de soja para no ingresar en una fase crítica de capacidad ociosa.
El problema es que ese período se desarrollará en simultáneo con las elecciones presidenciales del 22 de octubre próximo, las cuales muy seguramente terminarán en un balotaje que tendrá lugar el 19 de noviembre, para finalmente dar cabida al cambio de administración el 10 de diciembre.
La incertidumbre política sobre el posible ganador de las elecciones, junto con la delicada situación económica y cambiaria vigente, tornan por demás difícil la realización de pronósticos que puedan anticipar las condiciones presentes para ese momento en lo que respecta a la comercialización agrícola.