Si todo sigue su curso como está previsto ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor), el reactor experimental de fusión nuclear que está construyendo un consorcio internacional en la localidad francesa de Cadarache, iniciará las pruebas de alta potencia con deuterio y tritio en 2035. Estos dos isótopos del hidrógeno conforman el combustible que presumiblemente emplearán los reactores de energía de fusión comerciales cuando estén disponibles en la década de los años 60 de acuerdo con los planes de EUROfusion.
No obstante, antes de iniciar las pruebas de alta potencia con el combustible final ITER deberá superar otros tests que también son cruciales, como, por ejemplo, las pruebas de baja y alta potencia con hidrógeno y helio. Este reactor experimental va a tener una enorme importancia en el camino que debemos recorrer para hacer posible la llegada de la energía de fusión comercial, pero hay otros reactores que también son cruciales. Cruciales, curiosamente, para ITER. Uno de ellos es el JT-60SA japonés y el otro JET (Joint European Torus), que está alojado en Oxford (Inglaterra).
El reactor experimental JT-60SA reside en Naka, una pequeña ciudad no muy alejada de Tokio (Japón). Su propósito muy a grandes rasgos es llevar a cabo experimentos para allanar el camino a ITER cuando comience su andadura con las primeras pruebas con plasma (esto sucederá posiblemente a mediados de esta década). JET tiene esencialmente el mismo cometido, aunque lleva varias décadas entregando resultados muy importantes a los científicos que investigan en el ámbito de la fusión nuclear. Los últimos, precisamente, acaban de llegar.
JET ha probado la fusión con el mismo combustible que utilizará ITER
El último gran hito de JET vio la luz pública el 9 de febrero de 2022. Ese día los científicos que lo operan anunciaron que habían logrado batir el récord de generación de energía mediante fusión nuclear. Y, además, lo habían logrado utilizando un plasma ionizado que contenía núcleos de deuterio y tritio. Sí, el mismo combustible que empleará ITER. En su momento esta noticia fue extraordinaria, pero desde entonces JET ha seguido recorriendo un camino cuya meta en cierto modo acaba de alcanzar.
Y es que hace apenas unas horas los responsables de este reactor experimental de fusión nuclear han anunciado que sus científicos han completado con éxito el programa DTE3 (Deuterium-Tritium Experimental 3), que no es otra cosa que la tercera y última campaña de pruebas con plasma ionizado que contiene núcleos de deuterio y tritio. En estos experimentos han intervenido más de 300 científicos (algunos de ellos españoles), y el conocimiento que han adquirido tendrá un rol fundamental en la puesta a punto no solo de ITER, sino también de DEMO, que será el reactor de fusión de demostración que antecederá a las primeras plantas comerciales de energía de fusión.
Hay muchas razones por las que esta campaña de pruebas con el mismo combustible que usará ITER tiene muchísima importancia. Una de las más relevantes consiste en que estos tests han permitido a los científicos entender mejor cómo cambian las condiciones de la fusión al modificar el combustible y escalar el tamaño del reactor.
Además han permitido refinar la administración del tritio, que es un isótopo radiactivo, y también han ayudado a los técnicos a comprender con más precisión la interacción del neutrón de alta energía (14,1 MeV) que transporta la energía de la reacción de fusión fuera del plasma con su entorno. Así se las gasta JET y de alguna forma nos anticipa qué nos depara ITER.
Comentario de AgendAR:
Al fin un avance chiquito pero real en los tokamaks. Claramente el futuro de la fusión nuclear (si hay alguno) va a pasar por esta línea tecnológica de anillos toroidales llenos de plasma a 100 millones de grados Kelvin, y no por los «hohlraum» de compresión inercial de pellets por láser, como el NIF de los EEUU.
Esto no deja de ser buena noticia para la Argentina: si las cosas progresan con los tokamaks, se va a ir creando un mercado para el deuterio y otro para el tritio. El deuterio se obtiene y estoquea como agua pesada. Y tenemos la mayor fábrica de agua pesada del mundo, la PIAP, en Neuquén, cerrada en 2017.
Hay que reabrirla. Pero además tenemos 3 centrales nucleares de uranio natural que producen mucho tritio, particularmente la CANDÚ de Embalse, Córdoba. EEUU, la UE y Japón no tienen ninguna planta de agua pesada o centrales CANDU.
Daniel E. Arias