YPF analiza producir combustibles sintéticos en la Argentina

YPF, la petrolera estatal argentina, comenzó a estudiar los combustibles sintéticos. Los llamados E-fuels son elaborados con energías renovables y, a diferencia de la nafta o el diesel convencionales, eliminan la huella de carbono de los vehículos impulsados por motores de combustión interna.

El plan de YPF es realizar ensayos en la Argentina con e-fuels importados de otros países donde ya se produce este combustible. En una segunda etapa, la idea es encarar la producción local. La noticia trascendió el sábado pasado, durante los festejos en Argentina por los 75 años de Porsche.

Por el momento se trata de un proyecto en estado de desarrollo. Por ese motivo, aún no se realizó el anuncio oficial sobre este estudio.

La automotriz alemana es aliada de YPF en la Argentina y es líder mundial en el desarrollo de combustibles sintéticos. Porsche ya cuenta con una planta de producción de e-fuels en Chile y utiliza estos combustibles para su categoría de competición Porsche Supercup. Los primeros ensayos locales con E-Fuels podrían hacerse en conjunto con la automotriz alemana.

El E-Fuel es una «gasolina sintetizada» a partir de dos componentes: Agua (H2O) y Dióxido de Carbono (CO2). La elaboración demanda cuatro etapas. Uno de los desafíos del e-fuel es lograr un precio competitivo. En esta etapa aún en desarrollo, cuesta casi el doble que un litro de nafta elaborada con petróleo. El objetivo de las empresas que apuestan a esta tecnología es reducir el costo en cuanto se alcance una mayor escala de producción.

Porsche desarrolló los e-fuels con el objetivo de garantizar el abastecimiento de combustible para los propietarios de autos clásicos de la marca alemana, incluso más allá del momento en que se deje elaborar nafta con petróleo. Sin embargo, los e-fuels lograron la aprobación de la Unión Europea -gracias al impulso de los legisladores alemanes- para que se autorice su uso más allá del año 2035, cuando la UE planeaba prohibir la venta de vehículos impulsados con motores de combustión interna. Este cambio en la legislación generó el enojo de automotrices como el Grupo Stellantis, pero se ganó el apoyo de muchos fabricantes pequeños que no pueden encarar la inversión de desarrollar vehículos eléctricos. (Carlos Cristófalo)

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