La empresa estatal Enarsa abrió el jueves de la semana pasada los sobres con las ofertas económicas del renglón 3 de la licitación para revertir el Gasoducto Norte, una obra de infraestructura estratégica para garantizar el abastecimiento de gas en provincias del norte argentino durante el próximo invierno frente a la declinación de la producción de Bolivia. Al igual que en el renglón 2, la Unión Transitoria de Empresas (UTE) conformada por Techint Ingeniería y Construcción y Sacde presentó la propuesta más económica, que ascendió a 62.656,5 millones de pesos. Apenas más atrás quedó BTU, la compañía de la familia Mundín, que ofertó $ 63.870 millones.
De una lectura lineal de esos números se desprende que el consorcio Techint-Sacde debería adjudicarse la construcción del tercer tramo de la compulsa, que contempla el tendido de 50 kilómetros de tubería en 36 pulgadas de diámetro y otras obras secundarias. Sin embargo, un elemento regulatorio complica el cierre del proceso. Sucede que ambas ofertas se encuentran por encima del precio tope establecido por el pliego licitatorio redactado por Enarsa.
¿De dónde surge esa cifra? De actualizar por inflación y por apreciación del tipo de cambio el presupuesto oficial fijado por la empresa estatal en junio de 2023. El pliego establece que no se puede convalidar una oferta que supere el presupuesto actualizado más un 20 por ciento. Ese techo ronda los 59.000 millones de pesos, una cifra que es inferior a las dos ofertas recibidas.
Solución
A raíz de eso, Enarsa, que es presidida por Juan Carlos Doncel Jones (a mediados de diciembre reemplazó en el cargo a Agustín Gerez), enfrenta un dilema similar al que se registró tras la apertura de sobres del renglón 1, que finalmente se terminó declarando desierto la última semana de diciembre.
En ese caso, como la mejor oferta recibida (también de la UTE Techint-Sacde) era un 60% más alta que el tope fijado en el pliego, el Directorio que lidera Doncel Jones desestimó la propuesta y volverá a relicitar ese tramo del proyecto. Podría haber readecuado el presupuesto para convalidar la oferta con el argumento de que la crisis macroeconómica (que provocó que el dólar oficial pasar de 240 a más de 800 pesos y la inflación se disparará) había impactado fuertemente los costos. Esa era la posición de Gerez. En cambio, la nueva gestión de la compañía pública decidió cancelar el concurso y relicitar el primer tramo del nuevo Gasoducto Norte.
Para no dilatar de más el proceso, Enarsa obvió ese antecedente reciente (es decir, no cancelará la licitación) y optó ahora Enarsa por un camino distinto: aprovechando que la diferencia de precios entre la propuesta presentada por el consorcio Techint-Sacde y el presupuesto oficial es menor (ronda apenas un 5%), le pidió a los privados que acepten un descuento en su propuesta a fin de homologarla al presupuesto actualizado de alrededor $ 59.000 millones. Resta saber si la UTE aceptará el pedido. Consultados por este medio, ambas empresas declinaron de realizar comentarios.