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Genesio dijo que la postura de la compañía es de formar parte del activo, ya sea que se decida una nueva licitación, la extensión de la concesión (que tiene que ser comunicada por el estado nacional antes del 11 de agosto), o bien formar parte de un paquete accionario.
Sin embargo, descartó de plano que AES esté dispuesta hacer sólo operación y mantenimiento de la represa, debido a que representa un gran riesgo, sin tomar activos. “No estamos en una postura de enfrentamiento, si no dicen que nos vamos, nuestra postura es apoyar la transición”, indicó Genesio.
Enarsa ya tomó contacto con la gerencia de Alicurá y de hecho ya comenzó a entrevistar a parte de los 33 empleados que trabajan en la presa. Pero todavía falta un mes. Y en contexto de campaña política, la situación parece no está definida totalmente.
“Cuando nos vinieron a preguntar qué quieren hacer, la respuesta fue esa. Quisiéramos que el ingreso (la tarifa) fuese un poco más coherente. Pero más allá de eso, nos interesa seguir estando igual, porque queremos tener un rol preponderante dentro de este sector”, sostuvo.
Tarifas
Alicurá es una represa grande y recibe una tarifa de aproximadamente U$S 7,5 el MW/h (valores de venta de junio de 2023), donde el 85% de sus ingresos están relacionado por una remuneración por su capacidad instalada y el resto por las ventas de lo que genera la represa. El ingreso estimado por año de la represa es de U$S 18 millones.
La tarifa está pesificada desde 2018 y la secretaría de Energía de la Nación actualiza los valores, que están mucho más bajos que años anteriores. En junio, se pagó U$S 5,8 MW/h por la energía generada y otros U$S 1,72 MW/h por la potencia instalada. si bien recibe un ingreso relativamente alto porque es una «represa grande», la tarifa por generación está lejos de compensar los costos.
Genesio indicó que con esos niveles de ingresos (en generación de energía los meses con más ingresos son enero y junio) y la inversión en bienes de capital y mantenimiento y el pago de regalías del 12%, la compañía está centrada en mantener el activo.
Es decir, mantener un set de activos en energía renovables de la hidroeléctrica, en compensación con otros desarrollos que tiene AES que dejan un mayor impacto de huella de carbono.
El CEO de AES Argentina aclaró que ya han tenido una serie de reuniones con el estado nacional, pero que la realidad es que la concesión se acaba el 11 de agosto. Se analizan varias posibilidades dentro de la mesa de trabajo que Massa propuso con las provincias y las empresas y la compañía que administra Alicura busca, fundamentalmente, “tener un rol protagónico”, en caso de ser parte accionaria del activo.
El camino renovable
AES es dueña de la concesión desde 2000 cuando se la compró a Southern Energy, una empresa estadounidense marginal que había tomado la concesión inicial en 1994. Durante 23 años la compañía, realizó distintas tareas de modernización en la hidroeléctrica, no sólo con mantenimiento, sino con la repotenciación de las cuatro turbinas Francis, desde 250 MW a 262,5 MW, para totalizar los 1050 que tiene actualmente la represa.
Alicura es una central de punta y si bien tiene toda esa potencia instalada, tiene una generación promedio del 15% del total y es la que tiene el manejo del agua de todas las centrales que hay río abajo. Genera el 8% de la electricidad del país que son aproximadamente 3,2 millones de personas.
“Básicamente lo que se hace en esta central es guardar agua del verano para el invierno (es la primera en la que desemboca el agua del Limay), debido a las crisis hídrica y en promedio, la generación que tiene esta central respecto de su capacidad total es de un 15%. El diseño creo que era el 18%, o sea que está bien”, dijo Genesio.
El 11 de agosto también se caen las concesiones de las represas El Chocón y Arroyito, operadas por ENEL y Planicie Banderita en el río Neuquén, cuyo contrato está en manos del fondo de Orazul Energy.
Queda un mes clave e intenso por delante, contaminado por la campaña política, de cara a las PASO. Hay una intención del ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, de abrir una mesa de trabajo en cuatro meses, con las empresas y las provincias, para hacer un proyecto mixto en una transición ordenada.
Parece poco tiempo para tamaño objetivo y AES es hasta ahora, la única operadora que ha manifestado la intención de quedarse con la concesión, a contramano de la italiana ENEL que ya comunicó que venderá todos los activos de las hidroeléctricas de El Chocón y Arroyito.
La compañía tiene en Alicurá una mina de oro a largo plazo, en medio de una transición energética mundial, y sobre todo en el país, donde las renovables están creciendo. AES tiene en Argentina (1207 MW) el tercer set de activos hidroeléctricos, después de Brasil (2658 MW) y Colombia (1020 MW).
Así las cosas, la compañía estadounidense espera una transición, donde Enarsa ya tiene un pie adentro de la represa, pero aún no están todas las cartas jugadas.