Debido al congelamiento de las tarifas residenciales, las distribuidoras eléctricas acumularon hasta enero una deuda con Cammesa de 394.708 millones de pesos, cifra equivalente a 2,5 veces lo que deben abonarle mensualmente. En enero Edesur pagó solo el 18% de su factura, Edenor el 16% y Edelap el 3 por ciento. Habitualmente cuando se producían estos atrasos el Estado Nacional era el encargado de transferirle fondos a la compañía que administra el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) para que pudiera cumplir con sus compromisos. Sin embargo, el Ministerio de Economía no está desembolsando un peso, lo que derivó en un quiebre de la cadena de pagos que afecta fundamentalmente a generadores, transportistas y productores de gas natural, combustibles que consumen las centrales térmicas.
El titular del Palacio de Hacienda, Luis Caputo, se jactó en enero de haber alcanzado superávit financiero por primera vez en más de diez años. El problema es la manera en que alcanzó ese logro. Un informe de la sociedad de bolsa Porfolio Personal Inversiones detalló que de cada 100 pesos de superávit primario conseguido el mes pasado, 44,5 puntos lo aportaron los jubilados debido a la licuación de sus haberes, 22,5 los consumidores a través de menores subsidios y 12 puntos los trabajadores estatales, quienes, al igual que los jubilados, no recibieron ningún ajuste.
En el caso de los subsidios económicos, la contracción fue del 64%, equivalente a 0,45 billones de pesos, y la tijera se concentró fundamentalmente en los subsidios energéticos (-77,2 por ciento o 0,37 billones de pesos) por la postergación de las transferencias a CAMMESA.
Al igual que en muchas otras áreas, el gobierno juega con fuego al no girarle fondos a Cammesa porque dinamita la cadena de pagos e impacta de lleno en la contabilidad de empresas que no pueden dejar de entregar energía al mercado porque la energía eléctrica es el principal insumo de un servicio público calificado como esencial.
Como el Tesoro Nacional no paga, lo que hace Cammesa es ir girando dinero en cuenta gotas a medida que recauda. La semana pasada desembolsó un 17,7% de la factura de enero y este martes otro 7,6%, cubriendo apenas un 25,4% de la energía demandada en noviembre.
En este contexto de fuerte ajuste recrudecen a su vez las tensiones entre transportistas, generadores y productores para ver quien recibe lo poco que recauda Cammesa. Transener, por ejemplo, pidió tener prioridad en esos desembolsos con el argumento de que no tienen para pagar sueldos. Los generadores no validaron ese reclamo al interior del directorio de CAMMESA y finalmente la compañía pagó esta semana solo el 50% de los sueldos de febrero, lo que probablemente derive en una medida de fuerza del gremio eléctrico (Luz y Fuerza)
En el sector cuestionan al gobierno, pues luego de convalidar una megadevaluación del dólar oficial, que disparó todos los costos del sistema eléctrico, tardó demasiado en actualizar el precio mayorista de la energía y solo lo hizo parcialmente ya que mantuvo sin cambios lo que deben pagar los sectores medios y bajos. De hecho, las nuevas tarifas de Edesur y Edenor recién comenzaron a aplicarse el 16 de febrero. A su vez, al no girarle fondos a Cammesa es el propio gobierno el que desconoce sus deudas porque el Estado Nacional tiene una participación del 20% en la compañía y es el controlante.
Un alto directivo del sector eléctrico le recriminó este accionar al secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, y la respuesta del funcionario fue que ese no era un problema porque ya habían comenzado a descongelar las tarifas y en junio la cadena de pagos va a estar normalizada. “El problema es cómo llegamos a junio”, se preguntó ese mismo ejecutivo.
Son muchos los ejecutivos que consideran innecesario, o incluso una mala praxis, que el gobierno haya forzado un quiebre en la cadena de pagos solo para poder mostrar un asiento contable superavitario en enero porque el daño que le hace a las empresas del sector es inmenso.
Los que más deben
De los 394.708 millones de pesos, el 40,7% lo deben Edenor y Edesur. La primera adeuda 107.104 millones y la segunda 53.688 millones. Luego siguen Edea, Eden y Edelap, tres compañías que operan en la provincia de Buenos Aires. Edea acumula una deuda de 21.545 millones, Eden de 20.237 millones y Edelap de 16.133 millones de pesos. En enero Edea pagó solo un 2% de su factura, Eden un 2% y Edelap un 3%.
Las distribuidoras que operan en la provincia de Buenos Aires, en su mayoría cooperativas, concentran el 36,3% de la deuda con Cammesa. Esa situación se explica fundamentalmente porque el gobernador Axel Kicillof continúa demorando la actualización tarifaria y entonces las empresas se sientan sobre su caja para hacer frente fundamentalmente a los salarios y los gastos de mantenimiento más urgentes y dejan de pagar la energía. Allegados a la gobernación indicaron que los nuevos cuadros tarifarios de las distribuidoras eléctricas del interior de la provincia se publicarán a mediados de marzo.
Frente a un contexto complicado, Cammesa también juega con fuego. La compañía presionó judicialmente para que las compañías paguen e incluso recientemente logró que la Justicia embargue cuentas de la cooperativa de Luján por 120 millones de pesos. Eso motivó que en decenas de cooperativas eléctricas de la provincia de Buenos Aires estén discutiendo un plan de lucha contra el gobierno nacional con Gabriel Katopodis, ministro de Obras Públicas de Kicillof. De ahí que todos los actores que operan en el mercado eléctrico tienen claro que la solución de este problema debe ser política y no judicial.
El listado de los deudores se completa con distribuidoras de Chubut, Salta, Entre Ríos, Santa Cruz, Tierra del Fuego y San Juan. La contracara, por citar dos ejemplos de empresas grandes, son EPE de Santa Fe y EPEC de Córdoba que pagaron el 100% de su factura en enero y se encuentra al día.