El Instituto Nacional del Agua identificó acuíferos subterráneos, en San Juan

Según el Instituto Nacional del Agua, al sur de la provincia de San Juan, hay al menos tres reservorios de aguas subterráneas que técnicos del organismo científico intentarán cuantificar.

Se trata de una provincia históricamente afectada por la sequía, tal vez más que cualquier otra provincia, por lo que el hallazgo sería de gran importancia para la actividad productiva y social.

Reservorio

Desde el INA identificaron que más allá del acuífero del Valle de Tulum, considerado el más grande de San Juan con un reservorio o cuenca de agua subterránea de unos 3.700 Km2, la provincia contiene una gran cantidad de otros depósitos más pequeños que requieren un urgente estudio para determinar su capacidad de aporte al sistema de riego y a otras necesidades humanas.

En el Sur de la provincia, en las inmediaciones de la localidad de Pedernal, en Sarmiento, hay tres cuencas que se han originado a partir del denominado flujo de la formación montañosa de El Tontal, entre las que se encuentra El Acequión, Bachongo y Valdivia Ramblón, de escasa exploración y que se estima contienen agua de buena calidad pero que todavía no ha sido analizada. Estas cuencas tampoco han sido hasta ahora cuantificadas por lo que todavía no se puede saber su verdadera capacidad para explotarlas en beneficio de proyectos agrícolas.

Cuantificar reservas

La cuantificación de una reserva de agua subterránea permite a partir de la determinación de la geometría de la cuenca establecer el coeficiente de almacenamiento que es lo que posibilita conocer la capacidad de esa reserva, como también la calidad del agua contenida en el lugar. De ahí la importancia que tiene la tarea de encarar la medición de los reservorios a cargo de los técnicos del CRAS (Centro Regional de Aguas Subterráneas), organismo que responde a directivas de la Secretaría del Agua, el Departamento de Hidráulica de la provincia y del Ministerio de Obras Públicas, entre otros organismos del Estado. La tarea de medición que está comenzando por estos días es por un convenio con el INA (Instituto Nacional del Agua) que ha permitido a la provincia recibir equipamiento tecnológico para poder llevar adelante la medición que determinará si estos acuíferos en el Sur de la provincia pueden garantizar el sostenimiento de plantaciones, como los cultivos que se están realizando en esa zona.

Escurrimientos

Si bien existen numerosas voces de advertencia de que los acuíferos de la provincia están en su punto límite de aprovechamiento debido a los escasos escurrimientos desde la cordillera, habrá que completar las mediciones correspondientes para conocer a ciencia cierta si estas cuencas tienen posibilidades de recuperarse y cumplir con el objetivo de abastecer de agua para riego a distintos puntos de la provincia, en este caso en el Sur sanjuanino.

Ante todo hay un problema y es el del tiempo que llevarán estos estudios, que según los técnicos del CRAS son exhaustivos y muy detallados para alcanzar el objetivo propuesto: conocer si en el Sur de San Juan hay acuíferos con posibilidades de recuperación y con buena calidad de agua, algo que el gran acuífero del Valle de Tulum no está garantizando de acuerdo a estudios realizados.

Comentario de AgendAR:

El 97% de la superficie sanjuanina es árida: el 3% restante alberga a toda la población y una agricultura de regadío de apenas 20.000 hectáreas, en 2006- Ya aquel año, debido a que hay cada vez menos nieve estable en las montañas como para colmar por deshielo los acuíferos y los poquísimos ríos, la provincia estaba echando mano intensamente del riego por goteo (con tecnología israelí). Y no para crecer en superficie sobre fondos de valle, sino simplemente para atrincherarse y durar.
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La falta de agua a veces te obliga a subir en la pirámide alimenticia. La vitivinicultura local, por ejemplo, estaba reinventándose para una producción de vinos premium exportables. Eso era dejar de lado el vino de mesa a granel, que era lo típico de San Juan a comienzos de siglo. Pero los pequeños agricultores frutihortícolas de la provincia no logran hacer lo mismo.
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Y ni te cuento con la minería de tajo abierto en las alturas andinas, compitiendo por el agua. ¿Entre eso y el recalentamiento global, qué queda para los valles?
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Tres acuíferos nuevos en San Juan son un regalo para explorar, para no desperdiciar, y para explotar con sumo cuidado.
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Vamos, el INA.
Daniel E. Arias
VIAPeriferia