El Enacom llamó a licitación pública para la adjudicación de las bandas radioeléctricas para la prestación de servicios con tecnología 5G.
La decisión de iniciar la licitación se tomó por mayoría en el Ente Nacional de Comunicaciones, pero los dos integrantes por la minoría -Silvana Giúdice y José Luis Corral- votaron en contra. En línea con los opositores, las empresas del sector, buscan aplazar el proceso para el año que viene, ante la posibilidad de que un eventual nuevo gobierno les juegue a favor.
Alfredo Moreno, computador científico e ingeniero de ARSAT, dialogó en un reportaje radial sobre la revolución en las telecomunicaciones que implica el 5G: “Se trata de un nuevo protocolo de telecomunciaciones móviles que tendrá un impacto muy sensible e importante en cuanto a las prestaciones y servicios que posibilita. Desde el punto de vista tecnológico es cien veces superior al 4G”.
Según el especialista, el paso al 5G significará “la digitalización total de la vida cotidiana”. “Todo lo que escuchamos de la big data, economía del conocimiento y digital, ciudades inteligentes, nada de eso es posible sin la infraestructura del 5G”, sin embargo, señaló: “Todo esto permitirá configurar una sociedad muy vigilada”.
Por otro lado, apuntó que la decisión que se tome en cuanto a quienes serán los propietarios de dicha infraestructura, será determinante: “Es como pensar de quienes son las rutas, los caminos que permiten llevar las cargas de un punto a otro del país, de quienes son las rutas en los ríos que se llevan las exportaciones. Los dueños desde que se privatizó Entel son Telefónica y Telecom, con sus variantes con empresas nuevas como Claro, que hoy son el trípode del manejo en telecomunicaciones”.
Como contrapartida a esas empresas, en 2006 “apareció una alternativa pública que es ARSAT”, explicó Moreno. “Uno de los objetivos fue desarrollar la red federal de fibra óptica, que hoy ya tiene 39.500 km de tendido de fibra. ¿Cuál es la diferencia entre ARSAT y las otras empresas? que es pública, con una política definida por el ejecutivo del Estado argentino”. Y remarcó: “El plan tecnológico de mayor o menor integración social, depende fuertemente de la orientación política del gobierno nacional”.
“Estos temas que no parecen tan urgentes como el precio de la comida, tienen una implicancia muy fuerte”, continuó el ingeniero. “En 2014 se llamó a licitación para pasar del 3G al 4G, y esa licitación la ganaron Telefónica, Telecom y Claro. Se licitó en 2015, a los seis meses cambió el gobierno y Macri modificó todas las políticas del ente regulador, con lo cual no hubo ningún control sobre los compromisos de la licitación. Por eso es que las grandes ciudades tienen buen 4G y las periféricas no. Ganaron las telcos la licitación, pero esperaron al cambio de gobierno para que se modifiquen las condiciones de licitación y se quedaron con las licitaciones del 4G sin cumplir con lo que correspondía”, denunció.
El panorama, es parecido a ese entonces, sostuvo Moreno: “La diferencia ahora es que el directorio tiene dos representantes de la oposición que votaron en contra. Esa licitación que debió haber sucedido en marzo, se postergó, y no se pudo hacer antes porque las empresas observaron el precio”. Y explicó: “Los paquetes que licita el gobierno tienen un valor de 350 millones de dólares cada uno, se supone que el Estado se debería quedar con 1050 millones de dólares por ese ingreso. Esto es así porque el espacio aéreo y las frecuencias son patrimonio del Estado Nacional”, aclaró.
Sin embargo, “las empresas no quieren pagar eso”. “Dicen que el precio no debería ser mayor a 250 millones de dólares. Entonces hay una especulación de que ante un cambio de gobierno se les permita bajar los costos de la licitación, sacarle la frecuencia a ARSAT (que se destina a la investigación y educación) y que se modifiquen las condiciones de política social y de integración que se plantea en la actual licitación”.
Por último, señaló que la nueva tecnología del 5G “en términos geopolíticos se divide entre la norteamericana o la china”: Pero la decisión de acordar queda en manos de las empresas ganadoras de la licitación: “Quienes ganan las frecuencias, luego tienen que instalar las antenas para ese servicio, esas antenas las provee o Huawei (China) o Cisco Systems (EEUU)”.