Una interna política en el gobierno del Brasil puede afectar la posibilidad de concretar el swap de gas natural para garantizar el suministro en el norte argentino durante el invierno. El presidente Lula da Silva está evaluando pedirle la renuncia al CEO de Petrobras, Jean Paul Prates. Prates había admitido en el CERAWeek la existencia de conversaciones para liberar al noroeste argentino una parte del gas que Bolivia suministra al Brasil. Su potencial remoción del cargo dejaría al gobierno argentino sin un interlocutor valioso en una conversación multinivel y a contrarreloj que el presidente Javier Milei complicó por motivos ideológicos.
Las versiones sobre una salida de Prates comenzaron a principios de marzo luego de una intervención directa de Lula da Silva para anular un pago de dividendos extraordinarios a los accionistas de la petrolera estatal. Las acciones de Petrobras se derrumbaron 10% el día posterior a la intervención presidencial.
En público ningún funcionario puso en duda la continuidad de Prates, pero las diferencias entre Petrobras y el área energética que conduce el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira quedaron expuestas. La prensa brasileña reveló el fin de semana que Lula había convocado a una reunión de ministros para el domingo por la noche con el objetivo de evaluar la continuidad de Prates.
Pese a la escalada de rumores, el CEO de Petrobras se mostró activo en la tarde del lunes en sus redes sociales, con anuncios relativos a trabajos en refinerías de la empresa. «El trabajo no para», añadió Prates en sus posteos en la red social X.
Prates también utilizó a Petrobras para responder a una serie de cuestionamientos difundidos por el Ministerio de Minas y Energía en los últimos días. La empresa envió por la noche del lunes las respuestas de Prates en exclusiva a CNN de Brasil.
Swap de gas
La interna política afecta a Petrobras, uno de los actores necesariamente involucrados en la concreción del swap de gas con la Argentina. Energía Argentina (Enarsa), la Secretaría de Energía que conduce Eduardo Rodríguez Chirillo y el Ministerio de Minas y Energía del Brasil ya están conversando sobre el tema, que en el Brasil se presenta como una «ayuda humanitaria» frente a la urgencia de garantizar el suministro de gas para el noroeste del país.
Petrobras podría liberar unos cuatro o cinco millones de metros cúbicos diarios de su contrato con la petrolera estatal boliviana YPFB a partir de julio. A cambio, Enarsa se compromete a devolver el mismo volumen en forma de GNL.
La demora en la licitación de las obras para la reversión del gasoducto Norte y el declino de los volúmenes suministrados por Bolivia dejó al gobierno sin muchas opciones para garantizar el suministro en el noroeste. Las conversaciones para llegar a un acuerdo ahora son a contrarreloj y entre dos gobiernos tensados por las diferencias ideológicas entre sus presidentes.
Interna política
Lula había convocado a los ministros de Finanzas, Fernando Haddad, de Minas y Energía, Alexandre Silveira, y de la Casa Civil, Rui Costa, el domingo por la noche para discutir la continuidad o salida de Prates, pero la información fue filtrada a la prensa y optó por cancelarla.
Prates quedó en el ojo de la tormenta al no alinearse por completo con la decisión del gobierno de no pagar dividendos extraordinarios. Con el visto bueno de Prates, el consejo directivo de la compañía impulsaba un reparto de dividendos por R$ 43.900 millones, casi tres veces el pago mínimo que Petrobras debe repartir anualmente según el estatuto de la compañía.
Pero el consejo de administración de la empresa, que es controlado por el gobierno, votó en contra de ese reparto de dividendos. Prates se abstuvo de votar, atizando aún más la interna política que mantiene con el ministro Silveira por motivos que exceden este caso puntual. El presidente del Banco de Desarrollo (BNDES), Aloizio Mercadante, es uno de los candidatos para reemplazar a Prates.