Diego Fusari es personal civil de la Fuerza Aérea en Mendoza y decidió desarrollar un software de suma utilidad para los pilotos de la Escuela de Caza.
La IV Brigada Aérea, en Mendoza, conocida también como la “Cuna de la aviación de Caza”, todos los años, muchos de los mejores promedios de la Escuela de Aviación Militar (EAM) de la Fuerza Aérea Argentina (FAA) eligen trasladarse para formarse en uno de los sistemas de armas fundamentales para el combate que tiene nuestro país: el IA-63 Pampa II. Inspirado en ellos, un integrante de esta Fuerza decidió crear un software para modernizar la enseñanza.
Diego Fusari, personal civil de la Fuerza Aérea, a quien el destino lo llevó a compartir su tiempo con los instructores y cursantes del Escuadrón 1 IA-63 Pampa II. Ser testigo de las capacitaciones lo llevó a darse cuenta de que contaba con la expertise y las herramientas para mejorar los conocimientos de los futuros pilotos de este sistema de armas.
Pilotos de Caza-Bombardero: el caso del IA-63 Pampa
En el caso del sistemas de armas IA-63 Pampa II, durante aproximadamente un año, los cursantes reciben instrucción con el objetivo de afianzar los conocimientos teóricos y prácticos vinculados al vuelo en esta aeronave: desde patrones de vuelo de formación táctica hasta maniobras de combate aéreo.
Por su parte, los instructores de la Escuela siguen de cerca el proceso de formación de los futuros pilotos.
¿Cuáles son las características del IA-63 Pampa II? De acuerdo a los especialistas, se trata de una aeronave de entrenamiento y ataque ligero. Además, es biplaza, de ala alta, mono turbina y con toberas de ingreso de aire al motor a ambos lados de la cabina de mando.
Un software para mejorar el aprendizaje de los futuros pilotos de caza
“Permite reproducir lo que se hizo durante el vuelo para dar instrucción al alumno”, resume el mayor Germán Sosa, jefe del Escuadrón I IA-63 Pampa II sobre el software del ingeniero en Telecomunicaciones y agente civil de la Fuerza Aérea, Diego Fusari.
Desde Mendoza, Diego contó que sintió curiosidad por el modo en que se prepara a los pilotos y de a poco comenzó a involucrarse: “Observé que existían falencias. Mi preparación me posibilitó desarrollar algo durante la pandemia”, contó.
En unos pocos meses, Fusari presentó su proyecto y le permitió a la Fuerza ahorrar dinero, ya que se trata de una herramienta costosa para ser adquirida.
“Está diseñado a medida del piloto, no del ingeniero programador. Todos conocen y hablan lo mismo, así que la representación fue consensuada y pensada en conjunto. Este sistema lo hicimos nosotros, eso nos da soberanía aérea y sustitución de importación”, contó al tiempo que detalló que, al integrar el Escuadrón, puede corregir y añadir los parches rápidamente.
A grandes rasgos, el IA-63 Pampa II tiene una especie de memoria que puede registrar todo el vuelo. Datos como las coordenadas, la velocidad o la altura son registrados para, luego, ser centralizados y reproducidos por la herramienta creada por Fusari.
“Es similar a la aplicación que uno usa cuando sale a correr, por ejemplo. Solo que, en este caso, reproduce lo que sucedió en el aire”, resume el mayor Sosa, quien también añadió que, una vez desarrollado el software, los mismos instructores le pidieron a Fusari que fuera añadiendo detalles de acuerdo a sus necesidades.
¿Cómo mejora el vuelo de los pilotos de caza el software de Fusari?
Según detalló el mayor Sosa, el programa permite ver, en 2D o 3D, la evolución del combate en el aire, o de la maniobra de acrobacia o de tiro. Eso les permite convalidar los datos obtenidos con los parámetros del vuelo y marcar los errores y corregir.
“Al alumno le es provechoso. Con este sistema puede evolucionar el aprendizaje. Muchas veces es difícil entender qué es lo que ocurrió porque durante el vuelo influyen, por ejemplo, la Fuerza G o la velocidad. Así que este programa les permite bajar, analizar el vuelo y comprender qué pasó. Uno, como instructor, les da una devolución y ellos, luego, hacen las correcciones y repasan las veces que sea necesario”, precisó.
Asimismo, como explican desde Mendoza, el software también es una herramienta útil para el tiro, ya que se puede determinar si el disparo es válido o no de acuerdo con los valores correspondientes por el armamento utilizado.
“¿Qué pasaba antes? Luego del vuelo, el instructor bajaba, recordaba lo que había pasado y, con las fibras, dibujaba le explicaba al alumno lo que había sucedido. Pero, había que tomar nota de todo para luego reproducirle al alumno. Pero ahora, si hay un lanzamiento, este software, permite, por ejemplo, evaluar la distancia o el ángulo. Es decir, no hay margen de subjetividad. Es como jugar al fútbol y filmar el partido. Entonces, posteriormente, se puede analizar la grabación para mejorar la performance del jugador”, explica Sosa.
Antes, los pilotos se reunían en aulas para hacer el debriefing correspondiente: el análisis de los vuelos realizados, los errores cometidos y las causas posibles. Las herramientas se reducían a los bancos, un pizarrón y un marcador. Hoy, la iniciativa de Fusari, les permitió explotar al máximo esta reunión posterior al vuelo y los pilotos reemplazaron la pizarra por una computadora y pantallas para reproducir la información recolectada. “Otra ventaja: tenemos el know how. Sabemos cómo hacerlo”, concluyó Sosa.