En cadena nacional Javier Milei celebró que el primer trimestre del año registró un superávit financiero de más de 275 mil millones de pesos, “logrando de esta manera, y luego de más de 20 años, un superávit del 0,2% del PBI», afirmó.
Según el informe “Una historia de déficits fiscales recurrentes en la Argentina”, elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), solamente en 6 de los últimos 60 años el sector Público Nacional No Financiero obtuvo mayores ingresos que gastos: de 2003 a 2008.
El año 2003 cerró con un superávit del sector primario (la diferencia entre ingresos y gastos sin considerar el pago de intereses de la deuda pública) de 8.676 millones de pesos, el 2,3% del PBI. En el informe oficial se destacaba que el resultado financiero (que mide la diferencia entre los recursos y gastos totales) también era superavitario: por 1.162,6 millones de pesos.
De acuerdo con la información oficial, durante el año 2003 los recursos de la Administración Nacional se elevaron un 37,2% en relación al cuarto trimestre del año 2002, “debido principalmente al incremento en los recursos tributarios (50,2%) y a las mayores Contribuciones al Sistema de Seguridad Social (20,4%)”.
No solamente aumentó la recaudación sino también, aunque en menor medida, el gasto del Estado: el incremento respecto al cuarto trimestre de 2002 fue del 29,7%. Entre los gastos que más aumentaron el informe menciona “la atención del Plan Jefes y Jefas de Hogar; la restitución del descuento del 13% en las remuneraciones y los haberes previsionales; las mayores transferencias a las provincias en concepto de infraestructura básica social, y la atención del Fondo de Incentivo Docente”.
En 2004 el Gobierno informó que el resultado financiero del cuarto trimestre fue superavitario por 8.986,1 millones de pesos, mientras el resultado primario arrojó un superávit de 14.688,3 millones de pesos. En ese periodo también aumentaron los recursos: la mejora representó un 26,5% respecto a 2003.
El gasto también creció, otra vez en un nivel menor a los ingresos. El nivel del gasto primario global registró un incremento del 18,2%. El informe oficial destacó algunas diferencias con respecto al año anterior: los gastos corrientes primarios aumentaron en 5.671,4 millones de pesos (11,9%), “debido fundamentalmente a las variaciones graduales en el haber mínimo de las jubilaciones y pensiones del régimen previsional público”, y también a las transferencias a provincias y municipios. Esta vez también aparece como gasto “la adquisición de fuel oil venezolano para la atención de la crisis energética”, entre mayo y octubre de ese año, y que se pactó en 19 cuotas mensuales hasta noviembre de 2005, por un total de 759,5 millones de pesos.
También tuvieron incidencia los aumentos en la atención del Fondo de Incentivo Docente y “la suma de 200 pesos otorgada, en diciembre y por única vez, a jubilados y pensionados del Régimen Previsional Público”.
En 2005 la ejecución devengada de la Administración Nacional acumulada durante el año también fue superavitaria, pero menor que el año anterior. El resultado financiero fue de 2.321,8 millones de pesos, “desmejorando en 6.811,4 millones de pesos respecto del año anterior”. El resultado primario arrojó un superávit de $13.912,3 millones de pesos, evidenciando una disminución interanual de -923,1 millones. Esta reducción se debe “a la atención de los intereses atrasados desde diciembre de 2003 correspondientes a los nuevos bonos emitidos tras la reestructuración de la deuda pública”.
Ese año los gastos aumentaron más que los ingresos de manera porcentual: los primeros lo hicieron un 28%, mientras los segundos un 21,2%. Los gastos se explicaron nuevamente por las variaciones del haber mínimo, los aumentos en las Asignaciones Familiares y en los topes máximos y rangos de remuneraciones y haberes previsionales, de las transferencias a provincias y municipios financiadas y las transferencias a Universidades Nacionales. Esto último por “las medidas de incrementos salariales implementadas a partir de enero de 2005, consistente en una suma remunerativa y no bonificable de 50, 100 o 150 pesos, según la dedicación funcional del personal”.
En 2006 el resultado financiero y el primario también fueron superavitarios, por 6.379 millones y 18.488 millones, respectivamente. Los recursos aumentaron un 25,7% respecto al año anterior –impulsados por el IVA- y los gastos un 24%, un porcentaje que se explica tanto por los gastos corrientes (universidades con un 36% y prestaciones de seguridad social en un 29%), como por las erogaciones de capital (las transferencias a las provincias crecieron, por ejemplo, un 41,9% respecto a 2005).
En 2007 el resultado financiero fue superavitario por $5.084,5 millones, mientras que el resultado primario arrojó un excedente de $22.261,2 millones. Ese año la recaudación estatal creció un 39,9% respecto al año anterior, con el IVA como el principal impulsor. El gasto, en cambio, creció nuevamente por encima: 44,5%. Entre los gastos corrientes se destaca el aumento interanual en las prestaciones de seguridad social (61,7%).
El 2008 fue el último año con superávit financiero y primario en Argentina. Según los datos oficiales el resultado financiero fue de $4.533,4 millones; mientras que el resultado primario arrojó un excedente de $26.116,0 millones. Los recursos aumentaron 33,8%, y los derechos de exportación volvieron a ser unos de los que más crecieron (83,7%). En ese periodo los gastos también aumentaron más en proporción que la recaudación: un 36,7%.
Durante el primer trimestre de 2024 el superávit financiero, presentado por cadena nacional, fue $276 mil millones. Pero en este caso se produjo tanto una reducción de la recaudación como de los gastos del Estado: la primera cayó el 10% y los gastos un 35% en términos reales con respecto a 2023, informó Iaraf. Los únicos impuestos que crecieron fueron los de importación, exportación y PAIS, que explican en cierta medida la importante caída en las transferencias a las provincias, ya que no son coparticipables.
En cuanto a los gastos, señalaron, la caída es la mayor en los últimos 30 años. De las 16 partidas se recortó en 15, y los principales recortes se dieron en las transferencias de capital a las provincias (-98,4%), los subsidios a la energía (50,6%) y otras partidas más sensibles como las pensiones no contributivas (que bajaron un 33%). En el caso de las universidades, por ejemplo, la caída real fue del 25,3% con respecto al mismo trimestre de 2023.
El mayor esfuerzo, como ocurrió en los dos meses anteriores, fue el de las jubilaciones y pensiones: según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) de cada $100 de ajuste en marzo, $37 corresponden a recortes en este sector.
Agustina Bordigoni