a Secretaría de Energía participó en la tercera y última audiencia pública en las que se debaten los aumentos de tarifas de gas y electricidad. El tema era la tarifa de transporte eléctrico, que es uno de los tres servicios que explican el precio final de las boletas de luz, junto con la generación y la distribución. En la presentación que hizo el Gobierno, indicó que este servicio recibe subsidios por el equivalente a entre 65% y 89% del costo final del transporte, según la empresa.
“El nivel de subsidio es escandaloso. La falta de inversión ha generado un cuello de botella que impide poder crecer y mejorar el servicio para todos”, dijo la subsecretaria de Planeamiento Energético, Mariela Beljansky, encargada de la presentación oficial.
La funcionaria dijo que el sistema de transporte está al límite y que la falta de inversión en los últimos años provocó que no se pudieran incorporar nuevos proyectos de generación eléctrica al sistema, como los parques eólicos del sur del país o los solares del norte.
“El sistema argentino de interconexión (SADI) se encuentra saturado. No está permitiendo nuevas incorporaciones de generación eléctrica y opera como un cuello de botella, ya que no permite evacuar toda la energía adicional que podría instalarse. Las ampliaciones y obras de infraestructura necesarias no se han producido de manera natural, siguiendo el crecimiento de la demanda e integrando nuevos focos de generación”, criticó Beljansky.
El diseño del transporte eléctrico es vital en un país como la Argentina, que es el séptimo más grande del mundo en superficie y tiene una característica de demanda eléctrica muy particular, concentrada en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Los recursos naturales de generación eléctrica se localizan, en cambio, en regiones muy alejadas del centro de consumo, si se tienen en cuenta las centrales hidroeléctricas y los parques de energía renovable.
“La capacidad remanente de transporte eléctrico se encuentra muy reducida. Sin ampliar la capacidad de transporte, no se puede incorporar generación renovable de escala”, enfatizó la subsecretaria.
Para realizar las inversiones en el sistema, Beljansky dijo que es necesario darle la remuneración correspondiente a las empresas de transporte, ya que “el Estado nacional se encuentra quebrado y sin posibilidad de abordar el costo de inversión requerida”.
“Es necesario generar las señales para que los propios operadores puedan realizar las inversiones en actualizaciones del equipamiento que están asociadas a sus responsabilidades. Hay que realizar una actualización en la remuneración de los transportistas. No corregir la situación actual afectará directamente al usuario final, haciendo que la energía sea realmente más cara o directamente que no se disponga de ella”, agregó.
La funcionaria dijo que “frente a una mínima falla en el transporte, el sistema no puede reponerse, porque las transportistas no cuentan con dinero suficiente para reponer el servicio y solicitan fondos a Cammesa [la compañía de despacho eléctrico que depende del Estado]”.
En el país hay un único transportista en extra alta tensión, que es Transener, y siete transportistas troncales que prestan el servicio en las distintas regiones del país. En detalle, el sistema de transporte cuenta con 17.560 km en 132 kV, 11.355 km de líneas en 220 kV, 1196 km en 330 kV, 219 km en 345 kV y 12.524 km de líneas en 500 kV.
Transener es una empresa privada controlada por Pampa Energía, fundada por Marcelo Mindlin, que tiene una participación accionaria de 26,32%. El resto se distribuye entre la Anses (19,57%), la estatal Energía Argentina (26,32%) y las acciones que cotizan en la Bolsa de Buenos Aires (27,79%).
En los últimos años, la empresa fue noticia por al menos dos incidentes que dejaron sin electricidad a millones de personas. El más conocido fue el apagón masivo ocurrido en 2019, durante el Día del Padre.
Transener señaló hoy en la audiencia pública que, en los últimos 20 años, la demanda eléctrica creció 110%, mientras que el sistema de transporte se expandió solo 54%. “Estamos con un sistema extremadamente saturado. Un sistema así requiere ampliaciones, para poder permitir la capacidad de ingreso de nueva generación, reducir los costos de despacho y volver a tener niveles de seguridad de un sistema N-1. Esto implica que cualquier falla en el sistema no tenga impacto en restricciones de demanda. Actualmente, eso es imposible en la mayor cantidad del tiempo”, dijo Pablo Tarca, director general de la transportista.
También dijo que, entre julio de 2019 y diciembre de 2023, se le dio un aumento de tarifas de 606%, cuando la inflación en el mismo periodo fue 1467% y la cotización del dólar subió 1804%.
El costo final de las boletas de electricidad está compuesto por las tarifas de tres servicios más el peso de los impuestos nacionales, provinciales y municipales. En promedio, según comunicó Transener, el costo de generación tiene una incidencia en el precio final de 36%; el de distribución, 41%, y los impuestos, 21,5%, mientras que el transporte solo explica 1,5%. Transener pidió una suba de 209% en su tarifa.
Según la Secretaría de Energía, para un consumo de 300 kWh por mes, trasladar el costo del transporte sin subsidios representaría un costo adicional por mes de $208.
Sofía Diamante