Pronto sabremos si en el Mar Argentino, frente a Buenos Aires, hay petróleo

En los próximos días se espera la llegada del buque perforador Valaris 17, de 229 metros de eslora y 36 de manga. Desde Río de Janeiro puso proa rumbo a Mar del Plata. Es grandote, se banca vientos, oleajes y corrientes de altamar, y logra mantenerse estático sobre la vertical de un punto de la corteza terrestre submarina situado a 1500 metros de profundidad.

A partir de ahí, el Valaris tiene que taladrar barro y roca casi 4000 metros más para llegar a una posible formación llena de petróleo y gas. Si el barco rola, cabecea, guiña o deriva mucho, la columna de perforación se rompe. Mucha ingeniería de posicionamiento, la de ese barco.

No va a arruinar el paisaje de Playa Grande con torres de petróleo en el horizonte. Va a estar tan lejos de la costa que, según la línea de visión, va a quedar muy abajo del horizonte, oculto por la redondez de la Tierra. Los marplatenses tal vez puedan ver el Valaris algunas horas en la rada, cuando se acerque a hacer aduana. Pero de allí navegará directamente a las coordenadas de ubicación del pozo Argerich a 315 km de la costa. De torres, nada. Es un barco de exploración, no una plataforma «off shore». Lo único que tiene que producir es información.

En estos días ya esta fondeado en la rada el «supply» Hos Remington, uno de los dos barcos de apoyo logístico del Valaris, que tendrá que reponer mucho stock de caños y de trépanos en su tarea, así como recambiar tripulaciones. También se vio evolucionar dos helicópteros pulsudos, con capacidad para doce personas, cuyos viajes diarios hacia altamar serán, durante dos meses, el único registro para los marplatenses de que suceden cosas en el pozo Argerich .

En pocos meses más, la perforación nos dará la respuesta sobre si la Cuenca Argentina Norte (CAN) en el mar bonaerense logra o no una producción de crudo y/o gas equivalentes a las de la formación neuquina de Vaca Muerta. O mejores, andá a saber.

En AgendAR nos negamos a llamar a la CAN como «la nueva Vaca Muerta» porque no regalamos promesas y el petróleo para venderlo, primero hay que verlo. Tenemos otras causas más para evitar ese jingle particularmente imbécil: la extracción por fracking típica de los esquistos profundos en las secas estepas de Neuquén es imposible en aguas profundas (por suerte). Requiere de mucha agua pura, cien veces más de la que consume unpozo común. Y agua pura es algo que en altamar no hay.

Finalmente, somos ariscos con ese ese slogan petrolero porque suena a vacuno intempestivo ahogado en Playa Grande, animalito de Dios. El marketinero que escribió esa barbaridad carece de toda noción de tecnología petrolera, pero también de sentido del ridículo. Y de política tiene tanto como la revista «Para Tí». Porque reconozcamos que Vaca Muerta produce guita, pero su desempeño ambiental es más impublicable que impecable.

Geólogos de prestigio internacional, de tres empresas diferentes (Equinor, YPF y Shell) consideran que ese primer yacimiento podría producir 200 mil barrilles de petroleo día (bdp). Lo que les falta es demostrarlo. Para eso, el pozo explorador.

Hoy la Argentina, entre todas las cuencas, produce 650 mil bdp . Es decir que el Argerich, si cumple lo que prometen, daría un tercio de la producción actual. Pero, en la misma área CAN 100, hay detectados 19 posibles yacimientos más. Entonces hay que pensar en multiplicar por 10 o 20 esa producción. Y quedan 14 áreas más todavía en la etapa de exploración sísmica.

Nuestro vecino Brasil inició la producción en aguas profundas en 2006 . De no tener petróleo pasó a producir hoy  hoy casi 4 millones de barriles día. Monetizados son unos 100 mil millones de dólares al año, y han convertido a Brasil en el décimo exportador mundial de crudo. El puesto noveno lo tiene Nigeria y el duodécimo, Angola, y la formación offshore es la misma que del Presal brasileño, frente a Rio de Janeiro.

Ese petróleo se produjo con la apertura del Atlántico que separó a Sudamérica de África. Durante un tiempo, mientras el futuro océano era apenas un mar estrecho y somero, acumuló cantidad de algas unicelulares con vacuolas muy llenas de lípidos. Conforme el mar se iba abriendo hacia el Oeste y el Este y volviendo océano, y cada vez profundo, esos depósitos de agua de sus orillas oriental y occidental fueron sepultados por sucesivas capas de otros sedimentos.

Con el tiempo, la cocción a altas temperaturas inevitables en lo profundo de la corteza terrestre, y ante la total falta de oxígeno, las grasas que llenaban las vacuolas de las algas muertas se fueron transformando en cadenas de carbono e hidrógeno. Hidrocarburos, como los llama la Química Orgánica. En algunos casos, migraron por su bajo peso específico desde la roca madre, o generadora, hacia arriba y recalaron finalmente en otros lechos de roca más porosas, la receptora, o «trampa», porque lo retiene. Un yacimiento convencional es eso, aunque esté en el mar y a una profundidad impresionante, típica del talud de la actual plataforma submarina de Sudamérica, donde el fondo baja desde los 200 hasta los 4500 o incluso 5000 de la llanura abisal oceánica.

Las imágenes obtenidas por sísmica indicarían yacimientos similares a los de Río y Santa Catarina frente a las provincias de Buenos Aires y Río Negro. Ya se encontraron otras bien al norte de Brasil, en Surinam. Con bajísima población (200.000 habitantes) y tantas regalías, ése va a ser un país subdesarrollado pero rico y con habitantes ricos e indolentes: un emirato, pero con población mestiza, mulata y algo blanca, que habla en holandés de Frisia, y en sranang tongo.

A los 47 millones de argentinos, los yacimientos del CAN probablemente no nos cambiarán la historia. ¿Ud. conoce algún país pobre que se haya hecho rico, culto e industrializado porque literalmente flota en petróleo? Nigeria no lo logró, México tampoco, Venezuela tampoco, Irán tampoco, ¿seguimos?

La producción del Argerich significaría unos 7 mil millones de dólares año, que irían casi en su totalidad a exportación. En diez o quince años la Provincia de Buenos Aires podría estar exportando más petróleo que soja y maíz, y la famosa restricción de dólares en la economía bimonetaria quedaría como recuerdo del pasado. Eso, de aparecer petróleo explotable (lo que depende de las condiciones físicas de la formación, que se desconocen), y de mantenerse un nivel parejo de precios de los hidrocarburos durante diez o quince años.

Para lo último, conviene revisar los altibajos de los últimos 45 años en que el barril de Brent osciló entre U$ 4 y U$ 180, y trazar alguna media en esa montaña rusa. Y aún así, «es difícil hacer pronósticos, especialmente del futuro», como dijo Niels Bohr. Dato a tener en cuenta: en 2035, dejan de venderse automóviles nuevos con motor de combustión interna en los EEUU. La UE va por rumbos y tiempos parecidos. Los países que decidirán los precios del crudo, sin embargo, serán China, la India y los del Sudeste Asiático. que ya empiezan a ser los grandes consumidores a pura fuerza de demografía e industria.

El offshore tendría un enorme impacto sobre el empleo en Mar del Plata, pero más probablemente en varios otros puertos más al sur. Un estudio de la Consultora Ecolatina determinó que con el primer descubrimiento (el yacimiento Argerich) se van a crear 27 mil puestos de empleo entre directos, indirectos e inducidos. Pero, si como se prevé, se llega en unos años a diez yacimientos en producción, se podría la llegar a la cifra de 212 mil nuevos empleos entre directos, indirectos e inducidos.

Sí, ponele.

Estos niveles de empleo tampoco son un delirio, al menos total. En Neuquén hay 25 mil trabajadores directos, afiliados al Sindicato de Petroleros Privados. Y unos 60 mil mas trabajan en las empresas proveedoras. Los específicamente petroleros tienen niveles salariales muy por encima de la media nacional, aunque pierdo la cuenta de las veces que las patronales y los gobiernos les flexibilizaron los convenios. Y ni te cuento de los gastos que tienen. Es tan barato vivir en Añelo como en Mónaco. Aunque en Añelo hay menos gente viviendo en yates.

¿El gobierno nacional manotearía algo de la CAN? En Neuquén el impuesto a las ganancias impactaría a 43 mil trabajadores, que representan el 31% de los trabajadores registrados en esa provincia. En el país sólo el 8,5% de los trabajadores registrados pagan ganancias.

Con perdón de Ecolatina, el fracking es caro, mucho más caro que el petróleo de formaciones porosas, o convencionales, o «fáciles», como se las llama desde principios de siglo. Pero aún así, la fractura hidráulica de roca generadora profunda es mucho más barata que la explotación del Presal brasuca, offshore y con yacimientos a 7000 metros desde la superficie. Y eso, pese a que el Presal es roca porosa, una serie de trampas perfectas enteramente convencionales.

Pero de fáciles, no tienen nada. Para explotar esas trampas, Petrobrás tuvo que desarrollar tecnología inexistente hasta la fecha. Entre otras cosas porque a esa profundidad la roca es tan caliente que el petróleo sale del lecho del mar hirviendo dentro del tubo, pero luego, ascendiendo por el mismo tubo debido a la presión brutal del yacimiento, debe atravesar 3,5 kilómetros de agua mayormente a 2oC de temperatura. Con lo cual el petróleo se congela y tapa los caños como betún. No es plomería de la fácil, la que sigue.

Y para llegar a esas rocas, Petrobrás debió perforar un kilómetro y medio de lechos subterráneos de sal fósil en estado líquido, por la temperatura de la corteza terrestre a esa profundidad. No se quiera ver la corrosión que el cloruro de sodio derretido a más de 801 grados centígrados genera en los aceros de los trépanos y de los trenes de perforación. La gente cree que los noruegos son los que saben de explotación offshore, pero en general siempre les tocó perforar en plataforma submarina, fondo a 200 metros. En taludes abisales, aprendieron de otros. De los primos brasucas, que son los que reinventaron la industria.

Hasta ahí seguimos a regañadientes este «press release» esperanzado, pero AgendAR vuelve a su papel de abogado del diablo. Si con un sistema de extracción complejísimo, como el fracking, y tras 12 años de explotación decididamente más fácil y barata, Vaca Muerta generó 25.000 empleos directos, ¿cómo creer que un petróleo producido a 300 kilómetros de la costa, a a costos tecnológicos, logísticos y laborales infinitamente mayores, y por ende más caro, va a generar 212.000 empleos directos?

A la cantidad de empleo que genere el petróleo, sea cual sea, hay que sumarle la creación de centenares y miles de grandes y medianas empresas, la recaudación impositiva de todo ese crecimiento económico y las regalías que están obligadas a pagar las empresas. Notoriamente bajas, en Vaca Muerta: 15% y las gracias.

Por todas estas razones, en enero del 2022, cuando algunos dirigentes políticos fueron a la Justicia para frenar el proyecto (y lograron demorarlo un año) el gobernador Axel Kicillof se puso junto a las fuerzas productivas de Mar del Plata, trabajadores y empresarios, para dar la batalla comunicacional y judicial para defenderlo.

Proyectos de esta magnitud exceden los periodos de cualquier gobierno nacional o provincial. Vaca Muerta se inició en 2013 durante el gobierno de Cristina Fernandez. Pasó y creció a través de los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernandez. Recién en 2023 tomó su ritmo pleno, y este 2024 las empresas programan invertir nueve mil millones de dólares en esas estepas, la mayor inversión privada de todo el país. Es decir, pasaron cuatro gobiernos nacionales hasta que el proyecto maduró y comenzó a dar resultados.

Con el offshore de la Cuenca bonaerense, si se cumplen las predicciones de los geólogos, luego vendrá el mismo camino largo. Sólo que entre 2035 y 2045, según vienen las cosas, es posible que la economía de los países occidentales desarrollados se haya desacoplado bastante de los hidrocarburos, tanto en la producción de electricidad como en el transporte.

Vale insistir en esto: quienes vayan a decidir si petróleo sí o petróleo no son los países asiáticos, no los bloques tilingos como la UE o el NAFTA. Y sobre todo, los que tienen puertos marítimos hiperactivos. Son todas ciudades inundables o ya inundándose por el recalentamiento global, que levanta el pelo de agua de los océanos. Jakarta, en Indonesia, como ejemplo de libro. Muy aplicable a China, y de la India ni hablemos.

En Suecia, que ventajea bastante al resto de la UE en materia de planificación energética, los autos que más se venden son eléctricos, lo que significa que recargan sus baterías en estaciones de servicio alimentadas en un 40% por centrales hidroeléctricas, en otro 40% por nucleares, y en el 20% restante por renovables. China hoy es el paraíso del auto eléctrico, pero la electricidad china se produce mayormente quemando un infierno de carbón. De modo que allí los autos eléctricos chinos son MUY contaminantes… sólo que lejos de su dueño.

Para este proyecto sería de desear que Asia tarde mucho más en seguir los pasos de Suecia y siga demandando horrores de hidrocarburos. Todo va en esa dirección por ahora, pero además del anegamiento costero urbano, otro límite son la tasa de mortalidad por contaminación aérea y otras pérdidas económicas y humanas por enfermedades tropicales secundarias al recalentamiento climático. En las megalópolis chinas la muerte por EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) es muy común y le saca casi una década de expectativa de vida a los pekineses. Y de yapa, están las patologías circulatorias, todas secundarias a la contaminación aérea, que es indescriptible.

Esto aumenta las discapacidades e internaciones precoces, y drena las arcas del estado. Todas las grandes ciudades-puerto asiáticas son tremendamente vulnerables al aumento del nivel marino y a la violencia y frecuencia creciente de los tifones. Y los inundados cuando se vuelven «homeless people» generan inestabilidad social y política.  

Hace cuatro años en su mensaje de apertura de sesiones legislativas el 1 de marzo del 2020, el gobernador Axel Kicillof expresó : “Queremos convertir a la provincia de Buenos Aires en una provincia petrolera.”

Es bastante probable que esto suceda y básicamente por mérito «del Kichi». Lo que en AgendAR no sabemos es cuál será la medida de ese éxito, y su duración: desde cuándo y hasta cuándo. El Kichi tampoco lo sabe, pero va para el frente.

Blanco sobre negro, el Argerich es un pozo de exploración, no de explotación: sólo nos dirá si geológicamente nos tocó pato o gallareta. Todavía vale la pena apostar a pato.

Pero no agrandemos demasiado el pato.

Daniel E. Arias

VIAPagina 12