Existe una tendencia que se viene incorporando al mercado laboral en los últimos años: la posibilidad de trabajar en un país de forma remota para el extranjero. Desde la pandemia de Covid-19, que obligó a repensar la tecnología y generar nuevos métodos para desempeñarse en diversos sectores, el talento argentino se volcó fuertemente a esta modalidad, que trae aparejado un beneficio adicional: el cobro en dólares.
Desde entonces, esta tendencia no paró de crecer y la Argentina se posicionó en el tercer lugar del ranking de países con más trabajadores contratados desde el exterior, según el Reporte del Estado de la Contratación Global, que lleva a cabo la plataforma de recursos humanos Deel, que también estima que los “nómades digitales” a nivel mundial hoy superan los 250.000 trabajadores.
“El talento argentino ya no conoce fronteras. Más allá de su nivel de educación, el compromiso y la flexibilidad como las principales aptitudes que llaman la atención de las empresas extranjeras, se destaca su rápida adopción de las nuevas tecnologías como habilidad fundamental para posicionarse ante tanta competitividad”, detalla el informe.
El dato relevante no es solo a nivel nacional, ya que Buenos Aires se encuentra entre las cinco ciudades con mayor número de personas que trabajan para empresas del exterior. De hecho, comparte ese listado corto con Londres, Toronto, Madrid y San Francisco. “La ciudad se mantiene firme también luego de tres años de análisis”, agrega.
José Lezama, director del Centro de Producción Documental de GEO Estudio y Opinión, se refirió al talento argentino en una nota de LA NACION: “Lo que está pasando es que el recurso humano argentino tiene un muy buen nivel educativo universitario. La Universidad de Buenos Aires termina siendo en los rankings la universidad iberoamericana más importante y eso es un sello de calidad difícil de encontrar en otros países. Somos un país muy complicado y estamos acostumbrados a trabajar en situación de presión o conflicto. La única manera de salir adelante es siendo creativos. Y eso es muy valorado”, expresó Lezama.
El documento de Deel detalla que, en su mayoría, los empleadores que contratan talentos argentinos provienen de Estados Unidos, Reino Unido, México y Chile. Si bien gran parte de quienes ofrecen sus servicios para el extranjero se desempeñan en ámbitos tecnológicos, algunos de los roles que más se buscan están vinculados con la educación, las finanzas y la atención al cliente, además de aquellas tareas relacionadas con desarrollo de web y programación.
En este último caso, el sueldo promedio anual en 2023 para un ingeniero de software senior fue de US$171.300, lo que implica ingresos mensuales por US$14.275. En la Argentina, como contraste, el salario mínimo en diciembre fue de $156.000, por lo que el ingreso que se obtiene al trabajar para afuera es ampliamente superador. De hecho, esta es una de las principales razones para que muchas empresas busquen el talento nacional: los salarios en dólares son bajos, por lo que un argentino puede trabajar por un monto menor que personas de otros países.
Sin embargo, el cobro puede resultar un problema. Durante la gestión de Sergio Massa como ministro de Economía, un exportador de servicios podía ingresar hasta US$12.000 anuales, según la comunicación 7518 del Banco Central (BCRA), emitida en junio de 2022. Hoy, esa norma continúa vigente, según la página del BCRA, por lo que el cupo es el mismo. Otro inconveniente es que, dependiendo de la compra de títulos valores, un exportador de servicios puede tener que esperar hasta 180 días para poder ingresar su dinero al país, con varias restricciones que dependen directamente de la compra de, por ejemplo, dólar MEP, Cedear u otros.