Los nombres de las nuevas autoridades en la CNEA, Nucleoeléctrica y Dioxitek

Nucleoeléctrica Argentina S. A.:

Directorio
1) Pte. Ing. Luis Fasanella
2) Vpte. Lic. Julian Gadano
Directores Titulares:
3) Cdor. Damian San Filipo
4) Lic. Santiago Casaux Alsina
5) Ing. Mario Hugo Levy

Directores Suplentes:
6) Ing. Hector Sergio Falzone
7) Dra. María Laura Alfonso

Comisión Nacional de Energía Atómica:

Pte. Ing Germán Guido Lavalle
Vpte. Ing Luis Rovere

DIOXITEK:

Pte. Lic. Santiago Casaux Alsina
Vpte. Lic. Álvaro Mari Hernández

Nota de Agendar:

Esta lista circula en los ambientes de la industria nuclear. Nos merece muy alta credibilidad. Nuestra casi inevitable nota al pie: el Ing. Luis Fasanella, antes de ser nombrado para operar 3 centrales nucleares y darle 20 años de extensión de vida a la más vieja, Atucha 1, fue desarrollador de nuevos negocios de Corporación América. En la Secretaría de Energía, donde no aman ese nombramiento, los petroleros al uso dicen que tiene tanto know-how nuclear como Bambi.

No es que a ellos tampoco les sobre.

El licenciado Julián Gadano es sociólogo. En tiempos de Macri y como subsecretario de Energía Nuclear, dirigió el mayor y mejor elenco de expertos nucleares del Hemisferio Sur, el argentino. Presidió sobre el parate de la construcción de las obras estratégicas de la CNEA: el reactor RA-10 y la centralita compacta CAREM, ambos proyectos de exportación. También contribuyó a desactivar, tal vez en forma definitiva, la Planta Industrial de Agua Pesada, hasta hoy, la mayor del mundo.

Fue firmante de la decisión de no construir Atucha III CANDU, momento en el que dijo (en un giro de opinión de 180 grados) que las centrales de ese tipo eran tan obsoletas como los autos con carburador. El mundo, al parecer amante de los carburadores, está construyendo o acaba de terminar 15 centrales de este tipo en la India, 2 en Rumania, y se apresta a retubar para 30 años más de servicio la mayor parte de las 18 canadienses, y reabrir y retubar varias de las que llegaron a término de primera vida útil. También va a retubado otra CANDU más en Rumania.

Gadano, que se dice politólogo, también firmó el tweet mandado desde China que anotició a los rionegrinos, sin comerla ni beberla, que se les iba a instalar una Hualong-1 de 1120 MW en Sierra Grande, sin ningún proyecto industrial al pie como para crear trabajo local. Todas las ciudades de la provincia salieron a la calle en protesta y el parlamento local prohibió constitucionalmente la instalación de toda planta nucleoeléctrica en la provincia. Salvo que fuera de INVAP, corrigió después el parlamento local, cuando INVAP les hizo «tap-tap» en el hombro y les recordó que son la mayor y mejor empresa de tecnología nuclear, aeroespacial, radarística y de defensa del país. Y ni decir de la provincia, espectacularmente primaria.

Y tras tanta obra (cerrada, retrasada, prohibida o clausurada), el politólogo de Macri se fue del cargom dejando deudas impagas con los proveedores de componentes calificados a calidad nuclear o espacial por miles de millones de pesos, con lo que fundió a muchos. Y no abundan. Se tarda décadas en construir una cadena de provisión en un país tan desindustrializado como terminó siendo el nuestro.

De la revuelta popular que logró en Río Negro, paradójicamente cuna de la energía nuclear argentina, le echó la culpa «a los defensores de las ballenas». De la deuda, a los acreedores internos que no entienden que no pueden cobrar todos al mismo tiempo.

Si la Subsecretaría de Energía Atómica logró todo eso entre diciembre de 2015 y diciembre de 2019, Greenpeace le debe una condecoración al politólogo. A diferencia de Fassanella, éste no es Bambi y sí entiende del negocio nuclear. Del mismo modo en que un comando en la retaguardia enemiga entiende de dinamita y de puentes.

De haber arrancado obra en 2016, Atucha III CANDU habría demandado unas 500 toneladas de agua pesada. La PIAP, Planta Industrial de Agua Pesada, reabierta tras su cierre por Menem y De la Rúa, reabierta por Kirchner, se había reacondicionado a nuevo para fabricar esa carga inicial en algo menos de 2 años y 6 meses de trabajo corrido. Pero como la demanda está en rampa por la construcción o retubamiento de tantas CANDU en la India, Canadá y Rumania y la oferta es inelástica, el cierre de la PIAP hizo subir el precio mundial de este líquido bastante extraño de U$ 300.000 dólares la tonelada a U$ 1 millón. Hoy nuestras dos Atuchas y Embalse, las tres únicas centrales activas de Argentina, tienen que importar sus pérdidas operativas. Caso contrario, salen de servicio.

Si por citar al país más nuclear de la UE, Francia, en la empresa nacional de diseño, construcción, operación y mantenimiento de Madame La République, Électricité de France, nombraran en la cúpula a un ejecutivo de Disney World y a un capitoste de Greenpeace, nos estarían imitando.

No, no va a suceder.

Daniel E. Arias