El secretario ejecutivo del Museo Malvinas, Juan Rattenbach – es nieto del general Benjamín Rattenbach, autor de un informe emblemático sobre la actuación de las fuerzas armadas en la guerra de Malvinas – habla sobre las Malvinas, la Antártida y Tierra del fuego.
Agencia Paco Urondo: ¿Por qué es tan importante el informe Rattenbach – que escribió tu abuelo – para entender la guerra de Malvinas?
Juan Rattenbach: Para quienes no conocen su historia, básicamente se creó una comisión investigadora después del conflicto del Atlántico Sur, bajo el gobierno de Bignone. El objetivo era dar una respuesta al pueblo argentino sobre lo que había pasado en la guerra de Malvinas. Esta comisión fue presidida por mi abuelo porque era el de mayor rango en el Ejército, tenía el grado de teniente general y era el más antiguo. A su vez, no estaba comprometido políticamente con la Junta Militar, aunque ésta especuló con que todos los integrantes de las Fuerzas Armadas que formaron parte de esta comisión investigadora iban a actuar siguiendo un espíritu corporativo y fue todo lo contrario.
El informe fue demoledor en sus conclusiones, no sólo desde el punto de vista técnico militar sino también el punto de vista político. Cómo fue el rol de la Cancillería Argentina, la administración de la política exterior durante el conflicto. Los medios de comunicación le pusieron el nombre de Rattenbach por ser mi abuelo quién presidió esa comisión, pero fueron varios integrantes de las fuerzas, retirados, quienes cumplieron las funciones de investigar qué había sucedido en Malvinas. Cuando Bignone recibe el informe, decide archivarlo y clasificarlo bajo secreto militar. Mi abuelo muere en 1984, mi padre estuvo del 84 hasta el 2012 pidiendo que el Estado Nacional publicara y desclasificara el informe, hecho que se realiza por decreto de nuestra actual vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, en febrero del 2012, quien le da público conocimiento y se encuentra en la página de Casa Rosada.
APU: Estamos a días de las elecciones. ¿Tiene lugar la causa Malvinas en las plataformas electorales de los distintos partidos?
J.R.: Si tomamos como punto de partida al mes de julio, Malvinas todavía no se ha mencionado. Eso no quita que sea mencionado en octubre, de cara a las elecciones generales. En 2019 formó parte del debate presidencial, por primera vez, en la historia de la Democracia Argentina, así que tengo la esperanza de que se vaya a retomar. Del 2020 para acá, Unión por la Patria, junto a Principios y Valores son los frentes políticos que más suelen traer a colación la causa Malvinas. En el caso de Sergio Massa, el 2 de abril, en el marco de los 40 años, compartió junto a Cristina un acto muy interesante, donde además de hablar de Malvinas, se habló de la Antártida, de una visión estratégica que no solamente tenga presente la memoria de nuestros veteranos y héroes, sino también pensar Malvinas en clave de futuro, en clave soberanía.
Juan Grabois tiene a Malvinas como parte su retórica, pero todavía, más allá de la reunión que tuvo con Marc Stanley en sus oficinas, no dilucido bien cuál va a ser la estrategia de política exterior. En Juntos por el Cambio, en el caso de Patricia Bullrich, sabemos su triste consigna de cambiar Malvinas por vacunas en plena pandemia, sin olvidar que fue ella quien tomó la decisión política de ubicar a Sabrina Ajmechet en la lista de candidatos a diputados nacionales en las elecciones 2021, una persona totalmente antimalvinas y abiertamente probritánica. Larreta es un poco menos explícito. Si bien a se ha manifestado en redes sociales no sólo en relación al 2 de abril o a la Soberanía Argentina con un lineamiento concomitante con el discurso de la Cancillería, creo que se va a definir la línea a seguir con la pulseada al interior del radicalismo, ya que tenés un gran porcentaje que son muy malvineros, pero también hay cuadros que son un poco más impermeables a la causa Malvinas.
APU: Milei, el tercero en discordia ¿Qué es, en este tema?
J.R.: Tiene un guiño malvinero, dice que las Malvinas son argentinas, haciendo una analogía con la propiedad privada y el robo de la misma. Después, tiene una propuesta de retroarriendo con las islas.
APU: ¿Eso cómo sería?
J.R.: Es una figura jurídica que se aplicó en Hong Kong y fracasó. Carlos Ortiz de Rosas, embajador de carrera, lo estaba gestionando en 1980. No había acuerdo en la cantidad de años que tenía que durar esta especie de arriendo, después sobrevino el conflicto del Atlántico Sur y nunca más se volvió a barajar esta opción. Milei tiene contradicciones, la más conocida tiene que ver con su posicionamiento y reivindicación explícita a Margaret Thatcher. Además, su cuadro dedicado a la política exterior es Diana Mondino, quien sería la canciller de un hipotético gobierno suyo, nunca habló de Malvinas. Es raro, me parece un indicio del punto de vista de la soberanía muy negativo.
APU: Guillermo Moreno es el que más ha hablado, inclusive marcando la importancia a futuro para nuestra soberanía nacional y relacionando a Malvinas con la Antártida.
J.R.: Es quien lo ha hecho más explícito, públicamente, no significa que los demás no lo tengan. Quienes están mejor posicionados son más reacios hablar de estos temas para hacerlo en otros ámbitos, no de campaña. Moreno plantea que estamos ante un hecho histórico, donde la defensa y los intereses geopolíticos de Brasil pueden coincidir con los de Argentina, que es la forma por la cual nos vamos a acercar a esta idea de recuperación de Malvinas. Pone a la Antártida como continente del futuro y dice que es lo que realmente está en juego cuando hablamos del Atlántico Sur. Nosotros planteamos que con Chile tenemos que tener una estrategia natural porque somos aliados polares. Esto se firma en tiempos de Perón, y se genera tensiones con el tándem Videla- Pinochet. Con Chile la rivalidad tiene que quedarse solamente en los futbolístico, en lo demás tenemos todo por hacer porque los británicos no reconocen soberanía chilena en Antártida, solamente Argentina y viceversa.
APU: En ese punto discreparías con la línea de Moreno de que hay una alianza clara entre Inglaterra y Chile.
J.R.: Es que la realidad es en capas. Si bien hay una alianza de tipo militar entre algunos sectores las Fuerzas Armadas chilenas con las fuerzas reales británicas en Malvinas, no significa que tenemos que bajar los brazos desde este lado de la cordillera, dar a Chile como un actor perdido y empezar a hacer una lectura de Estado de hostilidad. Lo que nosotros planteamos es que el vínculo con Chile hay que reconstruirlo porque ya existió con San Martín y O´Higgins, y con Perón. No sólo hablo desde el plano estatal de las relaciones entre las cancillerías, también del plano civil.
J.R.: Sí, antes de la guerra de Malvinas los británicos controlaban Malvinas y tres millas náuticas alrededor de cada isla. Después de la guerra, hicieron lo que algunos llaman una segunda usurpación, un colonialismo no sólo sobre las islas, sino sobre los espacios marítimos que rodean tanto a Malvinas como a Georgias y Sandwich, ocupando un tercio de los espacios insulares y marítimos de nuestro país.
APU: ¿Ese crecimiento fue constante? ¿Cuál ha sido la respuesta de la política argentina ante ese avance?
J.R.: La ocupación británica en los espacios marítimos arranca el 82, cuando hacen esa famosa zona de exclusión de 150 millas. Para el año 86, comienzan a explotarlas en términos marítimos. Para el 89, 90, redondean esas millas en 200, y entre 1993 y 95 ocupan las 200 millas alrededor de Georgias y Sandwich, siempre bajo la protesta formal de la Cancillería Argentina. Nuestro país nunca consintió esta ocupación que se ha dado con posterioridad al conflicto y que, además, violan las resoluciones de Naciones Unidas, particularmente la 31/49.
APU: Me imagino que esa ocupación involucra submarinos, barcos…
J.R.: Involucra ejercicios militares, es cierto. En el año 2020 si mal no recuerdo o comienzo del 21, la división de submarinos del Atlántico Sur de Estados Unidos sacó un twitt anunciando que hicieron ejercicios navales combinados con las fuerzas reales británicas en el Mar Argentino, rodeando Malvinas. Después lo borraron; obviamente, está la captura. Lo importante, además de estos ejercicios militares, tiene que ver con la economía y qué pasa con los recursos naturales de esas 200 millas alrededor de Malvinas. Básicamente las Islas Malvinas en términos coloniales o económicos coloniales, eran deficitarias. A partir de los 80 hasta nuestros días, la economía Malvinas se revolucionó a partir de la pesca. Esa famosa oveja de Malvinas ya hoy es parte de un folklore porque la economía hoy la sostiene la depredación de nuestros recursos marítimos, particularmente el calamar, que se exportaba al mercado europeo sin el pago de aranceles aduaneros, hasta el Brexit.
APU: ¿Cómo es la situación de Argentina en la Antártida y cuál es tu visión de sobre la política llevada por este gobierno con respecto a este tema?
J.R.: La verdad es que la veo muy bien. Uno compara series, variables semejantes desde 2003 para acá, y mi variable son las medidas de gobierno. En relación a la Antártida, hubo reuniones de apoyo logístico Antártico con Chile. Tenés una política Antártica sostenida durante los gobierno de Néstor y Cristina Kirchner, con una fuerte apuesta en la divulgación de la Antártida, sobre todo a partir de la creación del Museo de Malvinas. Más allá de la de la complejidad que supuso que el Irizar quedara fuera de operatividad durante mucho tiempo, ahora lo recuperamos y es una buena noticia.
El tema es que el gobierno de Macri hizo acuerdos de cooperación con los británicos. Lo mismo que pasó con el acuerdo Fodadori-Duncan de septiembre 2016, se replicó en la Secretaría de Energía licitando exploración offshore de hidrocarburos a empresas que estaban operando ilegalmente en las cuencas hidrocarburíferas de Malvinas. Como si fuera poco, también se trasladó a la Antártida donde se firmaron acuerdos de cooperación recíproca cuando los británicos no solo no reconocen la Soberanía Argentina en la Antártida sino que, además, son los que ocupan Malvinas. Todo eso se echó atrás con el gobierno de Alberto, que dio de baja el acuerdo Fodadori-Duncan y suspendió estos acuerdos de cooperación con los británicos.
Hay otros dos hechos importantes para sostener la soberanía antártica: uno es la reinauguración de la base Petrel, que fue víctima de un incendio a fines de los 70, empezó a reconstruirse como base temporaria y está en las vísperas de reincorporarse a la lista de bases permanentes de la Argentina, mantendríamos el puesto número uno como el país con mayor cantidad de bases en la Antártida, tendríamos siete.
APU: ¿De cuántas personas hablamos, por base?
J.R.: Depende la base, no quiero equivocarme en la cifra pero las dotaciones de verano son las más populosas. Quizás, una dotación en una base en invierno tenga 15, 20 personas, pero en el verano explota como la Bristol en Mar del Plata. La base Marambio tiene una pista de aterrizaje que no solamente lo usa la logística Argentina, la utilizan aviones y dotaciones científicas de otras partes del mundo, como un aeropuerto internacional. Petrel va a tener, también, su propia pista de aterrizaje, por lo cual Argentina es el único país con dos, no cualquiera tiene esta logística y eso me lleva al segundo tema, el famoso Polo Logístico Antártico en Ushuaia. Ahora se va a llamar Base Naval Integrada porque se va a sumar a la pista de aterrizaje de Ushuaia. Ahí se está haciendo un puerto para facilitar la logística Antártica y esa logística no es solamente para posicionar mejor a las dotaciones argentinas en el continente blanco, sino que sirva de punto de apoyo logístico para todas las misiones científicas de los países del mundo. Eso implica, en términos económicos, exportación de servicios.
APU: Decías que Argentina por su presencia en la Antártida es una potencia. Para entenderlo ¿Los otros países cuántas bases tienen?
J.R.: China tiene 4 o está próxima a llegar a la cuarta base. Rusia creo que también está en la misma cantidad y Estados Unidos un número inferior a esa cifra. ¿Cuáles son las dificultades que tienen estos países? Que si bien son potencias y en el caso de Estados Unidos tiene la base en el paralelo 90, en el Polo Sur, necesitan de cierta cooperación directa o indirecta con otros países por su ubicación geográfica. Su gasto en términos presupuestarios es mayor. Sin ir más lejos, el apoyo logístico para que Estados Unidos esté en el Polo Sur hoy viene de Australia. En el caso de las bases que están en China, la mayoría está en el territorio reclamado por Australia y sabemos que el vínculo entre estos países es pendular.
APU: ¿Y que rol juega la promoción industrial de Tierra del Fuego?
J.R.: Muchos me dicen ¿cuál es el problema que hay en Tierra del Fuego? En Tierra del Fuego no hay ningún problema, el problema está en Buenos Aires. No casualmente, quienes proponen derogar el régimen de promociones que no es solamente la cuestión cuantitativa, demográfica, de poblar el territorio sino que es una isla con toda la complejidad de lo que en sí implica en términos logísticos, de conectividad, además son capacidades industriales productivas.
Quienes proponen derogar el régimen de producción industrial, casualmente, son las personas que tienen alergia a la hora de hablar de Malvinas. Lo omiten. Doy un ejemplo concreto: la Coalición Cívica, sus diputados de la Ciudad de Buenos Aires proponen derogar el régimen en un plazo de cinco años. La Unión Cívica Radical, como parte de Cambiemos, se desmarcó de esta propuesta, sacó un comunicado diciendo que el régimen se va a mantener. Mariana Zuvic, que viajó con la embajadora británica en el vuelo de la ONG Solidaridad, de Enrique Piñeiro, donde quedaron sorprendidos por la pesca en Atlántico Sur, ¿En ningún momento habló de la pesca ilegal en Malvinas? Ya que estaba viajando con la embajadora británica ¿No le pudo preguntar qué pasa que no cumplen con las resoluciones de Naciones Unidas?
FUNDAR hizo un estudio muy profundo desde la perspectiva económica y econométrica, con variables muy originales en cuanto lo inédito de la perspectiva académica, pero a mí, lo que nos llamó la atención (esto está explicado en la nota que hicimos con Juan Pablo De Luca, economista fueguino, publicada en los OCIPEx) que se haya omitido la variable Malvinas, porque hablan de la Antártida pero es muy llamativo cómo un estudio que habla de Tierra del Fuego, Antártida e Islas Atlántico Sur no lo haga. Para nosotros es inescindible, no sólo desde el punto de vista jurídico provincial sino en términos geopolíticos. No se puede separar Malvinas de la Antártida, y ambas de Tierra del Fuego.
APU: ¿Compartís con Daniel Guzmán que uno de los objetivos que se planteó el programa de promoción industrial, que era poblar Tierra de Fuego fue completado con éxito?
J.R.: Es así. Esto surge en el año 72 y fue ratificado en el 73 Lo que hace Perón es profundizar el desembarco de empresas del Estado Argentino, la logística de YPF. En términos demográficos, como bien dice Daniel Guzmán, dio un salto exponencial. El plan de derogar la promoción industrial es despoblar Tierra del Fuego porque no proponen, al menos, obras de infraestructura o económicas que puedan sustituir lo que ya está dado en términos de instalación económica,
APU: La película larga, de los 70 para acá, da un crecimiento exponencial demográfico, pero ¿Entre los últimos dos censos?
J.R.: Siguió creciendo. No es que Tierra del Fuego tiene una alta tasa de natalidad, no es que las familias que ya vivían en Tierra del Fuego, en la década del 40 y el 50, se propusieron tener nueve o diez hijos por familia, la dotación demográfica va aumentando porque van migrando argentinos de otras provincias a trabajar. El 2010 arrojó un número de de crecimiento muy importante a la par de que, con los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, se revitalizó la promoción industrial. No había monitores o celulares con la oblea de Tierra del Fuego en el año 97, hay un boom de producción que se da en el siglo XXI y se ve reflejado en un crecimiento demográfico.
Quizás hoy, en 2023, no tenga la misma tasa que en el 2011-2013, pero ha crecido y en comparación con otras provincias es abismal.
El impacto de empleo de Tierra del Fuego no es local, es nacional, son trabajadores que vienen de otras provincias a trabajar.
Comentario de AgendAR:
Las leyes de «promocion» industrial tienen su origen historico en la decision de gobiernos militares de mediados del siglo pasado en fomentar la ocupación de un territorio que se entendia, correctamente de valor estrategico.
Pero no fue la mejor decision ya entonces. Hoy ya ha creado una red de intereses economicos, sociales y humanos que no deben ser descartada pero razones logisticas evidentes hacen que el resto del pais este pagando un costo muy alto por esa promoción. Que la hace vulnerable en tiempos de crisis economicas como el actual.
Por eso es necesario que desde el gobierno nacional se piense en alternativas para mantener la prosperidad y el atractivo de esa hermosa parte de nuestro territorio. Un paso importante es el polo logistico hacia la Antartida que se esta construyendo pero es imprecindible mejorar tambien su comunicación con el resto del territorio argentino y la infraestructura portuaria que la isla necesita.