Caputo dixit: “un acuerdo nuevo hubiera implicado mucho mayor tiempo y, dada la situación que recibimos de crisis donde teníamos que hacerle frente a un pago al Fondo mismo a la semana de haber asumido sin tener la plata, la alternativa más viable fue lo que hemos hecho: conseguir la plata para pagarle al Fondo y conseguir reflotar el acuerdo para garantizar que no va a haber sobresaltos en los próximos cuatro meses”.
Nada de eso es cabal. La situación que le dejó Caputo a su sucesor Sandleris en septiembre 2018 (crédito Stand by dinamitado), fue mucho más grave que la que recibió hace un mes (Acuerdo de Facilidades Extendidas). Además, Luis Caputo había sido despedido por Mauricio Macri “a solicitud de Christine Lagarde”, por manejos poco satisfactorios.
“La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoce que Caputo es un experto en finanzas, pero jamás le perdonará haber jugado con las reservas del Banco Central para contener la suba del dólar ante la desconfianza de los mercados globales”. (Infobae, 26 septiembre, 2018). Lo que quiso decir es que Caputo le dio dólares del FMI, muy baratos a quienes los fugaron. El FMI tiene expresamente prohibida esa maniobra.
La verdad es que están buscando prestamos desde que Milei ganó las elecciones y no consiguen que nadie les preste. Ni para fortalecer reservas, ni para pagarle al FMI (siguen atrasados los pagos de enero). Con respecto al Acuerdo de Facilidades Extendidas, los funcionarios le recordaron que no se puede cambiar. Ellos deberían saberlo. Por todo lo dicho, los próximos cuatro meses no se descomprimieron, habrá que raspar la olla y la protesta social irá en aumento, serán meses con altísimos sobresaltos.
Caputo sostuvo durante la monserga de las 21 horas que está abierta la posibilidad “inverificable” de acceder a nuevos préstamos, pero que esa no es la intención del gobierno. Falaz, de toda insinceridad.Redundó nuevamente con el insufrible esclarecimiento de: “si en tu casa gastas más de lo que entra…”.
La única verdad es la realidad (Aristóteles)
Si ganabas $500.000 antes del 10 de diciembre, y gastabas $500.000, estabas con presupuesto en equilibrio. Pero desde entonces hubo una devaluación de 120%, los combustibles subieron más del 100% e inciden en el transporte directa e indirectamente, la medicina prepaga aumento 40% y viene por más-ya que es oligopólica y no está sometida a la competencia internacional-, los alimentos duplicaron su precio, la energía se va a cuadruplicar y, el alquiler aumentó al doble.
Para nivelar a usted le deberían ampliar el sueldo un 100%. Pero si no le aumentan el sueldo 100%, también podría conseguirse otro trabajo donde gane otros $500.000 y así igualar el cálculo logrando “déficit familiar cero”. El problema es que en la economía real, como hay recesión e inflación galopante, no le van a poder aumentar el sueldo como aumentaron y seguirán creciendo los precios y, como habrá menos puestos de trabajo disponibles porque las empresas van a estar facturando un volumen menor en unidades, estarán despidiendo personal, por lo tanto, no podrá conseguir otro empleo adicional.
Al contrario, deberá estar orando a Dios para que no le despidan. Entonces su familia que no es un país y no puede pedirle préstamos al FMI, ni colocar títulos en el exterior, ni emitir moneda, la tendrá difícil. Un país no es como una familia, ni siquiera es como una empresa.
De aquí en más cuando un economista le haga creer que entendió con esa comparación indecente, exponga que no le place que lo tome por infradotado. Es muy fácil y de muy mal gusto hacerle creer a alguien que entendió economía.
Los mercados no tienen memoria: 1981, 1983, 1989, 2001
Se apuraron a subir antes de escuchar al ministro, porque se les montó un mensaje que se cayó en el show de “la prime time”. La idea organizada era introducir presión al FMI y generar expectativas de anuncios favorables, porque no son pocos los empresarios vienen sospechando de la viabilidad del programa de Caputo.
Obviamente no hay nada para festejar. Los funcionarios contestaron solo preguntas dóciles y sin repreguntas a medios amigables. Se esperaba la noticia de un desembolso contiguo. La parte real es que no hay nuevo acuerdo, continúa el convenio que llevó a cabo Martín Guzmán y luego siguió Sergio Massa. El Acuerdo residía fatigado y se agotó en el último tramo de gobierno anterior, que cumplido a rajatablas.
Lo último que podía hacer el FMI, era dejar que se produzca la moratoria de la deuda argentina. Podía ser una catástrofe que colapsara el crédito del cliente de mayor exposure del FMI, podía producir contagios. El organismo internacional estaba sumamente enfocado en componer y que “sigan dando vuelta los platillos chinos”.
El FMI canceló la calificación de 2018
Fracasó la idea de reflotar la calificación obtenida por Macri de u$s 57.500 millones, nunca desembolsada, justamente por la pretérita ineptitud de Luis Caputo 2018, con lo cual se hubiera podido producir un aumento de reservas, disipando la incertidumbre de cortísimo plazo.
Es que la Argentina debe pagar al FMI u$s1.915 millones en enero, u$s763 millones en febrero y u$s1.915 millones en abril, sumando u$s 4.592 millones en el primer cuatrimestre del año. Hubiese sido muy importante que se lograra el aporte de un monto mayor a los pagos para fortalecer reservas y quitar presiones. Sin dinero fresco, no cambia nada, la desconfianza crece respecto del éxito del programa económico y, la viabilidad social del esquema económico es dudosa.
Los mencionados “nuevos compromisos asumidos”, no están claros. Solo trascendió que el FMI pretende la unificación cambiaria y el levantamiento del CEPO que pusieron Macri y Lacunza en agosto 2019.
Un único anuncio y muchas inexactitudes
“El staff del FMI enviará la recomendación con las nuevas metas…”. Por ahora no hay nada aprobado… Si el Directorio ratifica la encomienda de la burocracia-parece obvio que eso sucederá-, sólo será por el equivalente a los pagos que ellos mismos se aseguraran recibir para no soportar el equivalente a un default, que se viene roleando después de la catástrofe de Dujovne en adelante.
Durante la conferencia se ratificaron inexactitudes, Caputo luce poco afecto a la lectura, ha expresado enorme desconocimiento sobre historia económica argentina, probablemente por desinterés o periodos de ausencia en el país. Argentina nunca fue la potencia de la cual habló, ni la utopía que fantasea Milei. La vida en la Argentina hace 100 años era una subsistencia sin derechos, ni momentos felices para la mayoría de los pocos habitantes de aquel tiempo.
Penoso
Por último, Bausili dijo que el FMI está cómodo y, lo que no dijo, es que la sociedad está irritada. No solo el 45%, sino parte de los que votaron a Milei. Dos caras de una misma moneda, el ajuste brutal que establecieron, reconforta al FMI, porque supera sus expectativas de ajuste, pero condena a los pobres y a la clase trabajadora a despidos y caída del salario, como consecuencia de la fenomenal recesión que ya ha comenzado a provocar sufrimientos.
“Creemos que es hora de que el país resuelva sus problemas financieros solucionando sus problemas estructurales de fondo, que es su adicción al exceso de gasto público y al déficit fiscal, que es en definitiva el que termina generando los problemas que después la sociedad sufre”, dijo desfachatadamente Caputo, quien en 2017 logró el déficit fiscal más alto desde la guerra de Malvinas.
Cuando Caputo habló del engaño de pedir dinero para financiar déficit fiscal, omitió decir que durante el periodo de Mauricio Macri él fue el ministro de Finanzas y presidente del BCRA que endeudó al país con nuevos créditos por 106.000 millones de dólares, sin contar las deudas deuda en LEBAC, que luego pasaron a LELIQ.
Lo que está claro es que el FMI que le pidió a Mauricio Macri que echara del BCRA a Luis Caputo, aun no le ha renovado la confianza, como no lo hicieron los banqueros privados y fondos de inversión que fue a visitar con Milei el mes pasado. Mientras Caputo este a cargo, lo más adecuado es el eslogan que les dieron en EE.UU. y luego le trasladaron a la cumbia, “para ustedes “NO HAY PLATA”.
Pablo Tigani