Como se consiguió el superávit fiscal que el gobierno anuncio el viernes

El ministro de Economía, Luis Caputo, sorprendió el viernes a la noche al adelantar la publicación de la planilla de ingresos y gastos del Estado de enero, ya que, según el calendario que difunde el Ministerio, se esperaba que se conociera hoy. El anticipo de Caputo por la red social X muestra la euforia del Gobierno por difundir que se trató “de la primera vez desde agosto de 2012 que el Estado gasta menos de lo que recauda”, según destacó luego un comunicado de la Oficina del Presidente.

“El superávit fiscal beneficia a todos los argentinos; permite terminar con la emisión, comenzar a reducir la inflación y trazar el camino para la reducción de impuestos. Este es el programa que el presidente Javier Milei prometió al pueblo argentino, y el que se está llevando a cabo a pesar del constante ataque de quienes ven peligrar sus privilegios. El déficit cero no se negocia”, agregó el mismo comunicado.

Si bien el resultado financiero superavitario fue recibido muy bien en el mercado, volvió a surgir la duda de cuán sostenible es el proceso de ordenamiento de las cuentas. El Estado recortó en términos reales (descontada la inflación interanual) 38,1% el pago a jubilados y pensionados; 72% las transferencias a las provincias; 86% el gasto en capital (obra pública); 27% los salarios públicos, y 64% los subsidios económicos (principalmente a la energía), según cálculos del economista Martín Polo.

“Excelente resultado fiscal de enero. Tremendo ajuste del gasto. Se disparan los intereses. Festejamos el ajuste, pero lo de los jubilados es criminal. Me cuesta pensar en la sostenibilidad”, dijo Polo en X.

El superávit financiero de $518.408 millones y el superávit primario de casi $2 billones (sin contar el pago de intereses de la deuda) fue producto de una caída real de los gastos de casi 40%, ya que los ingresos subieron 256% interanual, apenas por encima de la inflación (254,1%). Los gastos primarios solo crecieron 114,6%.

“Las subas de ingresos fiscales se vieron principalmente en lo que corresponde al comercio exterior y ligeramente en actividad económica. Por el lado del comercio exterior, los derechos de exportación [retenciones] crecieron 574,3% y los derechos de importación registraron una suba de 377,3% (apalancados por devaluación). El impuesto PAIS, por su parte, registró un incremento interanual de 1302,3%, gracias también a la suba de la alícuota en diciembre”, analizó la consultora Outlier.

En otras palabras, pese a la caída de la actividad económica, los ingresos del Estado se mantuvieron constantes gracias al salto del tipo de cambio de 118% en diciembre, que mejoró la recaudación por exportaciones e importaciones. También se debe a la mayor presión tributaria del impuesto PAIS, que grava la compra de moneda extranjera.

De hecho, en enero, el impuesto PAIS le generó al Estado ingresos por $470.000 millones, un 6% del total de la recaudación, y ya es el quinto entre los tributos que más recaudan, apenas por debajo de lo que ingresa por retenciones. La recaudación de este impuesto desaparecería si el Gobierno quita el cepo cambiario, lo cual podría ocurrir a mitad de año, según el último informe del Fondo Monetario Internacional (FMI).

En lo que corresponde al gasto primario, la consultora Outlier agrupó la performance del ajuste en tres conjuntos. Los que crecieron en línea con la inflación y tuvieron variaciones reales interanuales tendiendo a neutro, como las prestaciones del PAMI, asignaciones universales (AUH y AUE) y subsidios económicos al transporte de pasajeros. Los que crecieron por debajo de la inflación y se licuaron, como jubilaciones (ajuste real de 38%), gastos de funcionamiento, subsidios sociales y transferencias a universidades.

Por último, los que cayeron en términos nominales (mayor ajuste real), como subsidios económicos a la energía, transferencias discrecionales a provincias y gasto de capital.

Los subsidios a la energía cayeron en términos nominales 19%, pese a que la devaluación de diciembre aumentó los costos energéticos, ya que los contratos están dolarizados. Además, el aumento de tarifas eléctricas recién comenzó este mes y el de gas sería en marzo, por lo tanto, la caída en subsidios no se debió a un mayor pago de los usuarios, sino a que el Gobierno pisó las transferencias y generó una deuda con las empresas del sector.

“Tenemos el primer resultado financiero superavitario en enero desde 2012 y un abultado superávit primario. Que sea abultado ayuda como señal, porque enero es el mes estacionalmente más fácil para el frente fiscal, no son tan raros los resultados primarios nulos o positivos durante el mismo. El dato ayuda a refrendar el compromiso y la credibilidad fiscal, reforzando el ancla fiscal, que es la única ancla explicita de todo el programa. Ese abultado resultado primario de enero se logró licuando y acumulando deuda flotante (no cumpliendo en tiempo y forma obligaciones), con lo cual buena parte de este no es sostenible. Es importante enfocarse en hacerlo permanente, para lo cual hay que trabajar en la reducción de los subsidios económicos”, analizó Outlier.

El economista Juan Manuel Palacio coincidió en que el superávit financiero de enero “es una buena noticia”, pero remarcó la pregunta de si es sostenible. “Vemos que por el lado de los ingresos, el impuesto PAIS supera lo recaudado en Ganancias y es casi la mitad del IVA. Es un tributo que debería desaparecer si se unifica el tipo de cambio. Por el lado de los gastos, se ve la licuadora a full en jubilaciones, pensiones y salarios, una gran caída en gastos de capital y una fuerte baja en subsidios pagados, sobre todo de energía. En esto último no hay corrección, es solo no pagar, porque la tarifa se ajustó después. Sin embargo, lo que subió al triple de velocidad que los gastos primarios es la cuenta de intereses. El monto pagado implica que por cada cuatro pesos recaudados bajo todo concepto, uno se fue por la canaleta de los intereses de la deuda”, concluyó.

Sofía Diamante

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